El regreso de la nana mágica

Estoy convencido de que si no fuera por la presencia de Emma Thompson, jamás me hubiera animado a ver esta película, la actriz está bien, incluso con semejante caracterización muestra estilo y gran saber estar en escena, pequeños gestos, detalles... pero lo que más me ha gustado de la película es el protagonismo que se les da a los animales, colectivo que tiene abundante presencia en el filme, convirtiéndose la película en amable y bonita. No obstante, en la segunda mitad, el desvarío y la estridencia toman las riendas por lo que el sabor de boca es peor, pero es un formato que sabe donde tocar para desviar el conjunto hacia la corrección, aún habiéndose producido fallos por el camino.

Está claro que es un tipo de cine que gusta al gran público y funciona, pues con presupuesto de 35.000.000$, se obtuvo más de 93 de recaudación. Yo tengo mis reservas, pues es un tipo de película que en esta etapa de mi vida no contemplaría ir a ver al cine.

La niñera mágica y el Big Bang es una agradable secuela de la exitosa primera película que nos presentó a Nanny McPhee, la niñera más fea (...) y marcial que hayamos conocido, pero igualmente eficiente y encantadora.
Esta película es, la verdad, muy parecida a su predecesora, así que no esperen grandes riesgos ni sorpresas. Se trata de una simpática aventura para toda la familia, perfecta para ver con niños y enseñarles buenos valores de amistad y amor. Como decimos, el punto de partida y su desarrollo es sorprendentemente similar al de la primera parte: Nanny McPhee acude en ayuda de progenitor (en este caso, la madre) en apuros para domar a una serie de niños bastante asilvestrados e inicialmente hostiles a la niñera. Así pues, queda disfrutar de las aventuras de niños y niñera, la excelente dirección artística y decorados (superiores y menos hirientes a los ojos que los del primer film) que aportan un acertado aire de cuento a la historia (cuento británico, pero muy muy británico... el tono Dickens está por todas partes, y la verdad es que es algo que los vecinos de las islas hacen perfectamente) y por supuesto la presencia de dos actrices superlativas.
Bueno, en realidad tres, porque está también Maggie Smith, en un personaje adorable. Emma Thompson Rhys Ifans funciona muy bien como villano, y Asa Butterfield asume con acierto el liderazgo de los pequeños intérpretes. Las dos actrices soberbias son, por supuesto, Emma Thompson y Maggie Gyllenhaal. De Thompson hay poco que decir ya, porque es de sobra conocida su calidad como actriz y como guionista, labor en la que repite en esta secuela. Gyllenhaal, por su parte, es una actriz infravalorada, muy desconocida para el gran público a pesar de ser hermana de Jake Gyllenhaal, y que ha gozado de poco éxito comercial. Tampoco lo ha buscado, ojo. No ha perseguido los blockbusters y el aplauso fácil. En esta película realiza un excelente trabajo como la atribulada madre de los niños Green. Está simpática, entrañable, dulce y precisa en cada mirada y entonación de frase. Sencillamente, el público está de su lado desde el principio, compadeciéndola y queriendo ayudarla, y es de lo que se trataba. Además, consigue uno de los mejores acentos británicos jamás logrados por un intérprete estadounidense, hombre o mujer.
Correcta y llena de encanto y diversión.

Lo mejor: Maggie Gyllenhaal, extraordinaria, y su encanto innegable (atención a su muy emotivo fina, con sorpresa de Ewan McGregor incluida).
Lo peor: Nada. Es lo que es y punto.

En la última década se han hecho buenas películas originalmente orientadas para un público infantil, que sin embargo representaban excelentes productos de entretenimiento para un público adulto. No es el caso de esta película, carente de magia y saturada de gags fáciles y hasta sonrojantes.
A una película de este tipo sólo cabe exigirle algunas características: unos personajes divertidos, cierto magnetismo, unos secundarios que dejen huella, y una historia atractiva. La niñera mágica y el Big Bang no tiene nada de esto, y sí mucho de humor escatológico y facilón, con el que quizá nos reíamos los que eramos niños en los 80, pero no los de ahora, cuya retina ya ha madurado con títulos como "Las crónicas de Narnia", "LA Brújula Dorada" o las múltiples Harry Potter.
Ni siquiera tiene ésta un personaje principal atractivo. Y no me refiero a la horrenda caracterización de Emma Thompson, sino a que cualquier esperanza de encontrar una Mary Poppins revisitada se queda en eso, en esperanza. Su personaje carece de la fuerza y la magia que se le espera a una niñera o institutriz con poderes mágicos.
Los personajes secundarios igualmente son caricaturas del peor humor facilón.
Ni siquiera los niños están bien, en la mayoría del metraje sobreactuados.
Una gran decepción.

Se puede decir que resulta inferior a su predecesora, sobre todo por que viendo la anterior mucha de la trama es repetida en la presente. Narra como una familia que tiene problemas económicos para sacar adelante su granja, reciben la visita de la niñera que intenta infundir disciplina a los hijos y de paso ayudarles. Es muy infantil, pero creo que gustará todo el público por la estética de imaginación que desprende. Thompson realiza y papel nuevamente genial, en el que sin duda será su papel recordado. Los mejores minutos de la cinta son sin duda para la aparición de militar del actor Fiennes en un papel cómico y emotivo. La belleza y el trabajo de la guapa y sexy Gyllenhaal nuevamente llena la pantalla. Lo dicho inferior pero entretenida secuela.

Que conste que la premisa de esta niñera militar mezcla de Mary Poppins y la "supernanny" interpretada de forma curiosa y carismática por Emma Thompson siempre me ha gustado.. pero como sucede muchas veces, segundas partes suelen ser peores. Si bien en la primera me reí en mucho de sus momentos, en su continuación solo bostecé (y risas ni una).

"La niñera mágica y el Big Bang" es una continuación muy deleble de aquella película infantil del año 2005 (si bien aquella tampoco era el acabosé (solo era una simple película infantil previsible y algo tonta), al menos era divertida a ratos y con toques de magia embelesadores que la hacían llevadera y disfrutable para toda la familia... cosa de la que no puede presumir su secuela).

Su segunda parte repite exactamente la misma fórmula de la anterior (niñera medio-bruja que se encarga de educar con magia y golpes de bastón en el suelo a una panda de niños malcriados... y así aliviar un poco la presión en el agobiado padre/madre en cuestión), pero esta vez la cosa no está tan bien explotada. Digamos que esta vez la niñera mágica no atina con su bastón con tanta precisión como en la primera entrega (donde un guión muy ameno y burlesco, una narración dinámica, una ambientación mágica y unas actuaciones atractivas y oportunas salvaban a una película en principio muy tontaina). En "La niñera mágica y el Big Bang" nos encontramos con un ritmo demasiado lento para una sucesión de situaciones demasiado forzadas, unas gracias que no hacen gracia, unos momentos educativos peor acomodados con el humor, y unos personajes poco encantadores (los niños nunca se ganan el cariño del espectador y no encandilan tanto como los de la primera. Maggie Gyllenhaal no está horrible como madre agobiada pero, al contrario que Colin Firth en la primera entrega, su personaje nunca embelesa ni transmite naturalidad en su agobio o en su amor hacia los críos. En fin, incluso Thompson no resulta tan fascinante como se esperaba).

Y el problema principal no es del guión (del que tampoco se exigía mucho al ser una cinta infantil), sino de unas actuaciones desubicadas, una escasa química entre los actores, un ritmo narrativo poco acertado que aburrirá a un adulto, y unos adornos visuales que no convencencen en ningún momento.

Lamentablemente esta continuación solo gustará a los críos que, al fin y al cabo, son más conformistas a la hora de ver cine simplón (por muy bonito que quede decir lo contrario, puedo decir por experiencia que es así).

Lo mejor: Que gustará a los peques. El cartel de la película.
Lo peor: Que tire por la borda una buena idea con un desarrollo muy poco ingenioso.