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España España · MADRID
Voto de LUNERA:
7
Drama Adaptación de un libro de John Carlin (Playing the enemy). En 1990, tras ser puesto en libertad, Nelson Mandela (Morgan Freeman) llega a la Presidencia de su país y decreta la abolición del "Apartheid". Su objetivo era llevar a cabo una política de reconciliación entre la mayoría negra y la minoría blanca. En 1995, la celebración en Sudáfrica de la Copa Mundial de Rugby fue el instrumento utilizado por el líder negro para construir la unidad nacional. (FILMAFFINITY) [+]
11 de febrero de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si no supiéramos que el director de Invictus es el mismo que el de "Million Dollar Baby" o "Mystic River", es muy posible que nuestra crítica fuera menos respetuosa. De igual modo, el hecho de saber que es Clint Eastwood el que la ha dirigido, nos predispone a gestionar muy al alza nuestras expectativas. La buena fama es un arma de doble filo que esta vez le pasa factura a Clint Eastwood, aunque no tanto a "Invictus", que no dejará de ser una película interesante para entender mejor el porqué del Nobel de la Paz de Nelson Mandela.

i) Suponiendo que nadie nos hubiera dicho quien ha dirigido la película, yo diferenciaría claramente entre el 'fondo' y la 'forma' de la película.
El 'fondo' es sin duda lo que conmueve. Morgan Freeman borda literalmente (recomiendo verla en versión original) a un Mandela mesiánico, líder político y espiritual de un pueblo víctima del apartheid ("Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces él se vuelve tu compañero"). Cualquier escuela de negocios, o de primaria, podría definir lo que es LA VISIÓN del líder, reproduciendo literalmente alguna de las conversación entre Mandela y François Pienaar, encarnado por un Matt Damon creíble, aunque no 'increíble': "Yo soy el amo de mi destino. Yo soy el capitán de mi alma". La VISION: “Un equipo, un país”.
La 'forma' es sin duda lo que más flojea. Clint Eastwood rinde tanta pleitesía y admiración por Mandela, que acaba siendo presa de ella hasta el punto de hacer a Mandela poco creíble. Por momentos tan predecible y simplista como una película de sobremesa de domingo, con abuso de clichés maniqueistas (polis buenos y malos), líricos que no acaban de cuajar (poemas e himnos que irrumpen sin demasiada continuidad) y emocionales (demasiado 'buenismo'). Pero afortunadamente Clint Eastwood sí pone su sello en el auténtico hilo conductor de la historia: las escenas y primeros planos de los partidos de rugby. Fuerza e intensidad sobre un trasfondo épico bien construido.

ii) No suponiendo cosas absurdas (o sea, que sabemos que Clint Eastwood ha sido nominado a los Globos de Oro por esta película), podríamos parafrasear a Mandela: "Después de escalar una gran colina, uno se encuentra sólo con que hay muchas más colinas que escalar". Esperemos que Clint Eastwood siga intentándolo.

Quien vea "Invictus" no saldrá derrotado, todo lo contrario ... saldrá con algún delirio de grandeza muy propio del ser humano

Lunera, Feb'10
LUNERA
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