Hubo un tiempo en que el agente Smith (Hugo Weaving), el General Zod (Terence Stamp) y Leonard, de 'Memento' (Guy Pearce) no fueron machotes, sino princesas, y a mucha honra.

Sus trayectorias posteriores (de Weaving y Pearce sobre todo, Stamp ya era un consumado veterano) han eclipsado esta cinta, aunque siempre merece sacar unos minutos para hablar de ella, y es que no es solo el envoltorio.

Por supuesto, son tres personas cuyos gustos son vestirse como reinas de la fiesta y cantar canciones famosas del mundillo gay, es lo principal y se retrata sin caer en el histrionismo y en la comedia absurda; más abajo de eso hay una historia sobre prejuicios o la aceptación final de uno mismo sin pensar el que dirán, puntos de vista que parece que no se iban a dar, pero vaya si lo hacen. Evidentemente no es un drama puro y duro y prima sobre todo la diversión de los protagonistas y las canciones.

Estas aventuras de Priscilla en el desierto dan como resultado una película bien dirigida, interpretada y con espacio para el drama y para el divertimento.