Insulsa secuela de "Doce en Casa", que fue una comedia ligerita y para todos los públicos (sobre todo para el infantil) que nos narraba la vida de una familia numerosa de 12 hijos, sus travesuras y los quebraderos de cabeza de sus padres.

Bien, esta secuela repite exactamente la misma fórmula... solo que con un ritmo más lento de menos gracietas por minuto... que además son mucho menos divertidas (directamente, no son divertidas).

Se repiten de nuevo los típicos incidentes y travesuras de mascotas salvajes sueltas por la casa destrozando todo, grifos rotos y demás. Ahora las trastadas de la familia se suceden en un campamento.

La verdad es que es una comedia descaradamente tonta y básicamente para niños a los que puede entretener por estar protagonizada por críos en un campamento... aunque tampoco creo yo que les vaya a entusiasmar, ya que en "Doce fuera de casa" suceden más bien poquitas cosas. Como comedia resulta fallida, monótona y poco imaginativa (sus situaciones excesivamente prefabricadas y poco originales ni siquiera levantan la sonrisa. Más bien es embarazoso lo poco divertido que resulta el tema por mucho que el pobre Steve Martin haga el payaso intentado hacer reir).

No nos reserva momentos tan divertidos como su predecesora, ni tiene un ritmo tan rapido como aquella. Solo se hace interesante durante sus primeros minutos gracias al carisma de sus protagonistas... pero cuando empieza una rivalidad absurda y mal llevada con otra familia numerosa del campamento, "Doce fuera de casa" avanza haciéndose cada vez más insoportable, repetitiva y uno se hace consciente de la tontería que está viendo.

Su gran fallo es, sobre todo, la nueva familia numerosa rival en la que sus miembros son ricos, superdotados y disciplinados (claro, es que la familia protagonista es algo más "pobre", perdedora, tontorrona y hortera... así que tienen que llevarse mal y punto). No solo es que los nuevos actores tengan un nulo carisma, es que además esa "rivalidad" resulta desapasionada, totalmente infantil y con momentos tipicones tipicones. Es el típico humor chabacano de la exageración del hortera y el pijo, intentando crear situaciones embarazosamente divertidas, pero que resultan totalmente olvidables y muy poco inspiradas.

Una comediucha sin gracia que para mí pasa sin pena ni gloria. Al menos sigue teniendo una buena selección de canciones.

Lo mejor: La música.
Lo peor: Los nuevos personajes.