El descubrimiento del primer amor, con la particularidad de que se trata de un amor homosexual, es el tema principal de "Call Me by Your Name". Con esta premisa lo primero que me vino a la cabeza es que iba a ver la versión masculina de La Vida de Adele, y es así en la trama y en la medida en que ambas se han convertido, en poco tiempo, en obras primordiales del cine LGTB, pero tienen un tono muy diferente. Como le puede pasar a muchos hombres heterosexuales educados en un colegio católico del siglo XX, pasé gran parte de la película temeroso de chocarme con escenas de sexo del mismo voltaje que en Adele, y agradecí mucho que no fuera así. El tratamiento de la película es tan elegante como su personajes, no hay ni un atisbo de transgresión o provocación, ningún intento por levantar una polémica estéril que poco o nada hubiera aportado a la historia (como de hecho, poco o nada aporta en Adele). Guadagnino se centra en plasmar el enamoramiento adolescente de la forma más romántica posible, y lo consigue haciendo gala de un gusto de lo más refinado y apoyado en el gran carisma de su protagonista. Diría incluso que se trata de una película gay para toda la familia (y puede que esto se vuelva un poco en su contra en la última escena...o no)

Indudablemente la película está llena de virtudes. La primera, y principal, es que una película preciosa. Creo que ésta es una apreciación objetiva. Todos los ingredientes están cuidadosamente elegidos y armonizados para que así sea: El primer amor, un luminoso verano, una casa de campo en un pequeño pueblo italiano, coloridas y jugosas frutas maduras (cogidas directamente del árbol, claro), gente guapa, educada y bien vestida que se divierte discutiendo sobre arte elevado y tocando al piano variaciones de Bach... Todo ello narrado sin prisa ninguna, con el reposo de unas vacaciones con la pierna escayolada, con la calma de una bicicleta que se pierde en el horizonte, dejando bien de tiempo para que los espectadores (los que consigan identificarse entre todo ese "snobismo") se deleiten y tengan tiempo de saborear tanta belleza. A mí, que no fui capaz de empatizar, ese ritmo termino por sacarme de la película. Muchas de mis vacaciones se me han hecho más cortas que estas dos horas y poco. Se que aquellos a los que les ha tocado la fibra me querrán matar, pero yo la podaría hasta dejarla en poco más hora y media. Resultaría una película mucho más accesible, aunque imagino que me cargaría la magia.

Los actores están muy bien en general. Timothee Chalamet, a quien veremos protagonizando la próxima de Woody Allen, es el alma de la película, un alma sensible y profunda. Armie Hammer (La red social) da vida al deseado Oliver, un joven tan plagado de dones que da grimilla desde el principio y que termina...(leer spoiler), ha hecho ese papel otras veces y lo clava.

En el apartado musical, no deja de sorprenderme la habilidad de los directores italianos para combinar magistralmente estilizadas piezas, de por ejemplo...Ryuchi Sakamoto, con lo mas hortera del regatón verbenero. En ese sentido me ha recordado mucho al cine de Sorrentino.

En resumen, una película interesante, y acta para todos los públicos, aunque bastante sobrevalorada, lo cual era de esperar representado a los dos lobbys que representa, posiblemente los más influyentes en la meca del cine.