Esta película nos cuenta la historia del gran Gengis Kan antes de ser el gran Kan de los Mongoles, concretamente antes de sus campañas de expansión, así que en realidad se nos presenta la historia de Temujin. Gracias a esta elección, nos encontramos ante un biopic distinto a otros de este personaje, lo que es de agradecer, pues durante ese período de su vida no era el salvaje gran conquistador que nos imaginamos sino un noble derrocado con grandes dotes de liderazgo. En general, se nos presenta a Temujin como una figura más amable, con sus cosas, pero no como el demonio al que estamos acostumbrados a ver en la tradición europea.

La primera parte es sorprendentemente lenta y costumbrista, algo que uno no se espera por como se plantea la historia. Eso sí, conforme que se acerca el final adquiere tintes épicos, casi míticos, siendo obvio en el combate final. Y de combates vamos a hablar, porque uno se esperaría que en una historia sobre un gran conquistador tuviese muchos grandes combates. Curiosamente hay pocos, que yo recuerde tres y solo uno es realmente grande; pero la verdad es que no me han convencido mucho: son espectaculares, sí, pero me rechinan bastante, no sé, se sientes genéricos, tremendamente estándares, como si se hubiese adaptado un manual de como hacer batallas espectaculares en el cine.

Lo mismo pasa con su apartado técnico-fotográfico, es resultón, bonito, cumplidor, pero se siente bastante impersonal, corriente, ya visto; por desgracia no lo de carácter, incluso diría que se lo quita. Una pena, porque se podría haber experimentado algo teniendo en cuenta la gran oportunidad que ofrece el paraje estepario en sus varias formas, que aquí termina siendo un escenario más.

Pero eso sí, los detalles y efectos especiales están muy cuidados y, aunque la ambientación étnica-histórica tenga sus licencias, nos ayuda a hacernos a la idea de lo variado de lo variada que era (y sigue siendo) la población de ese porción de tierra de nuestro planeta.

Eso sí, siendo exquisitos tengo que decir que me hubiese gustado que girase todo un poco menos en torno a Gengis Kan y se hubiese ahondado más en la cultura de esos pueblos.