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Rep. Dominicana Ellas
1.394
Drama
Anne, una periodista parisina de la revista Elle, investiga la prostitución estudiantil que practican algunas chicas para pagarse sus gastos y caprichos, aunque tienen intención de dejarlo al terminar sus estudios y empezar a trabajar. En una entrevista con dos de estas chicas, descubre que, a pesar de la vida que llevan, siguen estudiando y obtienen buenos resultados en los exámenes. Poco a poco el relato de la vida cotidiana de estas ... [+]
25 de febrero de 2012
26 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante propuesta pero muy irregular, el tema me interesa, me interesan las actrices pero veo muchas irregularidades, algunas demasiado evidentes.
Es difícil hacer una película sobre la prostitución de jóvenes estudiantes sin caer en lo fácil, cómo hablar del sexo y lo morboso sin caer en la evidente.
Ese es el principal error de la película, ese escenas de sexo son bastante innecesarias o se podrían haber tratado de otra manera, mostrarlas de una manera directa es lo más fácil.
Me ha gustado el planteamiento, como analiza las relaciones matrimoniales y de como muchos hombres van a jóvenes que se prostituyen para romper su vida aburrida o poder llevar a cabo esas fantasías incapaces de llevar a cabo con sus mujeres.
Me gusta la visión y el planteamiento de las jóvenes de como ven y sienten sus vidas, el pequeño reflejo de sus vidas familiares, un poco mal retratado pero en el fondo, se puede entender las razones que mueven a estas jóvenes a vivir de esta manera.
La película no aburre, está bien, pero la directora polaca busca el lado artístico y es tan evidente que no resulta interesante.
Lo peor de todo es como evoluciona la vida de la periodista, como siempre, tan bien interpretado por Binoche pero la directora no sabe que es lo que se proponía decir, elementos morbosos como las masturbación o besos lésbicos sobran totalmente del guión o esa pequeña aparición de su padre, elementos totalmente mal integrados en la historia general.
La película se deja ver sin problema pero está llena de bastantes fallos, ha querido decir mucho pero no ha sabido como unir todas las piezas del puzzle.
Interesante propuesta a pesar de su irregularidad, la película la salvan sus actrices, todas están a una gran altura.
Es difícil hacer una película sobre la prostitución de jóvenes estudiantes sin caer en lo fácil, cómo hablar del sexo y lo morboso sin caer en la evidente.
Ese es el principal error de la película, ese escenas de sexo son bastante innecesarias o se podrían haber tratado de otra manera, mostrarlas de una manera directa es lo más fácil.
Me ha gustado el planteamiento, como analiza las relaciones matrimoniales y de como muchos hombres van a jóvenes que se prostituyen para romper su vida aburrida o poder llevar a cabo esas fantasías incapaces de llevar a cabo con sus mujeres.
Me gusta la visión y el planteamiento de las jóvenes de como ven y sienten sus vidas, el pequeño reflejo de sus vidas familiares, un poco mal retratado pero en el fondo, se puede entender las razones que mueven a estas jóvenes a vivir de esta manera.
La película no aburre, está bien, pero la directora polaca busca el lado artístico y es tan evidente que no resulta interesante.
Lo peor de todo es como evoluciona la vida de la periodista, como siempre, tan bien interpretado por Binoche pero la directora no sabe que es lo que se proponía decir, elementos morbosos como las masturbación o besos lésbicos sobran totalmente del guión o esa pequeña aparición de su padre, elementos totalmente mal integrados en la historia general.
La película se deja ver sin problema pero está llena de bastantes fallos, ha querido decir mucho pero no ha sabido como unir todas las piezas del puzzle.
Interesante propuesta a pesar de su irregularidad, la película la salvan sus actrices, todas están a una gran altura.
2 de julio de 2012
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Ellas” debería haber empezado con la ‘Nota de intención’ de la directora:
«Es un hecho conocido que existen chicas que recurren a la prostitución para pagarse los estudios universitarios. Los medios tratan este tema con una mezcla de desaprobación y de curiosidad voyeurista. El sexo siempre vende. En las páginas de esas revistas se anuncian un sinfín de artículos. Mujeres como objetos sexuales. Y artículos sentenciosos y moralizantes, mezcla de indignación y fascinación por las mujeres que venden sus cuerpos para conseguir estos artículos.
Queríamos tratar el tema de la prostitución estudiantil mediante un intercambio de opiniones femeninas. Una periodista parisina que disfruta de una situación social envidiable interroga a dos estudiantes, dos chicas que desean trepar por la escala social y que se venden para pagarse los estudios. El marido de la periodista podría ser un cliente de las chicas. La investigación cambiará la forma en que la periodista percibe el deseo. Nuestra intención ha sido explorar el deseo en ambos lados, sin juzgarlos.»
No sé si es que la película es muy aburrida o emana de ella una intelectualidad que no percibo, pero el filme de Malgorzata Szumowska empaca los atributos actores de Juliette Binoche en una suma de argumentos tan prometedores como, finalmente, inefectivos. Una periodista, un artículo sobre la prostitución estudiantil, dos jóvenes prostitutas con numerosas historias, clientes y suma organización, conexiones directas y replanteamientos sobre la vida acomodada y vacía de ese burguesa periodista con dos hijos. Como si “Ellas” fuera, en cierta medida, un filme erótico, Binoche quiere experimentar la masturbación o lanzarse a la felación como rescate matrimonial entre música clásica de fondo y sintonía. El conjunto funcionaría mejor como un documental (de hecho la productora Marianne Slot ha formalizado con el trabajo de investigación del filme un documental llamado “Escort”). El estilo de estructura divaga entre el teatro con una cena como telón de fondo y los múltiples insertos de que origina ese artículo durante 24 horas.
¿Se trata de una crítica sobre que la falta de acceso a una educación universitaria gratuita y que sus altos costes han originado una generación de jóvenes que han elegido sacar provecho de su cuerpo para ampliar su cerebro (y capital)? ¿O es un relato feminista, alejado de ideas preconcebidas sobre la prostitución, y el papel de la sociedad? ¿Es ese papel censor, manipulador, deliberante, hipócrita, pasivo? Es duro decirlo pero creo que más allá del debate que pueda plantear como mucho se recordará como aquella película, que aparte de salir la Binoche, en la que a Joanna Kulig la miccionan sobre sus agradecidos y protuberantes pechos antes de dedicarla una canción de amor tocada sobre guitarra española.
«Es un hecho conocido que existen chicas que recurren a la prostitución para pagarse los estudios universitarios. Los medios tratan este tema con una mezcla de desaprobación y de curiosidad voyeurista. El sexo siempre vende. En las páginas de esas revistas se anuncian un sinfín de artículos. Mujeres como objetos sexuales. Y artículos sentenciosos y moralizantes, mezcla de indignación y fascinación por las mujeres que venden sus cuerpos para conseguir estos artículos.
Queríamos tratar el tema de la prostitución estudiantil mediante un intercambio de opiniones femeninas. Una periodista parisina que disfruta de una situación social envidiable interroga a dos estudiantes, dos chicas que desean trepar por la escala social y que se venden para pagarse los estudios. El marido de la periodista podría ser un cliente de las chicas. La investigación cambiará la forma en que la periodista percibe el deseo. Nuestra intención ha sido explorar el deseo en ambos lados, sin juzgarlos.»
No sé si es que la película es muy aburrida o emana de ella una intelectualidad que no percibo, pero el filme de Malgorzata Szumowska empaca los atributos actores de Juliette Binoche en una suma de argumentos tan prometedores como, finalmente, inefectivos. Una periodista, un artículo sobre la prostitución estudiantil, dos jóvenes prostitutas con numerosas historias, clientes y suma organización, conexiones directas y replanteamientos sobre la vida acomodada y vacía de ese burguesa periodista con dos hijos. Como si “Ellas” fuera, en cierta medida, un filme erótico, Binoche quiere experimentar la masturbación o lanzarse a la felación como rescate matrimonial entre música clásica de fondo y sintonía. El conjunto funcionaría mejor como un documental (de hecho la productora Marianne Slot ha formalizado con el trabajo de investigación del filme un documental llamado “Escort”). El estilo de estructura divaga entre el teatro con una cena como telón de fondo y los múltiples insertos de que origina ese artículo durante 24 horas.
¿Se trata de una crítica sobre que la falta de acceso a una educación universitaria gratuita y que sus altos costes han originado una generación de jóvenes que han elegido sacar provecho de su cuerpo para ampliar su cerebro (y capital)? ¿O es un relato feminista, alejado de ideas preconcebidas sobre la prostitución, y el papel de la sociedad? ¿Es ese papel censor, manipulador, deliberante, hipócrita, pasivo? Es duro decirlo pero creo que más allá del debate que pueda plantear como mucho se recordará como aquella película, que aparte de salir la Binoche, en la que a Joanna Kulig la miccionan sobre sus agradecidos y protuberantes pechos antes de dedicarla una canción de amor tocada sobre guitarra española.
Llegó a mí
2 de julio de 2012
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cuarto largometraje de la directora polaca Malgorzata Szumowska (Cracovia, 1973) es un film que ha sido catalogado como esencialmente femenino no sólo por la presencia adicional de una co-guionista (Tine Byrckel) y de una productora (Marianne Slot) que se consideran feministas por sus ideas, no por su militancia concreta, sino porque es un relato con vocación de constituirse en documento social hecho por, para y sobre las mujeres. Tanto el contenido como la mirada que sustentan esta coproducción entre Alemania, Francia y Polonia tienen como protagonistas a personas de sexo femenino (los hombres que aparecen son anónimos o resultan antipáticos) y además en la redacción del guión no sólo hubo documentación previa (entrevistas con estudiantes universitarias dedicadas a la prostitución) sino que las actrices aportaban cada día nuevas ideas que lo iban modificando.
"Elles" (Ellas) tiene como protagonista a la siempre estimulante Juliette Binoche que da vida a una periodista parisina de investigación que prepara un artículo para la revista "Elle" sobre las universitarias que venden su cuerpo no sólo para pagar sus estudios y residencia sino también para tener una vida más agradable.
La estructura del relato se apoya en el montaje de "fragmentos de realidad", con resultados discutibles tanto por su excesiva dispersión narrativa como por cierto descuido técnico en el rodaje de los planos. A su favor está que no hay intención moralizante, aunque ese distanciamiento teórico termina afectando a un conjunto elegante y frío y delatando la simpatía de la cineasta por sus personajes femeninos.
"Elles", lejos de considerar la prostitución como una explotación delictiva, la contempla como un trabajo afín a los demás, una profesión libremente ejercida que proporciona dinero, lujo y, a veces, placer. Por el contrario, el contexto familiar se muestra como un reducto dominado por la rutina, el aburrimiento, las labore hogareñas y los conflictos con los hijos. La metáfora resulta un tanto exagerada, más bien por las bruscas variaciones tonales de Szumowska, que retrata el sexo sin erotismo ni escándalo, y la soledad de Anne (Binoche) con mucho más humor negro y patetismo.
"Elles" es un film de limitado valor sociológico por la superficialidad de sus conclusiones, sus lagunas informativas y sus insuficiencias analíticas tras subrayar el contraste entre las felices jóvenes liberadas y la triste mujer casada atrapada por sus obligaciones familiares y sus servidumbres conyugales.
El film deja en el aire multitud de preguntas. ¿Es la prostitución un negocio que siempre comporta cierto grado de esclavitud sexual? ¿Es una justificable vía de ascensión social? ¿Puede ser una variada fuente de satisfacción erótica? ¿Representa una afirmación del dominio de la mujer sobre su propio cuerpo? Las respuestas debe darlas cada espectador.
"Elles" (Ellas) tiene como protagonista a la siempre estimulante Juliette Binoche que da vida a una periodista parisina de investigación que prepara un artículo para la revista "Elle" sobre las universitarias que venden su cuerpo no sólo para pagar sus estudios y residencia sino también para tener una vida más agradable.
La estructura del relato se apoya en el montaje de "fragmentos de realidad", con resultados discutibles tanto por su excesiva dispersión narrativa como por cierto descuido técnico en el rodaje de los planos. A su favor está que no hay intención moralizante, aunque ese distanciamiento teórico termina afectando a un conjunto elegante y frío y delatando la simpatía de la cineasta por sus personajes femeninos.
"Elles", lejos de considerar la prostitución como una explotación delictiva, la contempla como un trabajo afín a los demás, una profesión libremente ejercida que proporciona dinero, lujo y, a veces, placer. Por el contrario, el contexto familiar se muestra como un reducto dominado por la rutina, el aburrimiento, las labore hogareñas y los conflictos con los hijos. La metáfora resulta un tanto exagerada, más bien por las bruscas variaciones tonales de Szumowska, que retrata el sexo sin erotismo ni escándalo, y la soledad de Anne (Binoche) con mucho más humor negro y patetismo.
"Elles" es un film de limitado valor sociológico por la superficialidad de sus conclusiones, sus lagunas informativas y sus insuficiencias analíticas tras subrayar el contraste entre las felices jóvenes liberadas y la triste mujer casada atrapada por sus obligaciones familiares y sus servidumbres conyugales.
El film deja en el aire multitud de preguntas. ¿Es la prostitución un negocio que siempre comporta cierto grado de esclavitud sexual? ¿Es una justificable vía de ascensión social? ¿Puede ser una variada fuente de satisfacción erótica? ¿Representa una afirmación del dominio de la mujer sobre su propio cuerpo? Las respuestas debe darlas cada espectador.
21 de junio de 2012
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que el cine de autor goce del reconocimiento que se merece (en ciertos círculos realmente ocurre), pero en este aspecto, la industria literaria le lleva siglos de ventaja al celuloide. No hay más que entrar en cualquier librería y echar un rápido vistazo al escaparate, donde probablemente resaltarán portadas en las que el nombre del escritor esté en letras mucho más grandes que las que anuncian el título de la obra. Lo que vende en este sector es en muchas ocasiones el cerebro, más que su creación. Como decíamos, el séptimo arte, en determinados lugares o ambientes, sabe rendirle debido homenaje al factor humano, que puede llegar a vender más que el concepto. Hablemos por ejemplo de Juliette Binoche, que hoy va enseñarnos las implicaciones de la palabra ''demasiado''.
'Ellas' es el último trabajo en la apretadísima agenda de la actriz, que desembarca en nuestras salas, y como si se tratara de un libro, su póster promocional está encabezado por el nombre ''Juliette Binoche''. Si bajamos un poco la vista, nos encontramos con su siempre imponente presencia, bajo la cual se esconden los nombres de otras actrices, así como el de otra gente que ha contribuido a hacer la película que estamos a punto de ver. Lo mismo que ver un concierto promocionado a través de -y sin faltar a nadie- ''¡La Gira Mundial de la E-Street Band! (con la participación de Bruce Springsteen)'' Para que después digan que en el viejo continente no estamos familiarizados con el concepto del star-system.
Quizás alguien pensó que el nombre de Malgorzata Szumowska (a saber, la directora y co-guionista del filme que ahora nos atañe) era demasiado desconocido... o impronunciable, aunque si cuando llegó la hora de la Palma de Oro aprendimos a decir de manera mínimamente correcta Apichatpong Weerasethakul, no hay excusa que valga ahora. El caso es que 'Ellas', le guste o no a Gerard Depardieu, viene amparada por el innegable gancho de la Binoche, para muchos, la mejor actriz del mundo. Drama, comedia, terror, suspense... no hay registro que se le resista. Es la actriz total, aquella de la que podría decirse, siguiendo el tópico, que habría gente dispuesta a pagar por verla leer el listín telefónico... y al final del show hasta aplaudiría. Porque ella lo vale.
No es buena, es lo siguiente. Demasiado buena. Ahí está la raíz del problema. Juliette Binoche es sobradamente cojonuda en todas sus facetas, y esto carga. Es una especie de agujero negro cuyo poder de atracción crece exponencialmente a cada segundo que pasa. Su compañía requiere -por méritos propios- nuestra atención, y no hay manera humana de negarle los méritos, que los tiene. Por ejemplo, si en una rueda de prensa se anuncia el encarcelamiento de Jafar Panahi por parte del gobierno iraní, Juliette rompe a llorar. Su pesar es tan profundo;
'Ellas' es el último trabajo en la apretadísima agenda de la actriz, que desembarca en nuestras salas, y como si se tratara de un libro, su póster promocional está encabezado por el nombre ''Juliette Binoche''. Si bajamos un poco la vista, nos encontramos con su siempre imponente presencia, bajo la cual se esconden los nombres de otras actrices, así como el de otra gente que ha contribuido a hacer la película que estamos a punto de ver. Lo mismo que ver un concierto promocionado a través de -y sin faltar a nadie- ''¡La Gira Mundial de la E-Street Band! (con la participación de Bruce Springsteen)'' Para que después digan que en el viejo continente no estamos familiarizados con el concepto del star-system.
Quizás alguien pensó que el nombre de Malgorzata Szumowska (a saber, la directora y co-guionista del filme que ahora nos atañe) era demasiado desconocido... o impronunciable, aunque si cuando llegó la hora de la Palma de Oro aprendimos a decir de manera mínimamente correcta Apichatpong Weerasethakul, no hay excusa que valga ahora. El caso es que 'Ellas', le guste o no a Gerard Depardieu, viene amparada por el innegable gancho de la Binoche, para muchos, la mejor actriz del mundo. Drama, comedia, terror, suspense... no hay registro que se le resista. Es la actriz total, aquella de la que podría decirse, siguiendo el tópico, que habría gente dispuesta a pagar por verla leer el listín telefónico... y al final del show hasta aplaudiría. Porque ella lo vale.
No es buena, es lo siguiente. Demasiado buena. Ahí está la raíz del problema. Juliette Binoche es sobradamente cojonuda en todas sus facetas, y esto carga. Es una especie de agujero negro cuyo poder de atracción crece exponencialmente a cada segundo que pasa. Su compañía requiere -por méritos propios- nuestra atención, y no hay manera humana de negarle los méritos, que los tiene. Por ejemplo, si en una rueda de prensa se anuncia el encarcelamiento de Jafar Panahi por parte del gobierno iraní, Juliette rompe a llorar. Su pesar es tan profundo;
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
18 de noviembre de 2012
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elles es una película distinta, hecha en un tempo diferente que se mueve de dentro hacia fuera y, como sucede a veces en la vida, de un modo confuso.
No sigue un modelo de acción lineal sino que avanza y retrocede sin mas explicaciones, dejándote a ratos confundido y sin poder entender, pero que escoge, eso lo vas descubriendo luego, lo mas importante de cada momento, por insignificante que esa acción pueda parecer.
Trastoca el tiempo y lo enlentece hasta la exasperación en escenas personales en las que también usa y abusa de cámaras fijas y primeros planos. Y en otras ocasiones lo acelera (el tiempo) lo desordena, lo vuelve caótico, inestable, torpe, como la protagonista.
Y todo eso para retratar un universo femenino que nace y crece de dentro para afuera en una proliferación de detalles que parecen inconexos, pero a través de los que se traduce el controvertido mundo de las mujeres, su sexualidad, siempre latente e irremediable; el designio de sus relaciones; sus dobles papeles, triples, cuádruples roles: madre, mujer, amante, hija, puta.
Supe que la dirigía una mujer a los diez, quince minutos. Porque sabía lo que tenía que decir, lo que debía mostrar y lo que podía obviar.
Las actrices, diferentes y casi contrapuestas dan cuerpo a personajes reales.
Juliette Binoche, tan espectacular como siempre y cada vez mejor actriz.
Lo demás, como suele ocurrir en las pelis buenas, después de que se encienda la luz.
No sigue un modelo de acción lineal sino que avanza y retrocede sin mas explicaciones, dejándote a ratos confundido y sin poder entender, pero que escoge, eso lo vas descubriendo luego, lo mas importante de cada momento, por insignificante que esa acción pueda parecer.
Trastoca el tiempo y lo enlentece hasta la exasperación en escenas personales en las que también usa y abusa de cámaras fijas y primeros planos. Y en otras ocasiones lo acelera (el tiempo) lo desordena, lo vuelve caótico, inestable, torpe, como la protagonista.
Y todo eso para retratar un universo femenino que nace y crece de dentro para afuera en una proliferación de detalles que parecen inconexos, pero a través de los que se traduce el controvertido mundo de las mujeres, su sexualidad, siempre latente e irremediable; el designio de sus relaciones; sus dobles papeles, triples, cuádruples roles: madre, mujer, amante, hija, puta.
Supe que la dirigía una mujer a los diez, quince minutos. Porque sabía lo que tenía que decir, lo que debía mostrar y lo que podía obviar.
Las actrices, diferentes y casi contrapuestas dan cuerpo a personajes reales.
Juliette Binoche, tan espectacular como siempre y cada vez mejor actriz.
Lo demás, como suele ocurrir en las pelis buenas, después de que se encienda la luz.
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