Estoy un sábado por la tarde cualquiera, una vez que han pasado unos dos años desde la última vez que vi por segunda vez esta serie (supongo que se impone verla nuevamente y por ello estoy en esta página) y me he encontrado a mí mismo de nuevo emocionado con lágrimas en los ojos al leer las críticas de los demás, que más que críticas, al igual que éstas humildes líneas, son intentos preciosos de dar las gracias a los creadores de lo más maravilloso que he visto en mi vida (y tengo ya la nada desdeñable cifra de treinta y tres), sabiendo a pies juntillas que jamás, JAMAS, veré nada más maravilloso. Tan solo decir que los últimos cuatro capítulos (sí, sí, más de cuatro horas creo), me los vi de un tirón y me tiré casi las cuatro horas llora que te llora…Y el final…ese final… el final ya es que es inenarrable…No he llorado con esa mezcla de pena y gozo en mi vida. Es de los momentos más mágicos que voy a tener la suerte de atesorar en mi memoria.

No quiero extenderme mucho pero diré que cuando vi la serie por primera vez lo hice como casi todo el mundo lo hace…”de prestado”. Para cuando iba por la quinta temporada casi al final lo vi claro: la compré en original única y objetivamente porque EN ESTE CASO SÍ QUE SÍ lo menos que se puede hacer a sus creadores es intentar devolverles vanamente el gran regalo de vida que nos han hecho. Es la obra maestra de mi pequeña filmoteca, y únicamente la presto (lo admito) a aquellas personas a las que les confiaría mi vida. Eso sí, a esas personas llevo desde entonces dándoles la matraca para que disfruten de esos últimos 5 minutos maravillosos con la advertencia de que si no lloran, es que tienen el corazón podrido, y así lo siento yo, le pese a quien le pese. Soy como el profeta que sin duda alguna tiene la certeza divina de que es mensajero de Dios…cosa más bella no se ha hecho, porque se sabría, y hasta ahora a todos los que he convencido, nos les he fallado, y por eso escrito también estas líneas…porque no quiero fallarte, porque te lo mereces…

Y ya un poco menos trascendental diré: SERIE PARA DEGUSTAR, no para consumir, ojo. Si se puede, mejor que mejor verla sólo y tranquilo, porque el mensaje es unipersonal y trascendente. Es serie para SENTIRLA, no para comentarla…Luego de un primer visionado ya si quieres ( y lo harás, seguro), compartir con tus seres más queridos pero…

¡CUIDADO!, mi mujer por ejemplo todavía me las está haciendo pagar (en el buen sentido de la palabra)…Y me las está haciendo pagar porque la tuve que llevar tras esos cinco minutos finales de ensueño a una farmacia de guardia a las una de la mañana porque de la congestión nasal que pilló a fuerza de la “llorera” no podía ni dormir, y han pasado dos años sin que le pueda poner en el coche la música de los cinco minutos finales porque no se quiere emocionar…Me dijo la pobre mía que "esas cosas se avisan", y lo peor de todo es que estaba más que avisada...Hasta ese punto te desnuda y desarma emocionalmente esta maravilla de la historia.

Sí sí, has leído bien y TE JURO que no estoy mintiendo ni exagerando…Una serie que tras dos años de haberla visto te puede provocar el NO poder escuchar una canción sin que se te salten las lágrimas, y una serie que te puede provocar tras tres o incluso cuatro años la necesidad de escribir al mundo unas líneas como mínimo intento de devolver lo que el genio del ser humano es capaz de alumbrar, sintiendo de verdad en lo más hondo de tu ser que tienes que avisar a los demás para que no dejen este mundo sin haberla visto.

Como último apunte, una serie cuyos últimos cinco minutos, una vez asimiliado y asumido lo que se ta ha revelado antes tus ojos en esas cinco temporadas, te hacen preguntarte si morirse, quizás es lo más bello que existe…