La mayoría de nosotros, los fans de Sean quisimos ver esta película a causa de la presencia de Connery en el papel principal, (una causa justa) y solamente por ello, dimos por bien empleado nuestro dinero. Y hasta un 8 al filme. Aunque en esta ocasión vemos a un Sean Connery tieso; solo por esta ocasión. Si mantiene alguna lucha interior se la guarda y confía en su sola presencia, pues no reacciona como en otros filmes ya que su rostro no expresa la menor emoción.
Su rol es el centro fuerte de la película, ninguno de los otros actores que le acompañan logra destacar, al menos no con facilidad. Ellos están demasiado estereotipados que causan asombro que se utilicen de tal forma en este argumento.
En “Causa Justa” todos sentimos un manipuleo en aras de un desenlace inesperado y Connery queda atrapado en ese “acertijo” de los guionistas, al grado de dejarlo encapsulado y limitado a explotar su propio rol de manera óptima.
A pesar de que este drama judicial falla en la intriga. Empantanado en los everglades, porque ahí no hay ninguna profundidad psicológica, ninguna motivación, ni valores humanos destacables en personajes exagerados y en un argumento que el guionista quedo a deber.
Debo darle un 8 por la simple reunión de un grupo de buenos actores, desaprovechados en esta ocasión. No es culpa suya. Un documento valioso en el que una vez más vemos la imagen de Sean Connery como un tótem elegante, señorial en el que los hombres de color giran a su entorno, tanto como el desquiciado “loco” Ed Harris. Y esta es la única causa justa por la que este filme no brillante se lleva un 8. Para un fan que sabe que un actor como Sean, nace muy de vez en cuando.