Haz click aquí para copiar la URL

Amarcord

Comedia. Drama Italia, años 30. Crónica de la vida cotidiana en un pueblo del norte de Italia durante el fascismo. (FILMAFFINITY)
1 2 3 4 5 10 17 >>
Críticas 81
Críticas ordenadas por utilidad
17 de noviembre de 2006
139 de 172 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1973, Federico Fellini llevaría a la gran pantalla una de sus grandísimas obras maestras, compuesta de recuerdos oníricos y vaporosos, camuflados en un fino y sutil hilo de grandilocuencia contenida...aquel barroquismo al que nos tenía acostumbrados logra una sabia contención en esta obra que traducida literalmente al castellano del dialecto de la Romagna (región italiana que engloba la ciudad de Rímini, lugar de nacimiento del propio Fellini) significa; "Yo me recuerdo"...

Valiéndose del joven personaje de Titta Biondi(Bruno Zanin) como su alter ego, Fellini teje los evanescentes hilos del recuerdo de antaño...

Con una fotografía perfeccionista acompañada de una puesta en escena BRUTAL (como nos tenía más que acostumbrados el maestro de Rímini) por parte de Giuseppe Rotunno y una banda sonora sencillamentes INOLVIDABLE del maestro Nino Rota, uno a uno van desfilando por el escenario del genio los variopintos personajes que alguna vez marcaron para bien o para mal su libre existencia...

Desde la familia del joven Titta; su madre Miranda(Pupella Maggio), su padre Aurelio (Armando Brancia), su insano mental tío paterno Teo(Ciccio Ingrassia), ó su otro tío Patacca(Nando Orfei), hasta su abuelo(Giuseppe Ianigro) ó su hermana Oliva...

Pasando por su grupo de amigos; Naso (el inolvidable Jaimito italiano Alvaro Vitali),Ovo(Bruno Scagnetti) ó el orondo Ciccio(Fernando De Felice) obsesionado por el amor de su joven compañera de aula Aldina Cordini( Donatella Gambini)...

A otros personajes tan peculiares e inolvidables como la Gradisca (Magali Noël) interpretando el papel de "la Greta Garbo del pueblo"...peluquera de profesión y siempre soñando con encontrar su príncipe azul en los extranjeros que vienen de visita a la turística ciudad de Rímini...

...O Volpina(Josiane Tanzilli), la prostituta ninfómana y desequilibrada mental, siempre con el rostro sudoroso, yendo de acá para allá, y en actitudes tan groseras y provocativamente fellinianas como orinando o masturbándose...

...O el abogado e historiador de la villa(Luigi Rossi), quien no desperdicia la ocasión para relatarnos las historias de la monumental Italia aún a pesar de los falsos bulos promovidos por el vendedor ambulante Biscein(Gennaro Ombra)...

...O el anciano acordeonista invidente(Domenico Pertica) dando rienda suelta a la maravillosa partitura de Nino Rota...

...O a ese temerario motero Scutreza (Mario Del Vago)... ó al anciano que "puede, manda y quiere" llamado Giudizio(Aristide Caporale) durante los momentos de despedida del invierno al quemar según ritos profanos a una vieja bruja...

...O la estanquera voluptuosa y tetuda(Maria Antonietta Beluzzi), fuente de inspiración para actos de onanismo de la joven pandilla de Titta...

Y todos estos personajes del recuerdo, a su vez forman parte ya de nuestros recuerdos, algunos de los cuales paso a rememorar en el apartado del spoiler...

Sencillamente: O B R A M A E S T R A.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
burton
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de noviembre de 2006
138 de 207 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase una vez un niño que creció y se puso a hacer películas con una estética entre lo bufo y lo grotesco, entre lo zafio y lo surrealista, entre lo absurdo y lo imaginativo. Un niño que recuerda las miserias cotidianas de su infancia sumido en un pequeño cosmos (o cosmitos) de criaturas esperpénticas que pretenden, en el fondo, conmover -y no lo logran. Con esta hábil coartada, Fellini despliega ante nosotros un abanico de recuerdos deformados, casi independientes, en los que caricaturiza la Italia de su niñez. Y, como suele suceder en este tipo de películas-mosaico, algunos episodios (o teselas) sí funcionan: la mítica estanquera de las ubres ciclópeas; la confesión al amparo de la estatua de san Luis. Y otros no: la parodia del fascismo y los fascistas; la nefasta escena del harén. Y, claro, también hay episodios que se quedan a medio camino entre lo bueno y lo mediocre: la historia del tío demenciado; alguna de las clases en la escuela. En general, se trata de un humor excesivamente vinculado al pedo, al eructo y a la nalga fácil; de una estética grotesca y bufa, sí, pero con un cuidadísimo diseño. Se agradecen algunos ramalazos de surrealismo (el niño entre la niebla del bosque) y sobra el tratamiento político de las escenas que denuncian el fascismo (unas escenas que nacieron ya bastante acartonadas). En conjunto, una obra simpática y entretenida, que ni aporta ni deja de aportar. Pues eso, que sus pedos resultan inodoros.
Servadac
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 de febrero de 2008
205 de 346 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay mucho que decir que no esté en lo esencial en la crítica de Servadac, aunque yo pondría bastante más severidad en los juicios. No pienso que se deba juzgar una obra por la actitud de su autor sino por el contenido estricto de la misma, pero no deja de ser revelador que Fellini incluyera su nombre en cuatro de los títulos de sus películas —«Fellini 8 ½» y «Il Casanova di Federico Fellini» «Roma di Fellini», «Fellini Satyricon» (!)—, lo que permite pocas dudas sobre su narcisismo ilimitado, que se traduce en un ególatra exhibicionismo en la mayor parte de su cine.

Procacidad adolescente cubierta con barniz intelectual para congratulación de liberales inmaduros y búsqueda continuada del efecto impactante, que excluye en todo momento cualquier reflexión en profundidad: la caricatura como método sistemático, y no como necesidad expresiva en un momento dado, sólo conduce a una brillantez de oropel, tras la que únicamente se oculta la indigencia anecdótica del sainete más vulgar. Un tema como el de la memoria que, ya por aquella época había dado lugar a varias obras maestras como «El espejo» o «Fresas salvajes» se transforma aquí en materia de una obra bufa con la superficialidad del esperpento y la facilidad de la extravagancia.

Naturalmente Fellini tiene sus incondicionales (esos que van a pincharme con rabia en el NO), pero —pero fans aparte— no sé si muchos de los que alaban la película soportarían una segunda visión íntegra —perdido ya el efecto violento y fugaz de la caricatura— sin aburrirse como ostras. En cuanto a la crítica rancia al fascismo o a la iglesia, es, desde luego, un buen método para lograr el aplauso fácil del progre poco exigente que necesita por encima de todo autoafirmarse en sus creencias para no perder la conciencia de existir.
Ludovico
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
24 de septiembre de 2006
105 de 146 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre los factores positivos de este trabajo de Fellini, hay que subrayar por encima de todo su estética. Cuidada fotografía y composición de escenas que ciertamente atrapan los sentidos, acentuando todo ello con la ya clásica partitura de Nino Rota. Aquí el director italiano puede decirse que crea escuela. Técnicamente impecable.

Ahora bien, hay algo en el mundo cinematográfico que debe insuflar alma a una película; y se trata de la forma narrativa. Fellini en esta película no narra, o al menos no lo hace con eficacia, centrándose fundamentalmente en mostrar belleza. Lo que describe son trozos aislados de unos recuerdos carentes de continuidad, y presentando a los personajes en cada uno de ellos dentro de una farsa. En mi opinión esto no es suficiente para construir una historia que deje huella como tal (más allá de la belleza visual). Uno puede valerse de una brillante estética de las imágenes en sucesión de escenas para narrar sin ni siquiera palabras o con muy pocas. Basta con echar un vistazo, por poner algún ejemplo, a obras como “Bin jip (Hierro 3)" de Kim Ki Duk, “El camino a casa” de Zhang Yimou, o a buena parte del cine de Kurosawa y Mizoguchi. Sin embargo, estos directores crean una historia con lo que muestran; “Amarcord” no crea una historia, sino que describe retazos de esperpento. Y para esperpento, le falta por ejemplo el esmero que cineastas como Rafael Azcona, Berlanga o Marco Ferreri ponen en la construcción de sus personajes, en la mejor línea y reflejo de mismo Valle-Inclán –creador de ese nuevo género en las artes escénicas que deforma a los personajes volviéndolos grotescos, pero sin perder el sentido trágico de fondo– . Revisar “Bienvenido Mr. Marshall”, “Plácido”, “El verdugo” o “El cochecito” dan una idea de lo que quiero decir.

Considero, por tanto, “Amarcord” un ejercicio exploratorio del esperpento, con tanta preocupación por la estética como abandono de la narrativa. Definitivamente me quedo con el Fellini de “La Strada”, uno que además de mostrar, narra con lo que muestra.
Pedro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6 de agosto de 2005
94 de 132 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca me canso de ver esta película, y cada nuevo repaso supone más hallazgos estéticos y artísticos. Para calificarla por completo se agotarían todos los adjetivos usuales: vitalista, hiperbólica, fantástica, satírica, alegre, sentimental, irónica, surrealista, admirable...¿cuántos más habría que inventar?. Todo una mirada amorosa a la Italia de los años 30, toda una galería de personajes únicos y entrañables. Una película que es la suma de muchas películas, una burla incruenta del ambiente prenazi y el retrato lleno de añoranza de una sociedad que ríe más que pena, que aspira a pleno pulmón el aire limpio de los campos y que aprecia, como pocas, las cosas buenas y sencillas de la vida. ¿Exagero un poco? Creo que todo el mundo la ha visto, y que a todos ha maravillado. Si algún despistado no la contempló, que se apresure a paladear una auténtica joya del cine...universal.
ANTOINE
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 5 10 17 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow