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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
8
Drama. Comedia En 1948 Clément Mathieu, profesor de música desempleado, acepta un puesto como profesor vigilante en un internado de reeducación de menores. El sistema represivo aplicado por el director conmociona a Mathieu. Enseñándoles música y canto coral a estos niños tan difíciles, Mathieu transformará sus vidas cotidianas.
21 de junio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera vez que escuché hablar de Los chicos del coro, en mi cabeza apareció la imágen de una cursilada adolescente con tintes lacrimógenos, no preguntéis el motivo. Ahora, puedo verla una y otra vez, y no me canso. Estoy enamorado de ella.

Christophe Barratier debuta a lo grande con Los chicos del coro. No hablamos de una película profunda, con mensaje o con personajes originales y llenos de capas. Lo cierto es que todo es bastante básico. Precisamente, en lo básico de la historia está la magia de contarla de este modo. Barratier nos conduce por la cinta haciéndonos partícipes de ella, diríase, incluso, que convirtiéndonos en alumnos de 'Fondo del estanque'. La candidez del relato se torna en personificación de la historia en sí misma gracias tanto a los que participan en ella como a la vulnerabilidad de la misma, sacada de lo más profundo del "culo del mundo", como se dice en la película. La banda sonora es, sin duda, lo mejor. Pese a que es una historia hermosa, sin la música lo sería mucho menos o, mejor dicho, sería menos buena sin esta música.

Gerard Jugnot es narrador y co-protagonista de la película. Su interpretación es, como siempre, buenísima. El parisino está siempre a la altura de lo que se espera de él, y es un tipo tremendamente comprometido con el cine de su país pese a que su capacidad podría haberle llevado a Hollywood facilmente a poco que lo hubiese intentado. El otro protagonista es Jean-Baptiste Maunier. ¡Qué voz! Su voz es un milagro, como se dice en la película. Aunque podría haberse limitado a iluminar la pantalla con sus cuerdas vocales, resulta que Maunier decide, también, actuar. Lo hace con la naturalidad propia de quien es novato y tiene talento. Parece que su carrera en el cine comienza a despegar ahora y, si evoluciona, puede ser uno de los nombres del futuro en el panorama europeo. El resto del reparto, está a un nivel muy parejo. Parece como si el buen rollo que desprende el segundo tercio de la película se hubiese extendido al rodaje, y se reflejara en pantalla que todos están cómodos con sus compañeros. Algo así es difícil de conseguir.

Resumiendo, que es gerundio: Los chicos del coro no es ni un musical ni una historia sobre música. Es una película muy humana que echa mano de personajes casi reales para construir un desarrollo con vida propia. Más que una película, nos la podrían haber colado como un falso documental. Uno que hablase sobre Jean-Baptiste Maunier, el chico con voz de ángel.
Grijander
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