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Voto de TOM REGAN:
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Aventuras
Tom Sawyer es un chico que vive en un pueblecito sureño a orillas del Mississippi. Huérfano, comparte hogar con sus primos en casa de tía Polly. Es un chico imaginativo, travieso, inquieto, abierto y sincero. Su temperamento indomable, aunque noble, le hace acreedor de múltiples castigos y reprimendas. Él lo intenta, pero su imaginación desbordante no lo deja en paz y no sale de un lío cuando ya está metido en otro. Tía Polly, con razón ... [+]
11 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
219/07(09/08/23) La visión de esta película es regalarme un chute de vitalismo, de entrar en la máquina del tiempo y trasladarme a mi siempre idealizada niñez, con la mejor adaptación hasta la fecha de la popular novela homónima de aventuras de 1876 del estadounidense Mark Twain. Una gratísima película donde es imposible no sentirte emocionado al reflejarte en ese mocoso travieso protagonista, imposible no querer vivir esas aventuras constantes, ese primer amor, como querer escabullirte de tus responsabilidades, querer bañarte en el río, la libertad de jugar descalzo, las tropelías en el colegio, las reprimendas en casa, todo con un sentido juvenil arrollador. Las aventuras de Tom Sawyer fue la cuarta adaptación cinematográfica de la novela de Twain, después de las versiones lanzadas en 1907, 1917 y 1930, y esta es la primera filmada en Technicolor. Dirige Norman Taurog, con guion de John VA Weaver (“Y el mundo marcha”), con su sensacional síntesis del libro original, de una brillantez concisa y arrolladora en su magnetismo, en su poder evocador de la nostalgia de esa niñez que se nos escapó sin darnos cuenta.
El guion sabe orgánicamente fluir las situaciones más míticas: el encalado de la cerca, el enamoramiento de Becky, la tropelía en el premio de la Biblia (Adán y Eva los primeros discípulos de Jesús?), las fechorías en el colegio (esa caricatura del maestro que acaba en ‘sacrificio’ de Tom, que acaba con la azotaina que vemos en fuera de plano a través d ellos rostros de los alumnos), la visita al cementerio a medianoche, la escapada juvenil a la isla en el Mississippi, los juegos de piratas, la asistencia de Tom a su propio funeral, el running-gag del enfrentamiento de Tom con su hermano Sidney (Tía Polly!), el juicio con colofón de la intrépida huida, la excursión a la cueva, y el enfrentamiento entre el indio y Tom. Todo ello con un ritmo trepidante, pero sabiendo incluir dosis de humanismo en el trato de Tom con su tutora tía Polly. Regado con un humor delicioso (esa Polly esperando con palo abajo cuando Tom huye por la ventana; el tramo en que Tom da aceite de ricino al gato; ese golpe de dedos de tía Polly con el dedal), con dosis de dramatismo, y emoción fenomenales (la visita furtiva que Tom hace a tía Polly huir), así como hay dosis de acción tensa, summum el espectacular tramo en la cueva. Todo con equilibrio formidable. Ello gracias a una sensacional producción de David O. Selznick, pone gran énfasis en trasladarnos a la atmósfera de ese tiempo y lugar, atemporal recordatorio de nuestra infancia como símbolo de un tiempo sin responsabilidades, maximizábamos los problemas, nos metíamos en travesuras, todo eso captura esta entrañable película
Protagonizada por un Tommy Kelly espléndido en la vitalidad que transmite, cuando pensamos en este personaje solo este pecoso chico es la personificación eterna de chico con sombrero de paja, con ojos radiantes, y su sonrisa pícara, incluso conmoviendo en los tramos dramáticos (este tierno beso que le da a tía Polly durmiendo); Junto a él Jackie Moran como Huck Finn, fumador de pipa, vagabundo sin hogar en el pueblo, cumple, aunque me ha faltado más de este personaje, empezando por saber de su situación de ‘perro callejero’. Su rol es de acompañamiento de Tom, solo tiene algo de papel cuando explica a Tom lo del gato muerto en el cementerio; Ann Gillis como el anhelo amoroso Becky Thatcher es estupenda en su inocencia y con una química fabulosa con Kelly, maravillosa la escena en que él se le declara junto al rio, pero también emitiendo realismo dramático como lo es en el tramo del clímax en la cueva; David Holt como el hermano Sidney de Tom da muy bien como el repelente sabelotodo; Divina Cora Sue Collins como la niñita Amy Lawrence, tremenda en su escaso, pero rico rol de enamorada de Tom, como coquetea con él regalándole un par de veces un regaliz; Mickey Rentschler como el amigo de fuga Joe Harper, excelente cuando en la isla trémulo cuenta a Tonm que echa de menos las reprimendas maternas; Marcia May Jones como la prima Mary de Tom, aparece, pero siempre en la cuasi-sombra; También está Philip Hurlic, niño afroamericano, no se dice claramente, pero es esclavo de tía Polly, hay que poner el filtro de que estamos en el Sur USA en 1840, apenas habla, pero expresa mucho con la mirada, sobre todo ese llanto bajo el carro cuando cree haber perdido a su amigo. Se agradece el film, aun estando en 1938 en plena era Jim Crow, no se haga caricatura por su color de piel.
Entre los mayores destaca una prodigiosa May Robson como tía Polly, la australiana es portentosa roba escenas con su carisma y carácter, auna dureza y sensibilidad, ello en el trato a Tom, visceral, impulsiva, pero cariñosa, muy buena actuación la suya, teniendo el honor de tener la última frase genial: “Tom llegará a presidente, si antes no lo ahorcan!); El gran secundario de Hollywood, Walter Brennan (ganó tres Oscar en esta categoría: “Rivales”, “Kentucky” y “El Forastero”) como el borracho Muff Potter, da otra lección de que no hay papeles pequeños, si no actores buenos y malos, deja impronta de personaje patético, pero noble, con enternecedora charla tras los barrotes con Tom y Huck; Victor Jory es una figura plana del villano con componente racista, ‘Joe el Indio’, para ello con maquillaje que lo palidece, cumple con su rostro de malo malísimo, sobre todo en la escena del juicio; Olin Howlin en una escena deja huella con su rígido maestro de escuela con todo un arsenal de varas para azotar, aterrador en los primeros planos, sexteados por el contraplano de las caras estremecidas de los niños; Aparece Margaret Hamilton como la madre del amigo de Tom, que al año siguiente pasaría a la historia con legendario rol de "Bruja Malvada del Oeste" en “El mago de Oz” (1939); También aparece Donald Meek, que también al año siguiente haría su papel puede más destacado como uno de los viajeros en la ‘fordiana’ “La Diligencia” (1939).
El guion sabe orgánicamente fluir las situaciones más míticas: el encalado de la cerca, el enamoramiento de Becky, la tropelía en el premio de la Biblia (Adán y Eva los primeros discípulos de Jesús?), las fechorías en el colegio (esa caricatura del maestro que acaba en ‘sacrificio’ de Tom, que acaba con la azotaina que vemos en fuera de plano a través d ellos rostros de los alumnos), la visita al cementerio a medianoche, la escapada juvenil a la isla en el Mississippi, los juegos de piratas, la asistencia de Tom a su propio funeral, el running-gag del enfrentamiento de Tom con su hermano Sidney (Tía Polly!), el juicio con colofón de la intrépida huida, la excursión a la cueva, y el enfrentamiento entre el indio y Tom. Todo ello con un ritmo trepidante, pero sabiendo incluir dosis de humanismo en el trato de Tom con su tutora tía Polly. Regado con un humor delicioso (esa Polly esperando con palo abajo cuando Tom huye por la ventana; el tramo en que Tom da aceite de ricino al gato; ese golpe de dedos de tía Polly con el dedal), con dosis de dramatismo, y emoción fenomenales (la visita furtiva que Tom hace a tía Polly huir), así como hay dosis de acción tensa, summum el espectacular tramo en la cueva. Todo con equilibrio formidable. Ello gracias a una sensacional producción de David O. Selznick, pone gran énfasis en trasladarnos a la atmósfera de ese tiempo y lugar, atemporal recordatorio de nuestra infancia como símbolo de un tiempo sin responsabilidades, maximizábamos los problemas, nos metíamos en travesuras, todo eso captura esta entrañable película
Protagonizada por un Tommy Kelly espléndido en la vitalidad que transmite, cuando pensamos en este personaje solo este pecoso chico es la personificación eterna de chico con sombrero de paja, con ojos radiantes, y su sonrisa pícara, incluso conmoviendo en los tramos dramáticos (este tierno beso que le da a tía Polly durmiendo); Junto a él Jackie Moran como Huck Finn, fumador de pipa, vagabundo sin hogar en el pueblo, cumple, aunque me ha faltado más de este personaje, empezando por saber de su situación de ‘perro callejero’. Su rol es de acompañamiento de Tom, solo tiene algo de papel cuando explica a Tom lo del gato muerto en el cementerio; Ann Gillis como el anhelo amoroso Becky Thatcher es estupenda en su inocencia y con una química fabulosa con Kelly, maravillosa la escena en que él se le declara junto al rio, pero también emitiendo realismo dramático como lo es en el tramo del clímax en la cueva; David Holt como el hermano Sidney de Tom da muy bien como el repelente sabelotodo; Divina Cora Sue Collins como la niñita Amy Lawrence, tremenda en su escaso, pero rico rol de enamorada de Tom, como coquetea con él regalándole un par de veces un regaliz; Mickey Rentschler como el amigo de fuga Joe Harper, excelente cuando en la isla trémulo cuenta a Tonm que echa de menos las reprimendas maternas; Marcia May Jones como la prima Mary de Tom, aparece, pero siempre en la cuasi-sombra; También está Philip Hurlic, niño afroamericano, no se dice claramente, pero es esclavo de tía Polly, hay que poner el filtro de que estamos en el Sur USA en 1840, apenas habla, pero expresa mucho con la mirada, sobre todo ese llanto bajo el carro cuando cree haber perdido a su amigo. Se agradece el film, aun estando en 1938 en plena era Jim Crow, no se haga caricatura por su color de piel.
Entre los mayores destaca una prodigiosa May Robson como tía Polly, la australiana es portentosa roba escenas con su carisma y carácter, auna dureza y sensibilidad, ello en el trato a Tom, visceral, impulsiva, pero cariñosa, muy buena actuación la suya, teniendo el honor de tener la última frase genial: “Tom llegará a presidente, si antes no lo ahorcan!); El gran secundario de Hollywood, Walter Brennan (ganó tres Oscar en esta categoría: “Rivales”, “Kentucky” y “El Forastero”) como el borracho Muff Potter, da otra lección de que no hay papeles pequeños, si no actores buenos y malos, deja impronta de personaje patético, pero noble, con enternecedora charla tras los barrotes con Tom y Huck; Victor Jory es una figura plana del villano con componente racista, ‘Joe el Indio’, para ello con maquillaje que lo palidece, cumple con su rostro de malo malísimo, sobre todo en la escena del juicio; Olin Howlin en una escena deja huella con su rígido maestro de escuela con todo un arsenal de varas para azotar, aterrador en los primeros planos, sexteados por el contraplano de las caras estremecidas de los niños; Aparece Margaret Hamilton como la madre del amigo de Tom, que al año siguiente pasaría a la historia con legendario rol de "Bruja Malvada del Oeste" en “El mago de Oz” (1939); También aparece Donald Meek, que también al año siguiente haría su papel puede más destacado como uno de los viajeros en la ‘fordiana’ “La Diligencia” (1939).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
A O. Selznick le sirvió esta película como especie de banco de pruebas para su Icónica producción “Lo que el viento se llevó”, estrenada un año después, aquí con parte del equipo que haría el milagro de que una de las películas más problemáticas en su rodaje fuera una Obra Maestra. Aquí dirige Norman Taurog, aunque George Cukor dirigió algunas escenas (sin acreditar), este también tuvo realización la cinta con Rett Butler, aunque también sin acreditar. Así igual que con el referido hubo una gran campaña de marketing por todo USA para escoger al protagonista, como la hubo para escoger a la Scarlett O’Hara. Se hizo la película en el poco utilizado hasta entonces Technicolor (los primeros se hicieron en 1935), en este caso bajo el DP James Wong Howe (“La cena de los acusados” o “Chantaje en Broadway”), aquí con un despliegue cromático pastel que cala en los niveles melancólicos de cuasi ensoñación de nuestra niñez, ello también jugando con los subjetivos y primeros planos, así como planos generales prodigiosos en como expone la cueva, como buenísimo el plano de la Iglesia donde el sacerdote oficia un funeral y la cámara se eleva y vemos a los muertos observar a escondidas desde las alturas; Así como compartieron ambos films el diseñador de producción William Cameron Menzies (“El ladrón de Bagdad” o “La vuelta al mundo en 80 días”) y el director de arte Lyle Wheeler (“Rebeca” o “El Rey y yo”), sobre todo magnos en la recreación de la cueva; el director de efectos especiales Jack Cosgrove (“Recuerda” o “Invasores de Marte”), siendo valioso este elemento en el tramo en la cueva para acentuar la intensidad con escenarios que huelen a reales, con esa caída al vacío; el diseñador de vestuario Walter Plunkett (“La Diligencia” o “Esmeralda, la Zíngara”); e incluso el compositor musical es el maestro Max Steiner; Todo da el valor de los grandes valores de producción que tiene este film de aventuras juveniles.
Comienza con un sobreimpresionado de una cita del autor Mark Twain, recordando que la historia que vamos a ver l está destinado a evocar la travesura y la emoción cruda de la infancia. Tras ello entramos en las travesuras de Tom, ya de inicio haciendo novillos para ir a bañarse al río, siendo ‘destapado’ por su hermano Sidney ante su rígida tía Polly y ya vemos en funcionamiento su dedal; Tras ello la clásica secuencia en que es obligado a pintar la cerca de la casa y Tom se las ingenia para hacer creer a sus amigos que no es un trabajando y sí un juego, obteniendo encima regalos por dejarlos ‘jugar’, entre ellos un elemento recurrente en la película (apareciendo de modo fundamental en el clímax), como es un picaporte dorado (genial cuando lo ve Tom y pregunta que es, y tras decírselo el dueño, comenta que siempre ha querido tener uno); pasamos a ver a Tom con una niña que coquetea con él y Tom pasando de ella por el flechazo que ha sufrido con Becky, y con ello flirtea con ella con una acrobacia que Sidney sabotea; Tras ello una jocosa escena de premio de una Biblia; Y más y más, en esta sucesión de viñetas divertidas, con algunos tramos neurálgicos (como esa nota escrita a mano de Tom para su tía Polly el juego que da). Hasta desembocar en el gran clímax en la cueva, de un realismo tremendo (pongamos el filtro del tiempo en marcha), llegando a niveles de pesadilla con esos abismos bajos los pies, esa cascada, esos derrumbes, y la aparición final. Me falla un poco la inclusión final de una sub trama mejor trabajada en el libro, aquí la meten de rondón y resulta orgánicamente coja (*spoiler).
Spoiler:
Me refiero a lo concerniente a la caja con monedas que encuentra Tom en la cueva, esto en la novela tiene mucha más historia y aquí lo meten con calzador, sin aportar sustancia alguna.
Me queda un clásico imperecedero para toda la familia, que deberían ver todos los niños y los no tanto. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2023/08/las-aventuras-de-tom-sawyer.html
Comienza con un sobreimpresionado de una cita del autor Mark Twain, recordando que la historia que vamos a ver l está destinado a evocar la travesura y la emoción cruda de la infancia. Tras ello entramos en las travesuras de Tom, ya de inicio haciendo novillos para ir a bañarse al río, siendo ‘destapado’ por su hermano Sidney ante su rígida tía Polly y ya vemos en funcionamiento su dedal; Tras ello la clásica secuencia en que es obligado a pintar la cerca de la casa y Tom se las ingenia para hacer creer a sus amigos que no es un trabajando y sí un juego, obteniendo encima regalos por dejarlos ‘jugar’, entre ellos un elemento recurrente en la película (apareciendo de modo fundamental en el clímax), como es un picaporte dorado (genial cuando lo ve Tom y pregunta que es, y tras decírselo el dueño, comenta que siempre ha querido tener uno); pasamos a ver a Tom con una niña que coquetea con él y Tom pasando de ella por el flechazo que ha sufrido con Becky, y con ello flirtea con ella con una acrobacia que Sidney sabotea; Tras ello una jocosa escena de premio de una Biblia; Y más y más, en esta sucesión de viñetas divertidas, con algunos tramos neurálgicos (como esa nota escrita a mano de Tom para su tía Polly el juego que da). Hasta desembocar en el gran clímax en la cueva, de un realismo tremendo (pongamos el filtro del tiempo en marcha), llegando a niveles de pesadilla con esos abismos bajos los pies, esa cascada, esos derrumbes, y la aparición final. Me falla un poco la inclusión final de una sub trama mejor trabajada en el libro, aquí la meten de rondón y resulta orgánicamente coja (*spoiler).
Spoiler:
Me refiero a lo concerniente a la caja con monedas que encuentra Tom en la cueva, esto en la novela tiene mucha más historia y aquí lo meten con calzador, sin aportar sustancia alguna.
Me queda un clásico imperecedero para toda la familia, que deberían ver todos los niños y los no tanto. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2023/08/las-aventuras-de-tom-sawyer.html