Una historia complicada, con muchos personajes y datos. Te ayuda a ponerte en situación la intro en forma de documental de los primeros minutos y lo poco de historia general que tienes. Las actuaciones y la caracterización de los personajes la encontré muy acertadas. El fiscal sureño interpretado por Costner (que a mi me recuerda un poco a Gregory Peck en Matar a un ruiseñor) lleva el peso de la película y lo hace con nota. De las otras interpretaciones me quedaría sobretodo con Joe Pesci y Tommy Lee Jones, personajes con un toque sordido que me encanta. El alegato final en el juicio, de casi una hora de duración, con imágenes reales y ficticias montadas de una forma magistral, es de lo mejor que he visto en cine, y además te deja una visión clara del caso que durante la película a veces cuesta un poco de seguir.
La música que acompaña al film, que sin leer los créditos ya sabes que es John Williams, le un toque aún más solemne a la narración y te das cuenta que es el compositor ideal para las numerosas películas patrióticas americanas.
Políticamente el film es un muy controvertido, ya sabemos que Oliver Stone no es republicano, pero solo da un punto de vista, la del fiscal Garrison, y esta es la verdad absoluta del film. Por ejemplo, en el minidocumental inicial ya te señala abiertamente cual es en su opinión el culpable del asesinato.
Supongo que yo la he querido entender y ver como una película de intriga política y no necesariamente te tienes que poner de un lado, si eres americano te puede dejar muy incomodo igual si simpatizas con las ideas del Sr. Stone como si no.