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Drácula (Miniserie de TV)

5,8
7.009
Serie de TV. Terror. Fantástico Miniserie de TV (2020). 3 episodios. Inspirada en el personaje de Bram Stoker, el conde Drácula, que viaja de Transilvania a Londres para saciar su sed de sangre.
1 2 3 4 5 10 15 >>
Críticas 74
Críticas ordenadas por utilidad
5 de enero de 2020
94 de 121 usuarios han encontrado esta crítica útil
El primer capítulo fue atrapante y prometedor. Sin embargo, tras un apabullante inicio, la serie decae inevitablemente y llega, en el tercer capítulo, a ser bochornosa. Desarrollo en spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
anx
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6 de enero de 2020
70 de 109 usuarios han encontrado esta crítica útil
La serie en sí tiene un punto de partida que puede resultar interesante. A partir de aquí conforme avanza todo se va a freír espárragos. Voy a valorar los 3 capítulos:

El primer capítulo con sus más y sus menos (sin parecerme nada de otro mundo y usando una formula de giros ""Espectaculares"" de guión )creo que es el más aceptable. Eso no significa que sea bueno porque no es nada del otro mundo. Además, las licencias que se toma no me parecieron un acierto. Dotan a la obra de personalidad propia pero a costa de eliminar lo mejor del personaje de Dracula clásico, el del libro. Sin embargo, mantiene ciertos toques de terror gótico que te invitan a seguir.

El segundo capítulo destroza por completo el tono gótico y parece más una novela de Agatha Christie con algún chiste por en medio. Con lo cual ya te dejan claro que se cagan y se mean en el libro y que aquí van a hacer lo que quieran. Cogen uno de los mejores pasajes de la novela, lo destrozan a conciencia, cargándose precisamente lo mejor de dicho pasaje y lo transforman en un cluedo de personajes idiotas. De ritmo plomizo, es un capítulo aburrido y muy poco inspirado. Un par de giros de guion sorprendentes más y un final indigno (muy sorprendente sí) nos llevan a acabar el capítulo. Aquí ya no hay nada que salvar, los creadores ya han dicho que lo van a hacer explotar todo por los aires.

Esto nos lleva al tercer capítulo el cual directamente va más allá de dar un toque personal a la historia de Drácula, se titula "la brújula tenebrosa" pero yo lo habría titulado: escupitajo en la boca de Bram Stoker. Aquí tengo la sensación que se aburrieron leyendo Drácula, se pusieron una peli de vampiros y cayó en sus manos Fright Night (1985).

Así que la serie de Dracula yo la rebautizaría, así en global que Dracula sí pero no mucho.
Usebius
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4 de enero de 2020
43 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sinceramente, no tenía mucha intención de ver esta nueva adaptación de la novela y el mito, pero las recientes y estupendas críticas profesionales me han convencido, ya que la dejaban de poco más que una miniserie magistral, afirmando que es la mejor adaptación desde esa maravilla rodada por Coppola en 1992, cosa que, seamos sinceros, tampoco era muy difícil.

Pues bien, gracias a Netflix (ya que es exclusiva de la plataforma, al menos internacionalmente) he podido visionar sus tres únicos episodios (ya que se trata de una miniserie). Si puedo describir a la serie con dos palabras seria arriesgada pero pretenciosa (y porque no decirlo, fallida). Y es que estamos ante una reinvención del personaje, que enfadará a los más puristas y amantes de la novela original. Si eres de estos, te advierto que te vas a tirar de los pelos (si es que los tienes) en más de una ocasión, ya que los creadores hacen lo que les da la gana en casi cada momento.

Y es que Mark Gatis y Steven Moffat son unos traviesos. Son también los responsables de la serie Sherlock, que hasta su temporada cuatro podía afirmar, sin pudor alguno, que estaba en mi top cinco de mejores series de la historia. Y es que aquella tiene dos primeras temporadas magistrales, una tercera correcta pero decepcionante y una cuarta bastante innecesaria y olvidable.

La cualidad de estos dos señores es, a la vez, lo mejor y lo peor que pueden ofrecer, que no es otra cosa que los giros de guion. Es un recurso que les funcionó muy bien en las tres primeras temporadas de Sherlock, pero que les fallo, de forma estrepitosa, en la mencionada cuarta entrega. Y es que no es lo mismo ser ingenioso que tramposo. Lamentablemente, trasladan a su nuevo proyecto lo peor de ellos, entregando giros de guion que si sorprenden es porque son absurdos y sinsentido, no por otra cosa.

La dirección del dúo (y demás involucrados) es prácticamente impecable (aunque en el último episodio hay un efecto especial digno de la peor serie Z), ya que técnicamente la serie luce muy bien y se nota el cuidado y mimo en los detalles, como ese tétrico castillo o la ambientación de la época. Por ahí bien.

Es una pena que los guiones no estén a la altura, ya que, si bien es cierto que la serie quiere ser original, ofreciendo riesgo y diversión (con todo lo que ello conlleva), esos mencionados giros imposibles (e innecesarios) resienten el conjunto, aparte que la serie es demasiado pretenciosa, siendo más obvia de lo que pretende, habiendo incluso algún apunte predecible, como la identidad de cierto personaje.

Sin embargo, este Drácula es oro puro, con unos diálogos fabulosos y un carisma indudable, ofreciendo a un villano desternillante y cruel, que atrapa desde el primero momento. Y, sinceramente, creo que parte de la culpa (en el buen sentido) la tiene un sobresaliente Claes Bang, que ofrece una interpretación brillante y cautivadora.

Es sorprendente como muchos espectadores (o directamente gente que ni se ha molestado en ver la serie) le ha criticado por su físico o por ser un conde casposo (por la apariencia, no por otra cosa), cuando es obvio que se buscaba a un digno heredero de los actores de antaño (como el señor Lee), aportando elegancia, pero con un tono macabro y sádico que le viene como anillo al dedo. Sin él la serie perdería muchos enteros, y por eso es lo mejor de la misma.

Y ya que hablamos de reparto, (casi) todos cumplen en los tres episodios, pero conviene destacar a una también estupenda Dolly Wells, en un papel nada sencillo y lleno de matices. Atención especial a los acentos de ambos (la he visto en versión original).

Y bueno, cada episodio dura hora y media y podría decirse que es una historia en sí, aunque el final de cada capítulo conduzca al siguiente. Valorarlos en detalle sería entrar en spoilers, por lo que me limitaré a decir que el mejor es el primero, que es el que sigue (más o menos) el discurrir de la novela, y ofrece algunos momentos bastante hilarantes y logrados, además de terroríficos, pero el resultado final tampoco es nada del otro aquel.

El segundo se deja ver, pero desaprovecha la oportunidad de desarrollar el misterio presentado, y al final se queda en correcto y curioso, pero poco más, con un final interesante, que es desaprovechado totalmente por su horrendo tercer episodio, que no hay por donde cogerlo, y donde uno no sabe que demonios querían transmitir o explicar los creadores, ya que fallan estrepitosamente al cerrar la miniserie con un capítulo insulso, mediocre y que mancha el nivel de la propuesta, que tampoco era para echar cohetes.

En conclusión: ¿Es una mala serie? No, pero no pasa de correcta (a pesar de elementos positivos como algunas ideas y sus dos protagonistas). ¿Es la genialidad que los críticos están diciendo de ella? Pues tampoco, y la verdad que no entiendo su entusiasmo, a no ser que se hayan sorprendido por una propuesta tan bizarra y desmelenada del mito, pero eso no quiere decir que los resultados sean los más óptimos, siendo más bien un experimento fallido.

Y es que me temo que Gatiss y Moffat han perdido su toque, y la genialidad que mostraron en las dos primeras temporadas de Sherlock, que podría haber sido una serie perfecta, y al final se vio perjudicada por una última temporada bastante lamentable. En fin, se agradece el intento y las ganas de revolverlo todo y ofrecer algo diferente, pero eso no quiere decir que tengamos que aplaudirlo como algo único, porque no lo es.

Dos primeros episodios tan entretenidos como correctos, pero un tercero que mancha el resultado final, en una serie interesante que, sinceramente, dudo que sea recordada con el paso de los años. Y es una pena, porque entre su actor protagonista (que ha nacido para el papel), la calidad técnica y la guasa del conjunto había material de sobra para que las (engañosas) críticas aparecidas hasta el momento tuviesen su justificación y su razón de ser. Otra vez será.

Más críticas: ocioworld.net
Javi McClane
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6 de enero de 2020
38 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Los Personajes

Hay personajes secundarios de peso. Jonathan Harker interpretado por John Heffernan. La historia se inicial con él y desde su punto de vista, se podría catalogar como el personaje más fiel a la novela. Lucy Westenra interpretada por Lydia West. Aparece en el capítulo final y aunque se mantiene parte de su personalidad desinhibida del relato original, muchos la encontrarán irreconocible.

Otros personajes claves de la novela Drácula que tantos buenos momentos nos han ofrecido en el cine, son sacrificados en esta miniserie, como una pusilánime Mina Harker interpretada por Morfydd Clark o un desubicado Frank Renfield interpretado por Mark Gatiss, uno de los guionistas. Si esperas ver a las tres novias de Drácula, tendrás que conformarte solo con una.

*Capítulo 1: Las Reglas de la Bestia

Este capítulo está dirigido por Jonny Campbell (Doctor Who, Westworld, Ashes to Ashes) y es el más fiel a Bram Stoker. La historia se inicia en el castillo de Transilvania de un anciano Conde Drácula, cuando recibe la visita del abogado Jonathan Harker que debe prepararle la documentación para su traslado a Inglaterra. Es el inicio clásico de la novela y de muchas de las adaptaciones. Harker quedará atrapado en el castillo, cada vez más debilitado, mientras el Conde a su vez va rejuveneciendo…

En este capítulo de Drácula se tira de referencias y homenajes que van desde el tratamiento gótico que hicieron Terence Fisher y la Hammer, a la elegancia estética de Coppola. La primera novedad que nos encontramos es que el capítulo está contado a base de flashbacks que surgen de la conversación entre un perjudicado Jonathan Harker, tras lograr escapar del castillo, y una perspicaz monja con dotes de detective privado que resulta ser Agatha Van Helsing, personaje que sustituye al popular cazavampiros de mismo apellido.

Este capítulo está plagado de hallazgos visuales y tiene unos diálogos brillantes. El ritmo va in crescendo y los veinte minutos finales en el convento de monjas son un festín para todo horror lover que se precie.

*Capítulo 2: Navío Sangriento

Este capítulo está dirigido por Damon Thomas (Killing Eve, Penny Dreadful) y aún mantiene cierto espíritu de la novela original, pero con matices. La historia se centra en el viaje en barco que hace Drácula para conquistar Inglaterra, en el que comienza a matar a todos los pasajeros y a la tripulación para apropiarse de sus vivencias y conocimientos… Es una parte importante de la novela que aquí se expande y se utiliza como nexo explicativo de lo que vendrá después, pero se introducen algunos aspectos que motivan el desconcierto.

También está explicado a base de flashbacks, en esta ocasión, contados en primera persona por el mismísimo Conde Drácula a su antagonista Agatha Van Helsing en una partida de ajedrez que descoloca al espectador por el tono jocoso empleado. Pero las secuencias del barco están filmadas con brillantez y Drácula se despacha a gusto alimentándose de todo aquel que se cruza con él. Si te gustan los colmillos afilados, lo disfrutarás.

Este capítulo es entretenido y sangriento, pero los giros de guion que Mark Gatiss y Steven Moffat plantean dentro del Deméter (nombre del barco y de la Diosa griega de la fertilidad), comienzan a exasperar por la falta de coherencia con el relato original.

*Capítulo 3: La Brújula Tenebrosa

Este capítulo está dirigido por Paul McGuigan (Sherlock, El Caso Sleven, Obsesión, El Misterio de Wells), y se trata del más polémico de los tres. La historia nos sitúa 123 años después del hundimiento del Deméter con el encuentro de Drácula y Zoe Van Helsing, emparentada con la hermana Agatha, la cual descubrirá las verdaderas debilidades del Conde para intentar derrotarlo… Prácticamente todo lo que sucede en este capítulo es material inexistente en la novela de Stoker.

Más allá de consideraciones temáticas, el capítulo es el peor de los tres, es aburrido y pretencioso hasta decir basta. La excusa para mantener nuestra atención es la aparición del personaje de Lucy Westenra, inolvidable en la versión de Coppola, una chica que vive el presente y que no teme a la muerte, algo que fascina a Drácula. Durante la primera hora del capítulo nos estaremos planteando seriamente si Netflix se ha equivocado y ha programado el capítulo de otra serie, ya que la historia que nos explican no tiene nada que ver ni con el Drácula de toda la vida, ni con los otros dos capítulos que acabamos de ver.

Es un capítulo soporífero donde los autores se olvidan de la trama principal hasta el final, incorporando secuencias banales con personajes que no interesan. Un error grave. La media hora final sirve para buscar una explicación a todo este embrollo, desmitificando al Conde Drácula y convirtiéndolo en un ser cobarde que huye de sí mismo. El capítulo se cierra con un plano final un poco vergonzante que podría haber sido de una gran belleza simbólica si no se hubiera perdido el rumbo por el camino.

Conclusión

Drácula es una miniserie creada por Mark Gatiss y Steven Moffat, de tres capítulos de hora y media de duración, que busca actualizar y modernizar el mito del Conde Drácula. Lo curioso es que solo funciona cuanto más se acerca al relato original de Bram Stoker y, sin embargo, se pierde en la filosofía millennial cuando busca una identidad propia. Tres capítulos desiguales que van de más a menos y que cabrearán a los que busquen una adaptación fiel.

Lo mejor de esta miniserie es la ambientación llena de referencias cinéfilas del primer capítulo y los duelos dialécticos entres sus dos protagonistas. Claes Bang, como Conde Drácula, y Dolly Wells, como Van Helsing, realizan un trabajo admirable y divertido. Lo peor son los giros imposibles de guion y el tercer capítulo que desaprovecha una sugerente idea inicial.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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21 de octubre de 2020
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
A esta mini-serie de la BBC hay que aproximarse con ánimo curioso y carente de prejuicios sobre su fidelidad a la obra original de Bram Stoker, ya que representa una buena y respetuosa aproximación y relectura del mito del conde-vampiro desde la óptica de la deconstrucción y la actualización, en el mismo estilo que sus creadores, Mark Gatiss y Steven Moffat, hicieron con el también mítico personaje de Sherlock Holmes en su brillante serie "Sherlock" (2010-2017).

Para analizarla lo más indicado es referirse a cada uno de sus tres capítulos por separado, ya que cada uno de ellos tiene un propósito y una finalidad.

El primer capítulo, "LAS REGLAS DE LA BESTIA", sirve para establecer el puente con el original literario y las más famosas adaptaciones cinematográficas, en especial con el "Drácula" de la Hammer brilantemente interpretado en 1958 por Christopher Lee, en una saga de 7 films que se prolongaría hasta 1973.

En la primera parte de este primer capítulo, se relata la odisea de Jonathan Harker en el castillo del conde, un laberinto de innumerables corredores y estancias que parecen no llevar a ninguna parte, permanentemente iluminado en rojo y negro, que acaba erigiéndose por derecho propio en uno de los protagonistas del relato,

En la segunda parte del capítulo, comienza el alejamiento del original literario para describir el asalto del conde al convento donde reside su rival, la hermana Agatha Van Helsing, una extraña monja con crisis de fe, que se describe a si misma, como atrapada en un matrimonio sin amor. Este personaje es una de las atractivas variaciones que proponen, Gatiss y Moffat, al convertir a la némesis de Drácula en una mujer.

A lo largo del capítulo se introducen los fetiches o hábitos que rodean a la leyenda del vampiro y cuyos orígenes y fundamentos se irán desvelando a lo largo de la mini-serie, la imposibilidad de exponerse a la luz solar, la necesidad de ser invitado para entrar en una morada o la aversión a los crucifijos o símbolos de fe cristiana.

El siguiente capítulo, "NAVÍO SANGRIENTO", se explaya en un episodio, el viaje a Inglaterra a bordo del Démeter, que el propio autor, Bram Stoker y los principales directores que abordaron el mito, desde Murnau a Browning, Terence Fisher y Coppola, decidieron eliptizar.

Aquí asistimos a un vibrante duelo verbal entre Drácula y la hermana Ágatha mientras disputan una bergmaniana partida de ajedrez y profundizan en los fundamentos de la mitología vampírica, al mismo tiempo que Drácula va descubriendo los detalles de la terrorífica y sangrienta travesía del Démeter hasta llegar a Inglaterra.

En el capítulo final, "LA BRÚJULA TENEBROSA" se produce un salto de 123 años y se desarrolla en el Londres de 2020. La acción se centra en la historia de Lucy, una muchacha seducida por la inmortalidad del vampiro, mientras Zoe, la última descendiente del clan Van Helsing, interpretada con convicción por Dolly Wells, la misma actriz que interpretó a la hermana Agatha, persigue al vampiro, que en el siglo XXI se esconde en lujosos apartamentos, fundaciones científicas o bufetes de abogados, hasta el esperado enfrentamiento final, en el que se descubrirán, con una cierta sorpresa, las claves de la mitología vampírica, mientras Zoe esgrimirá el arma definitiva contra el vampiro, un arma del siglo XXI, que dará fin definitivamente a la existencia de Drácula, liberándole de su maldición.

En la serie destaca notablemente y con mucha diferencia la carismática, pretendidamente sobreactuada y divertida interpretación de Claes Bang en el papel del conde Drácula, muy alejado del vampiro romántico de Coppola que "recorría océanos de tiempo para reencontrar a su amada", y mucho más próxima a la de Christopher Lee, en la saga de la Hammer, que nunca renunció a ser la encarnación del mal, como corresponde a cualquier Príncipe de las Tinieblas que se precie.

Sus diálogos con los personajes interpretados por Dolly Wells (Zoe y la hermana Ágatha) están llenos de ironía, sarcasmo, y repletos de múltiples referencias culturales y son uno de los principales atractivos para la revisualización de esta notable mini-serie, que nos viene a demostrar, después de 123 años desde su publicación, que la historia del conde vampiro, al igual que Drácula, es inmortal.
Maximillian
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