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Voto de Jefe Dreyfus:
6
Thriller Las hormonas pueden ser muy traicioneras. Y si no, que se lo digan a los adolescentes que, atraídos por un anuncio que promete sexo en grupo con una mujer, caen en la trampa de un grupo de fanáticos religiosos dispuestos a erradicar con métodos extremos la libido de la juventud norteamericana. Historia inspirada en la figura real de Fred Phelps, el líder de un grupo religioso extremista que se hacía llamar la Iglesia Bautista Westboro. (FILMAFFINITY) [+]
12 de enero de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si existe un género en el que el director Kevin Smith, se ha sentido cómodo, en la gran mayoría de sus variables, a lo largo de su (alarmantemente decreciente) carrera, éste ha sido el de la comedia. Ya sea con la comedia indie (Clerks), la comedia adolescente (Mallrats), la comedia romántica (Una chica de Jersey), la comedia de sal gruesa (Jay y Bob el silencioso contraatacan) e incluso las buddie movies (Vaya par de polis). Es por eso por lo que ahora sorprende tanto el giro radical de 180 grados que ha realizado el director de Nueva Jersey con su nuevo trabajo, Red State, en el que se pasa, sin ningún tipo de contemplaciones, al thriller más puro, permitiéndose incluso algún pequeño guiño hacia el terror psicológico. Hay que reconocer, no obstante, que también tiene tiempo para introducir algún gag de auténtico humor negro marca de la casa. Está claro que, viendo como iba recientemente su trayectoria, cualquier cambio, en principio, debería ser bien recibido.

En la peli, tres adolescentes con las hormonas al rojo vivo responden a un anuncio de contactos en un periódico local publicado por una mujer madura para mantener sexo ocasional. Este punto de arranque, que podría parecer sacado de una nueva entrega de American Pie, se tornará en una auténtica pesadilla para los tres chicos cuando se den cuenta de que todo ha sido una trampa y que han caído presa de un reducido grupo extremista religioso/sectario, formado por varias familias cuyos componentes (abuelos, padres e hijos, algunos de ellos menores) acuden a la misa impartida por un peculiar pastor, cuyo colofón será el de ajusticiar a los tres pecadores.

La película es muy poco propia de Kevin Smith pero, a la vez, y aunque resulte contradictorio, termina siendo muy suya. Y lo es porque cuando realmente la película baja de intensidad es, precisamente, cuando el film queda reducido a una reiterativa ensalada de tiros. Y es que al principio de que empiecen a aparecer armas a troche y moche uno, como espectador, no puede evitar fliparse un poco y pensar: la que se va a liar aquí. Pero el director no logra mantener la tensión del momento y la película va languideciendo mientras, de fondo, se oyen las balas y la película parece dejar escapar el magnífico punto de partida que había significado su arranque inicial. Pero por el contrario, cuando la película nos regala sus mejores momentos es cuando, simplemente, sus protagonistas se ponen a hablar. Algo que Kevin Smith ya ha demostrado que se le puede dar rematadamente bien. Por ejemplo, el protagonista se suelta un monólogo de cuarto de hora frente la pantalla que es como para enmarcar y, por supuesto, hay momentos en el que los personajes mantienen diálogos francamente ocurrentes. Cómo el diálogo final del film que, después de toda la tensión acumulada de la película, logró arrancar sonoras carcajadas de la gran mayoría del auditorio del Festival de Sitges.
Jefe Dreyfus
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