De Palma maneja con esplendor los hilos de esta película "gangsteriana" de mafia Vs. policía ambientada en el Chicago de los años 20 (y basada vagamente en hechos verídicos, claro está).

La verdad es que hay que reconocer con total sinceridad que la cinta no ofrece nada nuevo en la lucha mafia-policía que no se haya ofrecido antes (o después) en el cine... pero el gran tirón y la enorme inquietud que siempre brinda esta sabida premisa (ya nos sabemos los detalles de la curiosa época de la ley seca, Al Capone y "familias" varias) es imposible de disipar. Y aquí De Palma vuelve a ofrecerlo a la gran pantalla de manera muy buena.

Quizá el guión podría haber profundizado un poco más en la complejidad de la trama (esto no es "El padrino")... pero ni falta que hace: con lo que nos da de trama ya hay suficiente expectación, intriga y desasosiego.

Y es que "Los intocables de Eliot Ness" por lo que destaca es por su narración de compás prácticamente perfecto y realización admirable (su intenso montaje, el homenaje de sus secuencias y la elegante composición de los planos apenas permiten que se aparten los ojos de la pantalla... e incluso cede alguna que otra escena cargada de suspense realmente memorable) que la convierten en un deleite cinematográfico lleno de nervio, emoción y espectáculo mientras Eliot Ness y sus tres incondicionales luchan contra la hidra de la mafia.

Pero lo que hace a este largometraje ser uno entre un millón es Sean Connery y su personaje: Malone. Cuando Malone aparece por primera vez en pantalla es cuando la película toma verdadera personalidad. Connery comienza el metraje como un delicioso robaescenas para acabar siendo un personaje convertido en leyenda. Su Malone es único, es fuerza pura, carisma infinito, ternura inextinguible. Malone es el paradigma de la honradez, de la firmeza, de la experiencia, Malone honra el honor y no le tiembla el pulso al disparar un arma para defender a un colega... y además consigue ser el más humano de los personajes. Sí, es el tierno padre que Chuck Norris nunca tuvo. Aunque claro, esto evidencia al resto del reparto irregular (un acertado Andy García pero un Costner soso y un Pacino algo sobreactuado).

A pesar de esto la trama y su descripción tienen las suficientes virtudes como para dismular las pequeñas carencias del film. "Los intocables" es mejor que cualquier otra película de gangsters (con permiso de los "Padrinos"), un largometraje que hace palidecer a evocaciones recientes de la época como "Enemigo público"... y que incluso supera en interés e intraquilidad a "Infiltrados". Ideal para los que deseen recrearse con la cara B del cine mafioso (el lado de los agentes del orden que no han hecho de la corrupción una profesión pero sí un vicio).

Lo peor:...