Y un buen día la niñita de Francis pensó, pues si papi es tan gran director a lo mejor yo también tengo el gen, siiiii, es posible que sea cuestión de genética. Así que le dijo a papá Francis que le diera voltaje porque tenía un montón de idioteces que a ningún mamarracho se le ocurriría poner en pantalla, pero como ella era la hijita del papá del Padrino pues sería la bomba. Y después de la infumable "Las vírgenes suicidas" que no hay hijo de madre que la aguante, nos viene con esta estupidez que no tiene ni pies ni cabeza pero que tiene el aura de la anormal hijita aburridilla, que se cree que es una autora o algo por el estilo. Lo peor como siempre es que haya quien la siga el juego, y que a esta petarda de "directora", que la dio por dirigir lo mismo que la podría haber dado por cantar o ser diseñadora de moda o cualquier memez a su alcance por ser hija de quien es, tenga la decencia de decirla que se vaya a jugar al tenis o al gimnasio y deje de joder el cine. De la película, que se puede decir, ¿acaso es esto cine? Un imbécil acabado es seducido por una jovencita que está para untar con pan (¿ciencia ficción?), cuando rueda anuncios en japón a los que deja como patéticos y ridículos personajillos fascinados por mediocridad de los americanos y sus perniciosas costumbres. Me cuesta recordar alguna película peor que este engendro. Y ahora "María Antonieta", mira niña que vaya a verla tu padre.