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España España · Málaga
Voto de Kaori:
6
Acción. Aventuras. Fantástico A pesar de estar enterrada en una tumba en lo más profundo del desierto, una antigua princesa (Sofia Boutella) cuyo destino le fue arrebatado injustamente, se despierta en la época actual, trayendo consigo una maldición que ha crecido hasta límites insospechados con el paso de miles de años. (FILMAFFINITY)
25 de junio de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por favor, venga ya, en serio. ¿Un 4.8 como nota media a dos semanas de su estreno? Vamos, hombre.

Esto podría explicarse por varios motivos: odio y envidia hacia su actor principal, odio de los fanáticos de Boris Karloff, de los fanáticos de «La momia» de Sommers (me incluyo, ¡es genial!), de fanáticos de los superhéroes (porque sí), de fanáticos gafapastas, de fanáticos de cine «complejo» y «serio»... Podrían ser motivos, no lo sé, solo podrían; pero está claro que alguna razón tiene que haber para que, repito, «La momia» de 2017 llegue al cinco raspado. Aquí pasa algo. Pasa algo, además, que no tiene nada que ver con la película, eso quiero que quede bien claro.

Alex Kurtz inicia el Universo Oscuro de la Univeral, un proyecto que al parecer va a reunir a todos los monstruos clásicos de la productora. Esta idea a mí en principio me parece digna de atención y habrá que esperar a cómo sigue la franquicia teniendo en cuenta que esta primera entrega supera las expectativas. Que nadie se engañe con lo de «oscuro», que aquí la oscuridad es superficial y relativa, nocturna pero no emocional, que a lo mejor es eso lo que muchos esperaban: una película que dicen seria, profunda, épica a lo Nolan, que para mí es un pedante de cuidado. Así que, amigo, yo hago mías las palabras de Nick Morton y te pregunto eso de: ¿dónde está tu espíritu de aventura?

Porque «La momia» es eso y nada más: una cinta de aventura clásica que añade la visión gótica de los monstruos de antaño, y de ahí que debamos entenderla en ese concepto. La aventura de un militar saqueador de antigüedades que queda maldito al profanar, y con ello liberar, la tumba de una princesa egipcia convertida en momia. No hay mayor sentido de la aventura que ese tiroteo socarrón en Irak, que esa magnífica escena del avión cargada de adrenalina, correr por las calles de Londres con las arenas del desierto pisándote los talones, ahogarse en los túneles profundos y ocultos bajo la ciudad; encontrarte con el mal en una iglesia abandonada y enfrentarse a muertos viviente reinterpretados en «La momia» de la mejor manera posible. Es la aventura de un ritual antiguo y prohibido que puede convertir a un hombre en dios con imprevisibles consecuencias. ¿Es «La momia» el origen de un nuevo monstruo? Lo veremos.

Todo esto con un humor que funciona. Funciona muy bien, entre otras cosas por un Tom Cruise pletórico, le duela a quien le duela. El ritmo no decae durante la primera hora y es en la segunda parte, desde la aparición del doctor Henry, cuando la historia se desubica obligada por las circunstancias de explicarnos el universo que tienen entre manos; habría que encontrar otra forma de presentar ese universo y lo que hay de fondo sin mezclarlo todo a presión, porque lo cierto es que interesa poco en una película que va de la momia, no de Mr. Hyde ni de Prestigium. De hecho, que me toquen, y además dándole ese papel, a un personaje tan grandioso como Jekyll no lo veo muy claro. Los secundarios ni aportan ni restan, y de hecho la relación entre Jenny y Nick comete el error de quitarle toda tensión sexual desde el primer minuto.

Lo peor diría que es el desenlace, simplemente porque no queda bien aclarado y, por lo tanto, podemos interpretarlo de muchas formas sin que ninguna sea convincente.

Por lo demás, entretenida, desprejuiciada, enérgica y divertida, «La momia» vive.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kaori
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