Tengo que reconocer que "Death Note" es una serie fascinante. A nivel visual creo que no hace falta que pierda el tiempo nombrando sus méritos, me hace bastante gracia en ese sentido una expresión que he leído en una crítica, comentando que, con su apabullante mezcla de imágenes y sonido, logra crear un tono épico hasta de escribir cuatro líneas con un boli. Muy de acuerdo.

Igualmente digo que el concepto es muy interesante. La idea de un cuaderno de muerte que cae en manos de un justiciero me parece lo suficientemente retorcida como para proporcionar una base cojonuda a todo lo que sucede después. Si además ese "justiciero" no es un mindundi cualquiera, sino un tío tan perfeccionista, ególatra, demente y carismático como Light Yagami, poco más necesita la serie para mantenerte sentado.

Por otro lado, no me empapé demasiado con el problema ético de la serie que surge a raíz del uso del cuaderno, creo que en ese aspecto sí se nota en exceso que la serie está pensada para un público japonés, en el que la idea de la muerte como forma de castigo o redención está más asentada.

Con el aspecto artístico cubierto y una base argumental envidiable, quedan por presentar los personajes. Y, al menos durante los primeros episodios, son todos enormes. Light se convierte en el villano perfecto, no sabes por dónde va a salir en ningún momento. Como su contrapartida, aparece L, un detective un poco raro pero que iguala (y tal vez supera) a Light en ingenio, y la serie se convierte en un -tal vez, algo repetitivo- entretenidísimo duelo cerebral, entre dos personajes que aparte de ser profundamente carismáticos, son estéticamente antagónicos (Light es el chico perfecto, apuesto, esbelto, su imagen impoluta contrasta con el cuerpo curvado, los vicios absurdos (esos pastelitos) y la absoluta falta de modales del segundo) y, en el fondo, se parecen más de lo que intuyen.

Qué decir del resto. Las escenas tan naturales con la familia de Yagami, con el padre que proporciona un hilo bastante tenso a la trama. Luego está Matsouda, que se presenta como una alternativa interesante en la investigación (cosa que por desgracia no se aprovecha). Y bueno, Ryuk, otro grande. Entre su obsesión con las manzanas, su colegueo con Light, la actitud curiosa y casi diseccionadora con la que observa la sociedad humana...

Con estos elementos, se consiguen verdaderas obras maestras que son un prodigio de tensión y emoción, y de las cuales mi favorita es el episodio 7. No adelanto nada, sólo diré que el capítulo te deja KO emocionalmente, es brillante desde su planteamiento hasta su resolución.

Vamos, que la serie tiene todos los elementos para ser un diez como una catedral, pero más o menos a partir del episodio 16 decae mucho y empieza a mostrar claros signos de irregularidad, las tramas se precipitan, aparecen personajes que no suplen la ausencia de otros y se busca un tono humorístico que para mí mata la serie incluso más que ciertas decisiones más criticadas en general.