Carlos, Rey Emperador (Serie de TV)

Es inevitable que esta serie sea comparada con “Isabel”. Sale perdiendo ante su antecesora. Mantiene el rigor histórico y un vestuario espectacular, pero hay un aspecto fundamental que se echa de menos: las grandes interpretaciones.

En Isabel había dos protagonistas que se lucían, acompañados de muchos secundarios brillantes. Aquí hay actores correctos, que no producen el mismo entusiasmo, y también hay algunos muy flojos en papeles principales. Es un detalle importante en una serie que tiene una estructura prácticamente teatral.

Es verdad que la historia que cuenta Isabel es más dinámica e impredecible, pues los Estados se encuentran en su germen, una batalla podía hacer desaparecer un reino, la integridad física de los monarcas muchas veces estaba en el aire y los nobles conservaban un enorme poder. Todo esto creaba situaciones más tensas y emocionantes.

Lo peor es la parte dedicada a la conquista del imperio azteca por Hernán Cortés. La renuncia a secuencias épicas de batallas puede comprenderse por motivos económicos, pero resulta demasiado pobre que los escenarios se reduzcan a un recodo de un bosque de ribera y al salón del trono de Moctezuma.

En todo caso sigue siendo un libro de Historia muy recomendable para los aficionados. En el spoiler comento los capítulos de este “libro” que más se quedaron en mi memoria.

Carlos, Rey Emperador nace a la sombra del enrme éxito artístico y de audiencia de Isabel, y sin duda el parentesco se nota. El equipo es el mismo, el estilo también, y su exquisito gusto permanece. Carlos es una serie elegantísima, en la que el trabajo técnico brilla enormemente (nada que envidiar al de cualquier serie extranjera), los diálogos rezuman inteligencia y calidad y hay un desfile constante de actores excelsos incluso en los papeles más pequeños (los mejores, Eusebio Poncela, Laia Marull, Helio Pedregal, Nathalie Poza, Félix Gómez, Ramón Barea, Joan Crosas y José Luis García-Pérez). La serie, para quien le interese la historia, es sin duda muy interesante y cumple con su doble función de recoger el recorrido de los personajes históricos con fidelidad y a su vez humanizarlos, ahondando en sus problemas, pasiones, virtudes y defectos. También Álvaro Cervantes y Blanca Suárez realizan unas buenas interpretaciones, sobre todo él, seguramente las mejores de su carrera hasta la fecha.
El problema viene, sin embargo, de base. La historia de Carlos es de por sí menos interesante que el reinado de sus abuelos los Reyes Católicos, y contra eso no se puede hacer nada. Además, sufre el mal endémico de las series españolas, que es esa duración exageradísima que obliga a meter relleno y más relleno, propiciando el que es el peor defecto de la serie, su ritmo a ratos tan contemplativo (otra forma de decir "lento"). Además, hay algunos actores, como Marina Salas o sobre todo Eric Balbàs, que simple y llanamente no están a la altura de la regia factura de la serie.
Aun así, un producto notable, muy superior a la media de lo que se hace en la televisión habitualmente.

Lo mejor: Su exquisito gusto en la combinación de actores (casi todos), trabajo técnico (espléndido) y corrección narrativa (notable).
Lo peor: El ritmo es algo contemplativo y la historia en general es menos interesante que la de Isabel.

Es curioso que una serie más corta que "Isabel" no haya tenido el mismo éxito en audiencia que la que cosechó ésta en su día, pese a que precisamente no se había realizado hasta ahora una biografía tan exhaustiva sobre este Rey de España que acumuló además el título máximo de Emperador del Sacro Imperio Germánico, sucediendo a Carlomagno con todo su esplendor (también denominado "César").
Fue bastante la gente que acusó a "Carlos Rey Emperador" de ser algo más lenta, de que carecía en sus tramas del interés que suscitaba "Isabel", o de que abusaba de los interiores en detrimento de exteriores. Sin embargo, como buen aficionado a la historia - la cual es necesaria y conviene que el pueblo no olvide para no volver a repetirla con sus errores en el futuro -, esgrimo una lanza a su favor argumentando lo siguiente:
1) Es complicado abarcar tanta vida llena de vicisitudes en tan sólo 17 episodios.
2) En general el casting es tan acertado como el de "Isabel". Personalmente la única que no me gustó fue Marina Salas interpretando a Leonor de Austria. Pero entre el resto, una magnífica combinación entre rostros tan fáciles ya de identificar por el espectador que realizan papeles soberbios, como nuevos actores que no se quedan atrás. No es justo omitir a ninguno; pero por sus estrechas relaciones, para bien o para mal, con la persona de Carlos podríamos destacar al pérfido y obsesivo Alfonso Bassave (Francisco I de Francia), la dulce Blanca Suárez (Isabel de Portugal), el intrépido y ambicioso José Luis García Pérez (Hernán Cortés, tan importante para el Imperio por su conquista mexicana), el atribulado Eric Balbás (Fernando de Habsburgo, siempre entre la espada y la pared sobre mostrar lealtad a su hermano o reivindicar sus derechos dinásticos) o el impulsivo Marcel Borrás (Felipe II, para mí uno de los mayores descubrimientos de la serie en su tramo final).
3) Aparte merece una atención especial, lógicamente, Álvaro Cervantes. Un actor que estaba a medio camino entre ser reconocible y haber protagonizado ya algunas películas. Su interpretación del Emperador es lo suficientemente convincente en cuanto a la evolución de la adolescencia a la madurez, impostando con una mayor gravedad incluso su voz al avanzar la edad del personaje.
4) La fotografía es tan buena como la de "Isabel". Y qué decir de la música de Federico Jusid, el cual sobre la base de su anterior obra maestra para aquélla, vuelve a construir una banda sonora excelsa, con temas como la obertura o el "Ecce Gratum". Incluso el tema de amor de Isabel de Portugal parte de las notas iniciales del que tenían Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, y aun así consigue una melodía con personalidad de su propio estilo.
No sé. Igual es porque me apasiona la historia, pero a mí sí me parece una digna sucesora de "Isabel".
Mi nota: 7,8

Crítica de sietesalas.com: http://www.sietesalas.com/?p=577
Oriol Ferrer, Salvador García Ruiz y Jorge Torregrossa dirigen este spin off, que posee una fotografía bastante correcta cuyo principal problema es la fuerza que pierde por la poca profundidad de campo que no permite disfrutar de la ambientación e incluso de elementos narrativos, algo que es esencial en una representación histórica. En los diálogos comunes, no permite seguir con normalidad el desarrollo de la conversación. El juego de trasfocos falla a veces, yendo a destiempo o a contra mirada natural sin un fin expresivo.

Carlos, Rey Emperador no tiene prisa. El primer capítulo se alarga en la presentación de las tramas como el que sabe lo que va a dar de si la serie. Como el que tiene una ruta marcada inamovible. Carlos es presentado con la épica intrínseca de un Rey, la música, los planos y el ritmo de la serie se ralentiza en cuanto los ojos azules de Álvaro Cervantes aparecen en pantalla. Su Carlos-Javier-de-Agustinparticipación en el primer capítulo se reduce a un tercio de la hora del total que dura la serie, con la intención de ir creciendo tras el final del episodio. Un episodio que presenta varias tramas, saltando de país en país mostrando el imperio que gobernaba en aquella época.

El elenco de actores están bastante correctos. Hay que agradecer la incorporación de Nathalí Poza, una de la mejores actrices de este país y que había bajado su nivel de participación en la ficción española. Félix Gómez es el que mas chirría, con una interpretación irregular, en un reparto bastante experimentado que es capaz de sostener sin problemas la serie. Alfonso Bassave sorprende siendo el protagonista del primer capítulo de Carlos, Rey Emperador interpretando a Francisco I de Francia.

La banda sonora, grabada por el coro de RTVE y compuesta por Federico Jusid, complementa a la serie de una forma coherente y emocionante. Una serie que aunque no innova y tiene fallos en la fotografía, muestra un guión trabajado y cuidado dispuesto a mostrar de una forma emocionante la vida de Carlos V.

http://www.sietesalas.com/?p=577

Es el lema que me enseñó mi profesor de Historia, hace muchos años, para explicar cómo el Imperio Español en el siglo XVI dominaba estratégica y políticamente determinados territorios importantes del globo terráqueo de este a oeste. Esta serie es muy útil y didáctica para las víctimas de la LOGSE (lamentable ley de enseñanza socialista), pues pueden aprender a través de sus capítulos muy bien ilustrados los acontecimientos que algunas regiones españolas desleales con la Constitución, les han ocultado o tergiversado por intereses políticos a sus alumnos y ciudadanos. La serie cuenta el ascenso al poder de la Casa de Austria que dejaron los Reyes Católicos a su nieto Carlos I de España y V de Alemania, que al matrimoniar con Isabel de Portugal y heredar el cetro de Maximiliano (Emperador del Imperio Germánico-Romano) se consolidó como el rey con más poder e influencia que jamás existió.

Carlos mantuvo, a su pesar, continuos conflictos con sus vecinos europeos que intentaban minimizar y desgastar su poder. Es por ello que legó a su hijo Felipe II un gran imperio, pero con muchas deudas económicas, pese a los constantes tesoros de ultramar que llegaron a España. La serie que he visto en 17 episodios editados en Blu-ray, son de una excelente calidad a todos los niveles, tanto artísticos como técnicos, siempre que tengamos en cuenta que no es una superproducción americana, una particularidad que algunos suelen olvidar. La espectacularidad y la acción queda para otro tipo de serie que no tiene por qué ser mejor que esta. Las intrigas, traiciones, rupturas de pactos y acuerdos, están a la orden del día, pues los acuerdos y alianzas eran imprescindibles para mantenerse en el poder para asegurar la estirpe.

Los actores están aceptables y bien escogidos, todos ellos tienen personalidad y son creíbles en sus conflictos personales. Me parece una forma agradable de profundizar y reflexionar sobre nuestra historia, pero sin complejos absurdos. Creo que aparecen todos los acontecimientos decisivos y hasta los más dramáticos. Desde la amenaza de los Comuneros, las conquistas de Hernán Cortés y Pizarro hasta los desmanes esclavistas en tierras de América, desde la sublevación de los protestantes en Alemania hasta las traiciones de Francia (Francisco I) e Inglaterra (Enrique VIII), la llamada a Tiziano para pintar al emperador con un mastín o a caballo, que ahora se expone en el Museo del Prado aunque lo de la Iglesia de Roma es de escándalo absoluto por su inmoralidad. No olvidemos la lucha constante contra Solimán El Magnífico y el Imperio Otomano. Todo ello en una época de transición entre la Edad media y El Renacimiento, que marcó el destino de la Cristiandad.

Una serie que he me ha encantado por su calidad y que pese a tanto personaje se sigue sin problemas, porque está bien construida de ritmo y montaje excelentes. Algo más intimista con menos exteriores que Isabel, pero abarcando muchos frentes y lugares imprescindibles para entender el contexto de la trama. Carlos fue el personaje central y decisivo de la Europa del siglo XVI, por eso explicar su vida es más difícil que hacer lo propio con otros personajes "periféricos" de la misma época. Dicha labor la encarna en la serie un estupendo Álvaro Cervantes como Emperador y una maravillosa Blanca Suárez como esposa, Isabel de Portugal.