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Voto de imenol:
10
1,7
1.963
Documental Documental sobre la vida de Justin Bieber, joven estrella de la música pop capaz de arrastrar tras de sí una marea de fans adolescentes. Nacido en Canadá en 1994, saltó a la fama por sus videos en Youtube, y es en la actualidad un auténtico fenómeno en Internet y en las redes sociales -cuenta con millones de seguidores en Facebook y Twitter, donde un empleado de esta empresa llegó a decir que el 3% del tráfico de la web era referente a ... [+]
3 de marzo de 2011
382 de 674 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magníficamente crepuscular, sutil bisturí de la tragedia humana, violento cuchillo de los vicios de una generación perdida, con momentos de catarsis y belleza cinematográfica impensables en los mundos de hoy en día, la nueva película de Jon Chu (desde ya, el Howard Hawks de su generación) ofrece una impagable lección de cine y una de las joyas más impresionantes que se han exhibido nunca en pantalla grande.

Citar las numerosas influencias del director es imposible. Los ecos de los westerns de Ford y la sobriedad de Clint Eastwood resuenan en cada plano, y la caracterización de unos personajes complejos y humanos recuerda a un Alfred Hitchcock en estado de gracia. Las influencias literarias están también muy presentes. Qué ocurriría si Shakespeare se pusiera a dirigir una película? Pues que probablemente le saldría algo semejante a esto.

Justin es el Hamlet del siglo XXI. Inmerso en el eterno conflicto entre la pasividad y la lucha, el ser o no ser, Justin se enfrenta a los escenarios en un hábil metáfora sobre la soledad y la desesperación de un mundo violento que mutila sin piedad los deseos de triunfo de las débiles almas que osan enfrentarse a él. El quijotesco personaje se halla a medio camino entre la realidad y la ficción, entre su vida normal y el alocado frenesí del espectáculo, perdido entre los engranajes de un universo que no comprende. La habilidad de Chu es crear una película que resume magistralmente los conflictos del siglo XX. La diferencia entre individuo y sociedad, la distancia entre lo real y lo ficticio, la fugacidad de la vida, la angustia existencial o la redención.
Y qué decir de la música! La voz angelical de Justin, sostenida por unas composiciones de gran complejidad y belleza, se eleva formando arquitecturas sonoras impensables. Mozart lloraría de emoción al escuchar los efectos misteriosos y evocadores de una canción como Baby, o con el festejo incesante a la vida de una canción como U smile, ambos nombres crípticos que esconden un propio universo en su interior.

Dejo ya de hablar, porque cualquier palabra que se vierta sobre esta joya será una mácula en su superficie perfecta. Os envidio por poder disfrutar por primera vez de un paraíso inigualable. Os espera en el cine la que puede ser la mejor película de la historia. Por favor, no podeis perderla.
imenol
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