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España España · Córdoba
Voto de El Libanés:
7
Serie de TV. Acción Serie de TV (2010). 13 episodios. Traicionado por su país. Convertido en esclavo. Renacido como guerrero. Spartacus protagoniza la historia más gráfica y visceral del gladiador más famoso de Roma. Con un reparto estelar, asistimos a una mezcla única de acción, efectos gráficos y brutales batallas. Separado del amor de su vida, Spartacus tendrá que luchar por su supervivencia, participando en un espectáculo, donde el principal ... [+]
18 de enero de 2012
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Spartacus: Sangre y arena" puede ser pésima desde el punto de vista histórico, tampoco aguantaría el criterio de calidad histórico de programas como "Roma" o la legendaria "Yo, Claudio". Sin embargo, tiene uno de los títulos más honestos que se recuerdan, si hubieran añadido "sexo", su sinceridad hubiera sido del 100%.

Steven DeKnight y su equipo se dejan arrastar por la épica carmesí de "300", para narrar la archi-conocida leyenda de Espartaco, el gladiador tracio (ya fuera así llamado por su nacionalidad o el tipo de arma que empleaba) que pasó de luchador de la arena a una de las amenazas más odiadas de la temible República Romana.

Andy Whitfield, hasta su trágica desaparición, encarna con solvencia a un héroe salido antes de un cómic de espada y brujería que a alguien de quien hablaron gentes como Cicerón o Plutarco. No obstante, perdonado ese hecho y que muchos de los intérpretes que aparecen son más propios de la lucha libre que de la tragedia romana, "Spartacus" atina en más aspectos de lo que la sangre salpicada nos deja ver.

Probablemente los lanistas estuvieran más próximos a ese Batiatio endeudado y deseoso de ascender socialmente a la institución de edil, no esos villanos de opereta que a veces imaginamos. Aunque había en ese grupo maldito gente que sufrió lo indecible, otros como Crixo incluso lo consideraban un honorable medio de vida donde tenían más laureles de lo que nunca hubieran logrado como extranjeros civiles en esa ciudad extraña y gigantesca.

Más allá del placer de ver al fin a Xena sin corsé, las desventuras de la Escuela de Capua en el "year one" de "Dioses de la arena", aparte de un último intento de esperar a la recuperación de Whitfield, muestran también aspecto muy interesantes, de un relato salvaje y sin censura, de una montaña rusa no apta para todos los públicos pero que, si se sabe lo que se pide, entretiene como pocas.

En ocasiones a la serie le falta fineza y sutileza, cuando esperamos que Teocles sea un fino estilista, nos encontramos con un monstruoso luchador surgido de las viñetas de Frank Miller. Más allá de eso, casi aceptamos el látigo del doctor mientras nos vamos arrastrando por el día a día de ese precedente salvaje de las estrellas deportivas de nuestro tiempo.

Sangre y arena, vulnerando los dominios de Clío pero teniendo la honestidad de ir de cara.

Entretenidísima y malísima, ¿es posible esa ambivalencia? En la arena de Capua sí.
El Libanés
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