Digna película de robos, con un planteamiento sencillo pero bien aprovechado.
La cinta nos muestra dos personajes principales, ambos ladrones. Uno, meticuloso, casi jubilado, que pretende poner punto y final a su carrera con un último trabajo. El otro es principiante pero compensa tal hecho mostrando talento, ambición y perseverancia. Ambos deberán unirse en un laborioso plan para adquirir el ansiado botín, un premio de millones de dólares encerrado en el edificio de Aduanas de Montreal. Su cooperación originará una tensa lucha de egos en la que reside uno de los atractivos del film.

Resaltar el plantel de actores es de obligado cumplimiento, viendose reflejadas en él tres generaciones bien diferenciadas. La presencia del malogrado Marlon Brando en el último papel de su carrera es puramente testimonial. De Niro, cumple, su personaje no dá para mucho más.
Quien sobresale es Edward Norton, que nos ofrece de nuevo muestras de su versatilidad.
También incluye sorpresas finales y giros inesperados. No defraudará a los seguidores de este tipo de películas.