Muerte aparente (Casi muerta)

Shannen Doherty interpreta en esta película a una joven traumatizada por las constantes apariciones de su ya difunta madre (Penelope Branning). Para colmo nadie cree que dichas visiones sean reales, nadie excepto Dominic (Costas Mandylor), un policía poco común.

Excepto honrosas excepciones, el género de terror y más concretamente aquel que incluye posesiones, apariciones y similares (léase infectados, zombis…), no ha contado con grandes presupuestos. Es más, muchos de los clásicos correspondientes a dicho género han sido realizados con muy pocos medios (y mucho ingenio), sirvan como ejemplo La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead) o Posesión infernal (The Evil Dead). La película que nos ocupa también sufre de un ajustadísimo presupuesto y ello se nota sobremanera en su acabado. Pero lo que la diferencia de los ejemplos antes expuestos es su falta de sustos efectivos y de escenas sangrientas e impactantes. Un craso error que termina por pasarle factura, lo cual es una pena ya que se disponía de buena materia prima (esa madre que regresa de la muerte, una buena heroína, el personaje de John Diehl…) como para crear una serie B de lo más resultona.

Tampoco acompañan ni unos actores despistados (algo lógico teniendo en cuenta que sus personajes están muy poco definidos y sus diálogos poco trabajados) ni algunos pasajes, los cuales necesitan de una urgente reescritura. Y es que lo realmente interesante hubiese sido un giro hacia el gore o el terror más truculento, cosa que desgraciadamente no sucede.