Gene Kelly, un experto bailarín y coreógrafo, se atreve a dirigir este western con excelentes resultados.

James Stewart y Henry Fonda son dos vaqueros maduros de Tejas que llevan cabalgando juntos más de 10 años. Un día como otro Stewart recibe una carta donde dice que es heredero de un club social en Cheyenne, que fue propiedad de su hermano. Extrañado se dispone a ir hacia allí, Fonda le hace compañía todo el viaje donde no para de hablar y contar historias que aburren al taciturno de Stewart.

Los 70 fue una década apocalíptica para el western. Los grandes directores o habían muerto o estaban retirados del cine. Sólo John Wayne y Clint Eastwood seguían haciendo westerns. Los demás fueron puro reflejo de épocas pasadas o que no aportaban nada. Por eso es que admiro la propuesta de Gene Kelly en hacer una película original, poco vista y con acertados toques de humor.

El dúo protagonista no podía ser mejor, aunque estaban prácticamente en el final de sus carreras los dos siguen estando pletóricos, no olvidemos que trabajaron juntos en dos ocasiones más "Los malvados de Firecreek" y "Una encuesta llamada milagro".

Animo a ver y a subir la nota a esta película, que soprendentemente tiene una nota muy baja aquí.