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España España · Badajoz
Voto de Weis:
9
Romance. Drama La apacible pero anodina vida de Francesca Johnson (Meryl Streep), un ama de casa que vive en una granja con su familia, se ve alterada con la llegada de Robert Kincaid (Clint Eastwood), un veterano fotógrafo de la revista National Geographic, que visita el condado de Madison (Iowa) para fotografiar sus viejos puentes. Cuando Francesca invita a Robert a cenar, un amor verdadero y una pasión desconocida nacerá entre ellos. (FILMAFFINITY)
5 de septiembre de 2008
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los especialistas en ramas como la psicofarmacología suelen basar tanto su trabajo como su vida en el poder de la mente sobre el cuerpo, evitando así la aparición de elementos externos a los que resulte difícil de combatir.
Para aquellos que no hemos explorado ese patrón, supone una lucha encarnizada entre la psique y nuestro transporte blando y alterable, el momento en que innumerables elementos químicos provocan una interna reacción en cadena que da lugar a la aparición de una emoción.

Muchos estudios han dado por bueno el "amor" como la emoción mas pura e intensa, por encima de la ira o la desesperación. Sin embargo, es inútil ocultar que esos resultados en muchas ocasiones suelen conllevar fluctuación.

Aquí se da un verdad absoluta: si puedo asegurar que ese sentimiento se encuentra en el peldaño mas alto de los Juegos Olímpicos del Corazón, ello es porque he contemplado como un hombre, que la industria del cine ha concentrado en un personaje frío y despiadado, es capaz de llorar amargamente al ver que la mujer a la que ama no puede ser correspondida; he visto a dos personas utilizar el silencio para exaltar su amor ante el espectador, y si hubiera hecho falta, ante el mundo entero; he sufrido junto a ellos el comportamiento tan censurable de aquellos que denostan a otros, para autocomplacerse de sus deseos que nunca se cumplirán; he sentido la inevitable monogamia que una mujer debe sufrir por estar esclava de sus tradiciones o de las costumbres de la zona; y he sido poseído por la mas absoluta tristeza al comprobar que, teniendo delante de tí el sueño que se ha repetido muchas noches en tu cabeza, te sientes impotente al no poder gritar a los cuatro vientos lo que sientes, hasta que tu voz se raje.
Aunque Streep y Eastwood son actores, haciendo interpretaciones memorables, eres sabedor de que Madison no es el único lugar en el que esto ocurre.
Inevitablemente estamos condenados a sufrir. A ser ella. A ser él.
Es posible que este cronista que escribe también lo haya sufrido, y lo sufrirá no dentro de mucho.
A veces, por mas que no queramos, los pensamientos mas recordados son los que nunca llegamos a cumplir. Los frustrados.
Weis
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