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España España · Barcelona
Voto de Quim Casals:
7
Drama A finales del siglo pasado, en un monasterio situado en las montañas del Magreb, ocho monjes cistercienses viven en perfecta armonía con sus hermanos musulmanes. Pero una ola de violencia y terror se apodera lentamente de la región. A pesar del creciente peligro que los rodea y de las amenazas de los terroristas, los monjes deciden quedarse y resistir. (FILMAFFINITY)
14 de enero de 2011
59 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como "Apolo 13", "Invictus" o, desde la propia temática religiosa, cualquier recreación de la pasión de Juana de Arco, este film narra unos hechos reales cuyo desenlace ya es conocido de antemano por el espectador (en este caso el asesinato en 1996 por parte de integristas musulmanes, durante la guerra argelina, de un grupo de monjes cistercienses del convento de Nôtre-Dame de l’Atlas, que decidieron permanecer allí a pesar de tener la opción de abandonar el país).

Como ocurre con este tipo de películas, una vez eliminado el "suspense" del cómo termina, el interés ha de manifestarse por otros derroteros, siendo siempre el más conveniente la profundización en el trayecto. Esto es lo que logra holgadamente Xavier Beauvois, quien no centra su discurso fílmico en el análisis global del conflicto bélico, sino que dedica sus esfuerzos a intentar reflejar el proceso interior por el cual ese grupo de hombres tomó su decisión. De ahí que no nos apartemos nunca del punto de vista de los monjes.

En unos tiempos donde el cine tiende a mostrar el ámbito de lo religioso —y en particular, lo referente al catolicismo— desde polaridades muy extremas (la burla y la ridiculización por el lado de los detractores, o el fundamentalismo neocon por el de los defensores) se agradece la mirada serena, en absoluto dogmática, del director.

De esta manera no se lleva a cabo, como muchos podrían temer —o desear—, ninguna apología del martirio. Al contrario, lejos de cualquier énfasis simplificador, los recovecos de la fe son recorridos por la racionalidad, con una serie de deliberaciones dónde cada personaje expone, siempre argumentada y nunca fanáticamente, sus razones. Nadie hace gala de ningún heroísmo sobrehumano: en el diálogo surgen las dudas, los miedos, las contradicciones…

La eficacia fílmica de una apuesta de este tipo reside en el acierto en el elenco, y aquí sobresale la grandeza del veteranísimo Michael Lonsdale. Acorde con ese tono ya comentado de sensatez, el director huye de grandilocuencias y efectismos, a riesgo de supeditarse a una austera puesta en escena en determinadas fases algo plana o monocorde. Destacan, eso sí, dos extraordinarios momentos comentados en la zona spoiler.

El título de una magnífica crítica de esta misma página advierte atinadamente que es una película para religiosos y para los que no lo son. Lo primero es cristalinamente evidente y no hace falta abundar en ello (podríamos en todo caso añadir que, más que para creyentes de base o religiosos involucrados en una vida de ayuda a los más desfavorecidos, el visionado del film resulta especialmente indicado para las más altas esferas eclesiales). En cuanto a lo segundo, cabe resaltar que, más allá del hecho que a los personajes les mueva una creencia concreta, estamos a fin de cuentas ante una universal reflexión sobre la coherencia ética de actuar de acuerdo a los propios principios y convicciones, lo cual siempre es importante y pertinente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Quim Casals
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