The Riot Club

The Riot Club es una suerte de El lobo de Wall Street pero en Oxford y sin Bolsa de por medio. Es decir, unos cuantos adolescentes de fiesta continuamente y pasando de todo entre conversaciones banales. El mayor atractivo de la película es ver a los actores, porque es un desfile de la flor y la nata de la nueva actuación británica, los que andan entre los treinta y pocos y los veintitantos. Natalie Dormer, Max Irons, Sam Claflin, Douglas Booth, Holliday Grainher, Harry Lloyd, Jessica Brown-Findlay... todos hacen lo que pueden, pero es que no había más donde rascar. The Riot Club no tiene una verdadera historia que contar. Es un conjunto de anédotas sin un verdadero armazón dramático para mostrar las perversiones (light, ¿eh? tampoco se trata de Bret Easton Ellis) de la joven aristocracia británica.

Lo mejor: Los jóvenes actores
Lo peor: No tiene argumento

Cogí la película con muchas ganas porque me encantan las pelis y libros sobre hermandades y clubes secretos universitarios, y además el plantel de actores me parecía interesante, y era en Oxford. El tráiler es muy bueno. Prometía. Pero se ha quedado en eso. En una promesa llena de intenciones pero que no se consuma; en una intención.
La película es entretenida y te pasas las casi dos horas pegado a la pantalla, pero cuando llegas al final te quedas con cara de tonto pensando: "¿ya está?, ¿esto es todo?". Te pasas toda la peli esperando a que la cosa despegue de verdad. No nos muestran nada que no hayamos visto antes en otras películas de la misma temática (se me ocurre "The Skulls: Sociedad Secreta" protagonizada por el mítico Pacey de Dawson Crece, Joshua Jackson) y da la sensación de no seguir ninguna línea o pauta; es decir, tiene un argumento claro, sí, digamos un esqueleto, pero al descubierto, sin nada que lo rellene. Lo que en la película es el desenlace, te deja la sensación de ser sólo el nudo. Ese es su mayor fallo, que hay una presentación y un nudo, pero el desenlace es precipitado e insatisfactorio. Además, el guión en algunas parte se diluye en demasiada palabrería. Exagerado.

Pero como he dicho, y como he puesto en la puntuación, es una película pasable para ver una tarde y pasar el rato gracias a un tema interesante, rodado en un sitio interesante y, sobre todo, gracias a un grupo de jóvenes actores (nueva generación que viene pisando fuerte) más que interesantes, que realizan un buen trabajo a pesar de las limitaciones de los personajes que les ha tocado interpretar.

El prologo empieza en tono paródico, a veces las parodias terminan justificando los comportamientos que intentan ridiculizar y te entra el miedo al recordar que el director es el de An Education.

Pero no, durante 45 minutos aquello va en serio, la película te muestra unos comportamientos vergonzantes totalmente en serio que uno no espera ver así reflejado en la gran pantalla, y claro, me descoloco, pero quizás fuera esa la intención del autor (recomiendo en este punto a todo aquel que le interese Menudo Reparto de Jonathan Coe, donde mediante el humor si se nos da un retrato cruel de la cultura Tory).

La segunda parte de la película parece que remonta, pero por unos terrenos ya demasiado transitados, que si bien hacen que retomes el interés por lo que estas viendo, termina por dejarte totalmente frío, y vuelve a pensar en Lone Scherfig y si en Escandinavia no hay sangre, pero recuerdas la magnifica La Caza de Thomas Vinterberg y terminas por convencerte que solo es un problema del primero.

Menos mal que al final suena Graham Coxon y de ahí pasas a los Clash y terminas escuchando White Riot para irte contento a la cama.

Are you going backwards
Or are you going forwards?

...a las malas críticas. Me estoy especializando en reseñas exclusivamente para compensar críticas que en mi humilde (pero mucho más sabia que las de ellos, ya tu sabes bro) opinión, no son certeras.

La ví porque el tema que trata (grupos de poder en la universidad, élites, etc) me venía bien para un proyecto en el que ando (estoy en el maravilloso momento de la búsqueda de referencias), sabiendo que sería mala, dados los puntos rojos y las bajas notas de los compañeros. (Alguna buena crítica profesional hay, menos mal).

De repente, veo: dirigida por Lone Scherfig. Ni me había fijado, la verdad. Paro la cinta y veo que es la siguiente peli a One Day. No se estrenó en España así que ni idea, se me había escapado. Estaba sentado en la mesa para tomar notas y decidí disfrutarla tumbándome en el sofa olvidando el modo curro. Mala no iba a ser. He visto Italiano Para Principiantes, An Education y One Day. Todas radicalmente diferentes. La primera, quizá la mejor peli dogma, la última, una comedia romántica al uso pero filmada con la misma sensibilidad y precisión que todo su cine. Probablemente, es de las mejores directoras que hay ahora mismo aunque se está especializando demasiado en encargos.

A esta le puede pasar eso. El guión. Que está muy bien pero tiene ese punto de peli de encargo. Pero vamos: cómo filma esta tipa. Actores, cámara (toda una referencia para operadores y dires de foto, los encuadres, cuidados, diferentes y a la vez resultan naturales y orgánicos) puesta en escena: ¡todas las fakin secuencias de esta peli están bien filmadas! ¿Cómo lo hace? Todas tienen ritmo, fuerza, tensión dramática y una credibilidad apabullante. En fin, lo peor que tiene la peli es la propia propuesta en sí. Que quiza a tí (a mi no me ha pasado pero tengo un interés añadido por el tema) te canse, en un momento dado, ver cómo se comportan estos pijos mal educados. Y desconectes. Vale, el guión. O más que el guión, que también es notable, la historia en sí. Pero todo lo demás es un diez: sigo sorprendiéndome, no sé si con la ceguera de algunos, quizá simplemente consiste en ser un gruñón que no aprecia el trabajo que cuesta hacer una maldita película.