Yo siempre me he declarado fan de la saga "Saw", siempre que alguien soltaba el típico comentario de "solo es sangre" y "no tiene guion", yo siempre respondía lo mismo: "haz una saga de terror original que enganche, tenga dosis maravillosas de terror, gore e intriga y que sea tan mundialmente conocida como esta"; se me antoja difícil.

Durante el resto de entregas de Saw, normalmente me he quedado bastante sorprendida del desarrollo de los acontecimientos, de esos giros de guion que, esperándote o no, te hacían dar un bote en el asiento acompañada de una dosis de esa maravillosa banda sonora que es la de Charlie Closer. Soy consciente de que la saga Saw no son las mejores películas de terror que uno pueda ver pero son películas ágiles, estresantes y terriblemente cautivadoras, que te sumergen en unos 90 minutos de tensión y pura adrenalina.

En cambio en esta nueva (y esperemos última entrega) todo lo que el resto de las películas había logrado se desvanece por completo: no sigue un hilo argumental respecto de las últimas (y si no lo sigue que por lo menos tenga lógica o intriga, cosa que falta por todos lados), es sosa, no hay realmente tensión durante la película: las trampas son muy absurdas y muy poco originales en comparativa con el resto del film, al igual que la siempre presente parte policíaca no tiene la seriedad y la credibilidad de otras cintas, sino todo lo contrario.
Como conclusión decir que esta cinta, ajena totalmente al resto, no es que defraude sino que te lleva más allá del fiasco, profundizando en una temática que quizá al espectador no le interesara tanto como continuar con la historia que Saw VII dejó en el aire.