Elio pasa sus días rodeado de libros, música y paisajes bellos.
Su verano transcurre normalmente hasta que aparece Oliver como ayudante de trabajo de su padre.
Con la llegada del enigmático Oliver, la vida de Elio dará un vuelco rotundo. De allí en adelante, se desarrolla una potente historia de amor. Y no cualquier amor. Se trata del primer amor, ése que difícilmente se olvida y que, siempre, deja una huella.
Si se trata de transmitir sensaciones, Call Me by Your Name, lo consigue con creces. El espectador logra conectar con los personajes y la historia pasional que se genera, poco a poco, con el correr del metraje.
Se abarca todo tipo de sentimientos y estados emocionales; atracción, duda, curiosidad, pasión, tristeza, desapego, felicidad, desolación, etc.
El director consigue buenas escenas al utilizar de manera óptima las locaciones y ambientación.
Punto aparte es Timothée Chalamet, quien se luce en su actuación. Él es el hilo conductor de toda la historia.

En resumen, es una buena película. Contiene los elementos necesarios para mantener atento y entretenido al espectador. Su simpleza hace que la historia de amor se destaque elegantemente.