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Llámame por tu nombre

Romance. Drama Elio Perlman (Timothée Chalamet), un joven de 17 años, pasa el cálido y soleado verano de 1983 en la casa de campo de sus padres en el norte de Italia. Se pasa el tiempo holgazaneando, escuchando música, leyendo libros y nadando hasta que un día el nuevo ayudante americano de su padre llega a la gran villa. Oliver (Armie Hammer) es encantador y, como Elio, tiene raíces judías; también es joven, seguro de sí mismo y atractivo. Al ... [+]
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Críticas 246
Críticas ordenadas por utilidad
7 de febrero de 2018
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
LLAMAME POR TU NOMBRE (traducción del título original) es una película italiana coproducida por varios países que nos narra una historia de amor homosexual ambientada en los años 80 entre un joven italiano de 17 años y el ayudante americano de su padre, ambientada en un pequeño pueblo italiano. El joven ELIO pertenece a una familia culturalmente muy activa, que trabaja todos los ámbitos, desde la literatura, la música y especialmente el arte. Un joven que pasa el verano holgazaneando y divirtiéndose con sus amigos sin quitarse sus gafas de sol a los RISKY BUSINESS (muy típicas en aquellos años y que han vuelto en la actualidad) hasta que la llegada del ayudante de su padre trastoca su vida, surgiendo una historia de amor que desde la distancia y con grandes matices puede recordar a la que acontece en VERANO DEL 42 pero tratada desde el prisma del neorrealismo italiano.

L.GUADAGNINO es uno de los exponentes del cine italiano y con esta película cierra su trilogía “DESEO” junto a YO SOY EL AMOR (2009) y CEGADOS POR EL SOL (2015). Interesante será verle también en el remake de la magnífica SUSPIRIA de DARIO ARGENTO que será estrenada en el presente año. En este caso, destaca la estupenda ambientación y el trato natural y sutil de la trama.
El guion está realizado por JAMES IVORY basándose en una novela del mismo título (CALL ME BY YOUR NAME) del autor ANDRE ACIMAN con excelentes diálogos que trasmiten el trascurso de la historia de amor entre los protagonistas.
Destacable es la canción que aparece en varios momentos de título MISTERY OF LOVE.

Mención aparte es el gran trabajo de los 2 protagonistas, ARMIE HAMMER (OLIVER) mostrándonos el lado de la madurez y en especial y de manera sublime, el joven TIMOTHEE CHALATAMER (ELIO), cargando sobre sus espaldas el peso de un complicado papel en el que da muestras de gran cantidad de registros, con una ternura muy emotiva y regalándonos con su mirada multitud de matices que expresan sus sentimientos.

Ahora me gustaría explicar la disyuntiva que el visionado me ha ocasionado. Siempre me ha gustado distinguir 2 aspectos en las películas, por un lado su calidad y por otro lo que me trasmiten o lo que disfruto con ellas. La mayoría de las personas califican los film dependiendo sus gustos personales y yo no soy de esa opinión, de ahí que algunos me pueden parecer de gran calidad pero yo no disfruto con ellas o viceversa, que me hagan pasar un rato muy divertido auténticos bodrios cinéfilamente hablando. Apuntado esto, indicar que estoy en el caso en el que puedo valorar el gran trabajo del director, la forma sutil de contar la bella historia de amor, incluso destacar varias escenas con diálogos muy interesantes pero yo no he conseguido entrar en ella, quizá no he sido capaz de entender el arte que se nos muestra y el resultado me ha parecido demasiado plano. Eso sí, el dialogo final entre ELIO y su padre creo que es uno de los mejores diálogos que he escuchado en mucho tiempo, en ese momento sí que he sentido lo que muchos destacan durante todo el metraje y se quedará en mi recuerdo.
WATUSI
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17 de febrero de 2018
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me la habían vendido como un romance entre dos hombres sin drama asociado a la homosexualidad. Pero tiene drama. De hecho, es la misma historia que se ha contado ya varias veces en cine y literatura, y que no voy a destripar aquí. En cierto sentido, es la misma historia de "Brokeback Mountain" (por poner una película de amor entre dos hombres que es más probable que el lector haya visto), pero con una cierta aceptación pasiva de las circunstancias, más enfocada al despertar sexual, y sobre todo más llena de hedonismo y vanidad. Y son el hedonismo y la vanidad lo que más me ha costado digerir de la película. Pensé que sería la diferencia de edad entre los protagonistas (se llevan casi diez años y uno de ellos es menor), pero no. Aunque algunas escenas puedan resultar un tanto incómodas de ver, no encontré nada especialmente escandaloso en ese sentido. Es más bien la sensación de que nada importa, de que a los personajes les mueve su sensualidad y poco más. Alguien ha hablado en otra crítica de "fantasía burguesa"; bueno, yo creo que va más allá de eso. Es simple vacío intelectual, pese a que el guión se empeñe en que creamos otra cosa a base de citas y datos irrelevantes mezclados en los diálogos. A mí suelen gustarme las películas lentas, concienzudas, detallistas... cuando están hechas con auténtica inteligencia. Aquí no la hay. Sensualidad, mucho de eso que ahora llaman "postureo", y poco más. Es obvio que el truco tiene su público, pero no estoy ahí.

Tampoco estéticamente es nada que no hayamos visto antes, en especial si te gusta o alguna vez te ha gustado el llamado cine "independiente". No hace nada especialmente innovador, ni llamativo, y es por eso que me cuesta entender el revuelo que está causando. ¿Es por la provocación de hacer una "Lolita" homosexual? Porque ni siquiera eso es nuevo, y en mi opinión se han creado películas más interesantes a partir de la idea. La alemana "A un soldado desaparecido", por ejemplo, que quizá no esté tan llena de paisajes y musiquillas evocadoras, pero tiene un guión muchísmo más interesante.

Por otro lado, las actuaciones de ambos protagonistas son brillantes, y es tal vez lo que salva la película de caer en el abismo de la tontería. Casi se puede palpar el empeño que ambos actores han puesto en que sus personajes sean algo más que peleles al sol veraniego. Su trabajo es lo único realmente destacable y que merece ser no sé si premiado pero sí al menos reconocido. Y es la razón por la que le pongo un 6 como nota y no un 5 o menos.
sidney_bl
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7 de febrero de 2018
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Call Me by Your Name es una de esas películas que se atreven a romper con la estructura clásica del cine. La convención de introducción, nudo y desenlace se reserva para aquellas grandes historias que deben ser contadas, historias donde se superan adversidades o se alcanzan sueños o gestas. Call Me by Your Name no es nada de eso, es la vida vida misma reflejada magistralmente en dos horas de metraje, un verano durante los 80 en un pequeño pueblo en Italia que marca la vida de los dos protagonistas, y nada más es necesario aquí.

Todo en esta película está al servicio del realismo, desde la fotografía, que consigue evocarte recuerdos de rutinarios veranos con tu familia, hasta el sonido que te hace sentir de cerca todo lo cotidiano de esta finca donde deambulan los personajes. La naturalidad está presente en todo momento en esta pequeña escena de la vida, desde que uno cae casi de forma arbitraria en un momento específico, hasta su inevitable final. Por supuesto dentro de esta naturalidad encontramos el romance veraniego de los protagonistas, un romance que podríamos llamar ideal, ya que Guadagnino lo presenta en un entorno nada hostil para que esto se desarrolle, cosa que se agradece ya que las circunstancias nunca llegan a contaminar (para bien o para mal) el desarrollo de éste. Tiene que ser difícil para cualquier realizador que tiene entre manos una película romántica el evitar mantener e péndulo equilibrado entre el drama y la comedia, y es que para mi es uno de los mayores atractivos de este filme, esa facilidad a la hora de dejar que las cosas sucedan solas, simplemente plantando la semilla y dejando que germinen solas las experiencias.

Los actores hacen un trabajo inconmensurable. Timothée Chalamet podría discutir perfectamente el Oscar a Gary Oldman, su personaje está perfectamente construido y entendido por el actor, y sobra decir que Armie Hammer está a la altura de las circunstancias. Cabe destacar que la película no se desarrolla en base a diálogos, todo es físico, todo lo entiendes perfectamente al verlos moverse, mirarse o tocarse, lo cual da valor a las interpretaciones. Destaco también a Michael Stuhlbarg, cuya escena final casi se lleva una ovación por parte del cine.

La banda sonora es una auténtica maravilla, piano en su mayoría, te da constantemente la sensación de que continuas escuchando a Elio en su divagaciones. Creo que Sufjan Stevens ha compuesto la mejor canción de este año para los Oscar (a pesar de Recuérdame de Coco).

En resumidas cuentas para mi es una película que mejora cada vez que la medito. Creo que es imprescindible para todos los que sean amantes de un cine que podríamos llamar "de sala pequeña", y aquellos que simplemente duden o les pique la curiosidad deberían lanzarse a por ella, ya que pocas veces vemos este tipo de historias narradas de forma tan excepcional utilizando solo elementos cinematográficos.
Leo
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11 de febrero de 2018
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película realizada sobre la máxima del buen gusto. No conozco la novela original pero el guion, adaptado, creo que es sobresaliente. Siguiendo con la exquisitez podemos decir que las interpretaciones son tan buenas como su fotografía y su música. En fin una película muy recomendable que se adentra en los escabrosos mundo de los sentimientos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ritxard
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24 de febrero de 2018
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Luca Guadagnino dirige esta película escrita ni más ni menos que por James Ivory, adaptación de la novela de André Aciman. Protagonizada por Timothée Chalamet y Armie Hammer, “Llámame por tu nombre” es la historia de un amor de verano que además es, como si no fuera suficiente ese calor, el primero de esos amores.

En el norte de Italia un verano de 1983, Elio espera que esa estación se termine entre algunas salidas con su novia de verano (Esther Garrel), interminable cantidad de libros, y zambullidas a la pileta. Como todos los años, en medio de una familia de eruditos, su padre arqueólogo (interpretado por un brillante Michael Stuhlbarg) contrata a un asistente durante el verano. Este año quien llega es Oliver.

Elio y Oliver no parecen llevarse bien desde el primer minuto pero en realidad es una especie de inocente histerequeo lo que se va dando entre ellos hasta que Elio, sin dudarlo, descubre lo que le sucede realmente. Es un adolescente, hace calor, y sus hormonas estallan. Nadie mejor que él para saber las cosas que convulsan en su interior. Entre ellos se va generando, de a poco, de manera sutil pero siempre muy genuina y creíble, una relación emocional. Una complicidad que prescindirá de muchas palabras. Juntos desprenden mucha dulzura y calidez, aun en las escenas sexuales (escenas nunca explícitas y de mucha delicadeza), aun en la famosa escena del durazno.

A Guadagnino ya le tocó retratar el despertar sexual en “Melissa P.” o la sexualidad que aflora durante un caluroso verano en la remake de “La piscina”. No obstante, es acá donde encontramos la mayor muestra de madurez como realizador. Retratando esta parte de italiana con su temperatura pero también la belleza de algo efímero, no destinado a durar. Y además utilizando a la escultura o la presencia constante de frutas como ideas para reforzar la sensualidad.

Aparte del guión, las actuaciones ayudan a darle dimensión a estos personajes y así lograr química, una buena conexión entre ellos. No sólo entre Oliver y Elio (quienes juntos logran a veces con muy poco, apenas un roce, un gesto o un abrazo antes de ni siquiera tener sexo), sino entre los personajes que los rodean, especialmente con los padres de Elio, especialmente con su padre. Un padre que todos quisiéramos tener, y con un Stuhlbarg protagonizando una de las mejores escenas de la película.

Hammer y Chalamet son la dupla ideal para retratar este amor tan intenso como todo amor de verano y tan perdurable como todo primer amor. Y es ese plano final, ese terrible en el mejor de los sentidos, plano final que tiene a lo mejor de Chalamet frente a cámara, provocando mil emociones, revolucionando cada fibra de nuestro ser. Un actor al que sin dudas vamos a ver mucho (se lo podrá ver pronto en “Lady Bird” y un poco después en lo próximo de Woody Allen), y al que vamos a querer seguir viendo mucho.

Hermosa y sensual, “Llámame por tu nombre” no es más que una bella e intensa historia de un primer amor, un amor adolescente que además tiene la mala fortuna de ser un amor de verano (¿y cuánto dura un amor de verano? Adivinaron). Es nada más que eso y al mismo tiempo es todo lo que queríamos de eso: una historia contada de manera delicada y sutil, sin clichés ni lugares comunes. La pareja que conforman Elio y Oliver es una de las más dulces y tiernas que se ha visto últimamente, y eso es en gran parte porque detrás están Chalamet y Hammer entregando lo mejor de sí y en sintonía entre ellos.

Escrita para espectadorweb.com.ar
enjoyjessica
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