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España España · Madrid
Voto de horacio:
9
Drama Historia de dos chavales de secundaria, uno la víctima y el otro el verdugo. Guille es, en apariencia, un chico como muchos: buenas notas, buen deportista y con una familia que le respalda. Descubre que actuar de “chulito” en clase le granjea el respeto de los demás, por lo que, sin dudarlo, elige a una víctima y, con cualquier pretexto se pasa el día acosándolo con sus amigos. Gabriel es la víctima elegida. El único motivo: tener el pelo rojo. (FILMAFFINITY) [+]
27 de octubre de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
... todo hubiese sido diferente; si de verdad hubieras tenido un padre menos atrincherado en sus angustias y una madre menos embalsamada en su inútil ternura, entonces no hubiera sucedido lo que sucedió, porque, claro, qué clase de acoso habría sido posible si en casa fueses completamente libre; qué cosa, qué historia, y pensar que en todas partes está ocurriendo lo mismo, pero no sólo en los colegios sino en múltiples fábricas y oficinas; le llaman con término inglés, esa manía, bullying, pero es acoso, humillación, abuso de poder, y el que lo protagoniza, el que lo ejerce sobre ti porque eres aparentemente más débil, carne de cañón, tampoco tiene donde ser él mismo y entonces imita, copia, rebuzna un montón de bestialidades que quizás, tal vez, a lo mejor... se le terminan cayendo encima.

Pero de una manera o de otra, ninguno pudo hablar, expresar lo que sentía, llorar a gusto y gritar con energía todo su dolor o su rabia; parecen habitar un mundo despiadado en el que resulta muy difícil mantenerse en pie.

La directora del colegio fuma a escondidas, ella también tiene miedo de todos y de todo, se quiere recluir en el campo; las voces que circulan por todas partes son de terror, pero no hay más monstruos que los que brotan de nosotros mismos, los silenciosos, los cómplices, los que no están de un lado ni del otro. Cobardes, posiblemente todos, hasta que no logremos abrir de par en par todas las puertas y afrontar el menor desatino contra el más débil.

Todos héroes antes que cobardes, y con el miedo a cuestas que, después de todo, no es más que una compañía eterna desde el mismo momento del nacimiento.

Esta película tiene el ritmo envolvente de un buen trhiller, los silencios medidos, los diálogos siempre eficaces y a menudo brillantes, los conflictos de sus protagonistas perfectamente verosímiles y lo que es muy importante, una idea extraordinariamente clara de lo complejo del asunto, planteado desde todos los flancos sin abandonar el interés de una buena ficción.
horacio
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