Vuelven los de siempre para seguir haciendo lo de siempre. Es inteligente enfocar la campaña de marketing en atraer al público familiar, en especial, a los más pequeños, siendo ellos los que más van a saber valorar sus virtudes; gracias, en parte, a su inevitable ausencia de bagaje audiovisual.

En mi sala, el barómetro de risas ha registrado indicios positivos. Hay grandes cómicos detrás que saben exprimir el poco trabajo de sus líneas, eso es suficiente para robarle las risas a los niños y a los amantes del cuñadismo.

No quiero sonar pesimista, hay momentos de brillantez, pero no se puede descartar que este tipo de guion esté respaldado por Chat GPT. Un guion propio de una factoría de churros que se rige por los mismos ingredientes ya degustados. Una receta rápida que te resuelve la cena y que llega puntual a la cita para no perderse el tirón comercial que supone el verano.

El que espere encontrarse con algo refrescante, ya puede irse olvidando. Si has disfrutado las anteriores versiones de la fórmula mágica de Segura, estarás más que satisfecho con esta nueva película.

Es de agradecer que el festival de cameos que caracteriza a las producciones de Segura esté más comedido en esta entrega. Por supuesto, hay compromisos que tachar, pero no acaban saturando y se escapan del sello de mediocridad.