Haz click aquí para copiar la URL

Tom Jones

Comedia. Aventuras Basada en la novela homónima del escritor inglés Henry Fielding. Nunca se supo quién era su padre, así que Tom Jones (Albert Finney), creció adoptado por el generoso señor Allworthy, habiéndole tocado compartir afecto y contrariedades con el sobrino de éste, Blifil (David Warner) pues da la casualidad de que ambos se enamorarán de la misma muchacha: Sophie Western (Susannah York). quien prefiere a Tom, pero parece condenada a contraer ... [+]
<< 1 2 3 4 5 >>
Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
8 de octubre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tony Richardson llevó a la gran pantalla la novela homónima aventurera de Henry Fielding en esta algo sobrevalorada producción británica que consiguió varios premios Oscar, entre ellos el de mejor película y mejor director.

El reparto es excelente, brillando especialmente un magnífico Albert Finney en el papel principal de antihéroe pícaro y ligón.

Uno de los principales aciertos del film es el tono cínico y desenfadado expuesto con dinamismo en la variación de escenarios y caracteres, además de una notable ambientación de época y de un heterogéneo catálogo de personajes, algunos de ellos simples caricaturas con indisimuladas intenciones de crecimiento social.

Dignos de resaltar son también los momentos románticos en la verde campiña con baile de máscaras incluido, y una sensacional secuencia de cacería, pero no es menos cierto que la película peca de una cierta redundancia en las acciones de sus personajes principales.
Además como comedia costumbrista tampoco posee excesivo humor, aunque es justo decir que el enfoque jacarandoso otorgado por sus hacedores suscita interés por la historia y provoca que ésta no aburra prácticamente en ningún momento.

Nota: 6,5
BartonKeyes
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
17 de enero de 2006
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Tom Jones", esá basada en una novela de Henry Fielding, al estilo de los clásicos literarios del XVIII. Tuvo en taquilla unos resultados magníficos tanto en Gran Bretaña como en otros paises y logró cuatro óscars, correspondientes a la mejor película, mejor director, mejor guión adaptado, y mejor música. Es pués, uno de los grandes títulos de la cinematografía británica, que presenta una excelente combinación de magníficos actores, buenos técnicos y un acertado ritmo narrativo. Por otra parte, la ambientación es excelente y la fotografía de Walter Lassally, recrea a la perfección el colorido de la época. Para algunos críticos. esta película es una especie de James Bond rural, y primitivo, pués el erotísmo presente en las primeras películas del agente 007 también se encuentra en este largometraje, con el que el actor Albert Finney logró una merecida popularidad.
pablo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de noviembre de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
Nacido no de la fatal casualidad, sino de la libidinosa infidelidad, el pobre Thomas Jones llega a un mundo sin tener que haber llegado, donde se cata tanto lo bueno como malo, amontonándose tras las lindes de las campiñas de una Somerset en su era georgiana.
Empiezan así las tribulaciones de un alegre aventurero distinto a todos los demás...

Tan distinto que por ello Henry Fielding, el inefable orador de la sátira hiriente y la burla ingeniosa, logra un éxito sin precedentes, quedando su extensa novela cuyo título lleva el nombre de su héroe, entre las más representativas de su época. Como otra versión de su “quijotesco” Joseph Andrews, el autor y abogado simplemente prosiguió su visión de la sociedad británica de su tiempo, atacando (a pesar de sus orígenes aristocráticos) la corrupción y el cinismo de las clases nobles, pretendiéndose protegidas tras apariencias de gran virtud, la acentuación de lo paródico sobre lo dramático, su lucha personal e infatigable contra las ideas puritanas de Samuel Richardson y el delirante uso de la forma del lenguaje literario.
Más íntima en su forma de conectar con el lector, “Tom Jones” también se presentaba más audaz y desenfadada en su abordaje de temas como la hipocresía, la promiscuidad, la prostitución, la crítica social o el incesto; en cualquier caso su protagonista, aun con sus deslices pendencieros y pícaros, es un modelo de bondad y lealtad intachable. Por desgracia el joven Albert Finney no lo ve así cuando le ofrecen el papel, considerándolo un personaje pasivo y falto de carisma, pero las negociaciones resultaron bien para Tony Richardson en su empeño por trasladar el texto del nativo de Somerset junto a su colaborador John J. Osborne.

Se trata de un distanciamiento absoluto en lo respectivo a su propia carrera anterior. Cuesta creer que una de las voces más poderosas del realismo social británico y el “free cinema” en blanco y negro adaptara una sátira, sangrante, pero en la comedia al fin y al cabo; lo hará rechazando sus códigos, adoptando el color e incluso proponiendo con Jones el reverso de sus jóvenes contemporáneos, esa “generación furiosa” de los presentes años '50 y '60, a lo largo de que sería un rodaje lleno de accidentes, problemas con el equipo y actores y sobre todo el clima. El director renegaría más tarde del producto...
No atisba uno este sentimiento de contrariedad al ver el film, que se inicia alardeando de su estilo innovador e irreverente, en homenaje al cine mudo, presentándonos al pequeño Tom, supuesto hijo de una sirvienta pobre que será objeto de compasión por parte del hacendado Allworthy, para terminar a su cuidado. Es la mayor particularidad del trabajo de Richardson, un triunfo de la forma y la estética que no hace sino plasmar a través de la ingeniosa puesta en escena la visión única de Fielding, sobresaliendo la voz de un narrador muy implicado en los eventos que, como ocurría con su análogo en el libro, busca la total complicidad con el espectador.

Pero hay elementos y signos que hacen de nuestro héroe un singular personaje en tierra de nadie. Igual que los jóvenes furiosos que el director ha ayudado a reivindicar, Tom tiene la desgracia de criarse y crecer en un mundo de maldad, de villanos cínicos, de conspiradores pertenecientes a clases altas y burguesas que al final, a pesar de sus fingidas buenas costumbres, modales frívolos y elegantes vestimentas, se revelan tan miserables, ruines, celosos, groseros y lascivos como los sirvientes y pobres que pisan y de los que se aprovechan.
También, igual que ellos, el esfuerzo de Tom por llegar a un fin dichoso sólo termina en fracaso, aplastado por los que ostentan el poder y manipulan a los pocos bondadosos que aún quedan...pero éste no aparece con el ceño fruncido que exhibía el Colin Smith de “La Soledad del Corredor de Fondo”, sino con una amplia sonrisa y una dulce ingenuidad. No importa el ambiente donde le han criado, Tom es consciente de sus orígenes, prefiere ser humilde y no consumirse en la angustia, disfrutar de los placeres terrenales, prefiere ser un pícaro inocente que un amargo frustrado. Su hazaña se verá dividida en dos partes bien diferenciadas, desarrollándose una primera hora dentro de su residencia en Somerset.

(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)

Tal vez el predicamento es que no debemos ser tan nobles, tan bondadosos, tan leales, tan serviciales, porque el mundo que nos rodea es demasiado cruel y repugnante y eso no puede hacernos ningún bien. Pero al ser todo esto una sátira el joven Tom se puede permitir un final feliz, de puro vodevil.
Final feliz, tras el peor de los rodajes que soportaron Finney, Richardson, David Warner y otros, también tuvo la carrera fílmica de la película, cuyos productores presagiaban un desastre y boquiabiertos quedaron al anunciarse sus nada menos que diez nominaciones en los Oscar. Sí, puede que sea imperfecta, pero también virtuosa en toda su irreverencia. ¡Como el joven que orgulloso le da nombre!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de mayo de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
Tom Jones (1963), comedia británica dirigida por Tony Richardson, obtuvo el Oscar a mejor película en un tiempo de crisis para la industria de Hollywood, que comienza a mirar a los autores europeos en vistas a una necesaria renovación. Con Albert Finney y Susannah York.

Por Nicolás Bianchi

Se considera que la película que marcó un antes y un después para la industria hollywoodense fue la violenta y juvenil Bonnie & Clyde de 1967. Muy rudimentariamente, lo que es anterior pertenece al período clásico, aunque el esplendor que puso a la estadounidense como la primera industria cinematográfica del mundo ya se había apagado tiempo antes. Algunos últimos intentos como Cleopatra (1963) fracasaron y pusieron en una delicada situación financiera al estudio que la produjo, la 20th Century Fox.

Los tempranos años 60 son un tiempo en el que lo viejo ya no funciona y lo nuevo todavía no termina de despuntar. Por eso es que se registran varios premios Oscar a películas británicas, como Lawrence of Arabia (1962) o Tom Jones. Por otra parte la mayoría de los estudios estadounidenses deja de filmar en California, por lo que la mayoría de las películas adquieren, de alguna manera, un componente extranjero.

No es el caso de la comedia que es el propósito de estas líneas ya que se trata de un producto por completo británico. El principal dispositivo cómico que presenta Tom Jones es la parodia o satirización de las maneras caballerosas, algo típicamente inglés. Por más engolados que sean los personajes y refinadas sus palabras, la acción los espabila en múltiples enredos, tropiezos, empujones.

El personaje Tom Jones es un hombre joven que alguna vez fue un bebé hallado en una cama, sin que nadie lo que reconozca. Fue luego adoptado por un escudero que aspiraba a ser caballero. Tom, interpretado por Albert Finney, es un segundón que no puede acceder a la nobleza por su origen bastardo. Se pierde constantemente en amoríos con mujeres y peleas con otros varones, muchas veces derivadas de aquellas relaciones. Su vida parece tomar cierto orden cuando forma pareja con Sophie (Susannah York), pero el padre de la muchacha tiene otros planes para ella.

La película cuenta con un narrador en off que sitúa las acciones, aunque esa tarea luego es cumplida por otros personajes. Con cierto desenfado la película utiliza la primera persona y rompe la cuarta pared en más de una situación. El mismo protagonista puede hacerlo para rematar un gag u otro personaje para explicar lo que está pasando. Tom Jones es completamente autoconsciente y liviana, todo lo que sucede debe ser obligatoriamente tomado en broma.

Esos recursos novedosos, o al menos muy poco frecuentes en las comedias premiadas por Hollywood, se combinan con algunas escenas en las que se utilizan formas del cine mudo. De hecho la introducción no contiene diálogos pero sí acciones que se intercalan con subtítulos a pantalla completa. Luego cuando los personajes se besan por primera vez la cámara pasa de un plano fijo general a primerísimos planos de los personajes, en un montaje que también recuerda al cine antiguo. Por último el efecto de acelerar las imágenes para dar mayor sensación de comicidad es tanto un recurso añejo como una marca del humor británico, utilizado copiosamente, por ejemplo, por el humorista Benny Hill.

Tony Richardson, el director del film, fue uno de los integrantes de la corriente del Free Cinema, jóvenes cineastas que, con un toque más autoral, buscaban retratar a personajes del común. En Tom Jones todavía se puede apreciar algo de sátira social, aunque muy lavada por el tiempo. Las grandes producciones fracasan y el esplendor de lo clásico se apaga. Los autores avanzan. Se aproximan los tiempos en que el nombre del director será más importante que el del estudio que produce el film.
El Golo Cine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
17 de junio de 2022
Sé el primero en valorar esta crítica
Empecemos por lo bueno:
- La ambientación está muy cuidada: trajes, palacios, alcobas, cacerías, chabolas...
- Los actores lo hacen bien: tanto los principales como los secundarios. Y el maquillaje consigue transmitirte la suciedad, la miseria y la asquerosa abundancia de los privilegiados (sonrojados como cerdos).
- La cámara tiene buenos movimientos, zooms, travellings y consigue transmitir dinamismo. Llega incluso a marear en algún momento.

¿Y lo demás?
Un aburrimiento supino que no aporta nada, no divierte, es zafio, vulgar y da un espectáculo de relajación moral que ni divierte, ni alecciona, ni es sugerente. Soez como los ingleses. Ya podrían aprender de nosotros, los caballeros españoles.

¿Pero en qué cabeza cabe decir que esto es mejor que Irma, la dulce? ¿Estaban comprados los jueces?

Vaya caca de película.
Jose Solo Z
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow