Esta película retrata, particularmente, la carrera artística del pintor y escultor italiano Amadeo Modigliani en el París de comienzos de siglo. Pero adentrarse en la biografía del autor presupone establecer una relación con los otros "genios" de su época, concentrados en un café. Allí se ve su rivalidad personal con un Picasso popular, líder, dominante del círculo de artistas, entre irreverente e insolente, que lo trata con poca cordialidad, diríamos. Modigliani, de origen judío, se enamora de Jeanne, que es católica. El pintor sufre distintas enfermedades y una fuerte adicción al alcohol, lo que va minando su salud. La película tiene su interés, tiene intenciones artísticas, en alguna medida logradas, con algunas cuotas de exacerbación morbosa, sobre la locura de Utrillo, por ejemplo o cuando el protagonista recibe una feroz golpiza camino a una exposición donde el cuadro que representa a Jeanne es admitido. En lugar de aparecer algunos hilos de sangre, aparece la mitad de la cara pintada de rojo sin ninguna textura ni relieve sino una mancha plana de ese color que cubre todo, lo que parece un poco exagerado. Por otra parte, la reconstrucción de época parece bastante acertada, hay buenos planos de automóviles de época, vestimenta característica de esos tiempos...algunas escenas poco verosímiles pero de intención artística, como la caída de copos de nive azul sobre el pintor malherido -evocando su alma artística-, que a veces se mezclan con esferas blancas. Tambien, otras escenas de diversos artistas realizando sus obras con música religiosa en tono de rap, que tal vez se prolonguen demasiado. El nivel de la película es bastante artístico, aun cuando existen -insisto- algunos detalles truculentos o exagerados, y algo de sentimentalismo innecesario. Pero, en conjunto resulta un film interesante, que tiene su personalidad.