Tokyo Slaves

¿Qué pasaría si pudieras retar a quien tú quisieras y el perdedor se convirtiera en esclavo del otro? Este es el planteamiento de Tokyo Slaves, una distopía adolescente como las que están saliendo últimamente.

La historia comienza cuando Yuuga regala a su amiga el S.C.M. (Slave Control Method), una especie de aparato dental, acompañado de un libro de instrucciones. El chico explica que ambos deben tener uno de los aparatos puestos y retarse para que el perdedor pase a ser propiedad del otro. Despúes el resto de normas se van desgranando mediante imágenes de fragmentos del libro conforme avanza la película (imposible no acordarse de Death Note).

El primer acto se desarrolla de una manera bastante hágil aunque después va cayendo el ritmo ya que no se aporta nada nuevo. La sensación general es más de que se está viendo un compendio de pequeñas historias que una grande, además en ninguna de ellas se profundiza en exceso. Su propio alma de anime parece ajustar mejor con un formato de veinte o treinta capítulos, suponiendo que hubiera ideas para cada personaje.

La historia llega a su final de una manera un poco azarosa, podría haber sido veinte minutos antes o después tranquilamente, y no da sensación de haber cerrado del todo.

Extraña ver que una película pueda ser de género "manga" pero la verdad es que se entiende enseguida, no sólo por el tipo de historia. Actuaciones bastante exageradas, cargadas de gritos y gestos además de caracterizaciones bastante extravagantes llenas de ropas raras y uso generalizado de pelucas. Los efectos son un poco de baratillo, pero no afectan para nada a la trama.

Por último sólo destacar que la distopía se suele usar para criticar algún aspecto de la sociedad exagerando un rasgo negativo de esta. No parece quedar muy claro cual es ese aspecto a criticar, puede que el individualismo sobre la cooperatividad. Más bien parece que el planteamiento sucede porque sí.