Robert Graysmith, un dibujante de un periódico de San Francisco, se tomó el caso de "Zodiac" como algo personal.
Cada vez era mayor su obsesión por el misterioso y esquivo asesino en serie que desde finales de los años sesenta aterrorizó esporádicamente al estado de California y que trajo de cabeza a la policía y a todos los servicios de investigación y de información.
Mientras los demás daban vueltas en redondo y acababan en callejones sin salida, Graysmith, por su cuenta y riesgo, no se rendía.
Fincher extrajo el guión a partir de los libros publicados por el perseverante dibujante que llevó a cabo por su propia iniciativa un exhaustivo (y arriesgado) trabajo de recopilación de datos y de reconstrucción de las huidizas pruebas. Mientras los departamentos de policía de las ciudades en las que Zodiac había actuado daban palos de ciego y procedían sin la suficiente coordinación y cooperación, mientras la prensa se peleaba por cada nueva llamada de atención del asesino... Graysmith ya sólo tenía un objetivo y no descansaría mientras no conociese de una vez por todas la identidad de Zodiac.
Como film policial y de investigación, creo que peca de lo que suelen pecar no pocos filmes con guiones adaptados a partir de una serie de libros: es inconexo, con grandes saltos temporales. Este defecto hace que yo no haya conseguido introducirme lo suficiente en el desarrollo. No me he involucrado demasiado, no he logrado conectar con ningún personaje. Por añadidura, todo el entramado policial y de obtención y exposición de la información se me ha hecho confuso, acelerado, embrollado. Esos cortes, algunos de apenas unos minutos de duración, con la fecha y la localización anunciados en el comienzo de cada uno, alejan al espectador, rompen su continuidad constantemente, han impedido que yo haya podido engancharme, porque cada vez que he empezado a seguir algo interesante, me sacaban de ahí y de repente habían pasado semanas, o meses, o años... Y tampoco me ha resultado muy convincente el envejecimiento de los personajes. Que se supone que van pasando años, y por algunos parece que no ha pasado ni un mes.
Y en cuanto a las historias personales de algunos... Pues también dejan frío, porque apenas se rozan.
Lo que yo creo es que Fincher ha intentado abarcar mucho a saltos, de un modo demasiado errático, y al final le ha quedado un producto con muchos trozos que profundizan poco en todo y que llega a eternizarse. Yo consulté unas cuantas veces el reloj, no pude evitarlo, deseando que acabara de una vez.
A pesar de sus fallos, no dejo de ver que es un interesante drama policíaco sobre un caso real acaecido en California y que trata de ahondar en el enigma de un criminal muy escurridizo, poniendo también al descubierto la inutilidad en la que se puede degenerar cuando hacemos gala de nuestra torpeza en el momento en el que tenemos que trabajar en equipo en un sistema tan complejo (y descoordinado) como el que hemos creado.