Lamentablemente la película te suelta en su tramo final, perdiendo demasiado. El aterrizaje comienza a producirse a la hora de película, tenemos media hora más ... de nada. No hay tensión o simplemente no te la crees. Todos sabemos lo que ocurrirá y ocurre.

La película desespera en su cierre. Dan ganas de gritarle al director: ¡Dame algo! ¿Por qué el joven entra en una operación no convencido? ¡Cuéntame algo! El piloto quiere salvarse pero también salvarlo, vamos, ¡ofrécele un trato! Dile que vas a declarar a su favor mencionando que él asesinó al secuestrador y ayudó a recuperar el avión, ¡algo! ... Pero nada. El guión no entrega absolutamente nada en su media hora final, lo cual es frustrante.

Nos queda así una película que 45 minutos bien armados, que funcionan, regalan tensión y desesperan en un buen sentido pero una media hora final muy pero muy floja, donde el trámite pareciese no saber como cerrar su propia historia, alargándose hasta el cansancio para rematar con lo obvio.