Puedo decir, sin exagerar ni incurrir en posturas ideológicas extremas, que esta película constituye una de las mayores obras irónicas contra el fundamentalismo de todas las religiones del mundo, concretamente el católico.
Aquí se revelan unos soberbios Monty Python, genios del humor desenfrenado, del poco que te hace reír de verdad, ya sean escenas absurdas pero tremendamente elocuentes, así como inteligentes, y siempre con un claro mensaje.
Brian es Jesús de Nazaret, o al menos se pretende hacer esa comparación. Y la comparación, damás y caballeros, es presentar las grandes contradicciones del cristinianismo y de la lucha "judía" contra los romanos en aquella época.
Habría que analizar una por una todas las escenas y secuencias humorísticas para encontrar el brillante mensaje que esconden. No hay mejor humor que aquel que hace reír y, además, sirve para pensar y reflexionar: eso es La vida de Brian. Mientras lloras de risa piensas: "diablos, qué bien lanzada está la connotación" y de inmeditado lo relaciones con situaciones actuales, de gente que conocemos.
Por tanto, mi crítica no puede ser menos fuerte que un estruendoso aplauso, con vítores de hurra de duración indefinida hasta dejarme las palmas de las manos rojas. Brillante crítica contra la religión que utiliza la mejor herramienta que podría utilizarse: la carcajada.

Creo de verdad que este grupo inglés ha sido de los mejores de nuestra era a la hora de usar el humor para promover la reflexión política-religiosa y social. Todo un ejemplo de maestría que merece un 10 absoluto. ¡HEIL CÉSAR!