Haz click aquí para copiar la URL

Memorias de una geisha

Romance. Drama Japón, 1929. Chiyo, una niña de nueve años, es vendida por sus padres para trabajar en la casa de Geishas de Nitta Okiya. Su hermana mayor Satsu no es aceptada y es enviada a un prostíbulo. En la casa Chiyo conoce a Pumpkin, otra niña que va a ser instruida para ser geisha, así como a las famosas geishas Hatsumomo (Gong Li) y su rival Mameha (Michelle Yeoh). Los comienzos de Chiyo (Zhang Ziyi) son duros, pero un encuentro con el que ... [+]
1 2 3 4 10 20 28 >>
Críticas 140
Críticas ordenadas por utilidad
20 de enero de 2006
96 de 114 usuarios han encontrado esta crítica útil
Memorias de una Geisha da exactamente lo que cabe esperar de ella: un recital de imágenes y música de una belleza y exquisitez mayúscula, y un drama romántico de resonancias folletinescas tan clásico y antiguo como el propio origen del cine. Aceptando el hecho de que estamos ante una fábula, un cuento (una "Cenicienta" japonesa, de hecho), y no un documental, podemos disfrutar de un fílm cuya narrativa cinematográfica es aplastante, cuyo pulso no decae a lo largo de las más de dos horas de película. Mérito de esto cabe atribuírselo al director, principalmente, y al compositor de la banda sonora, el dios John Williams, quien nos regala otra Obra de Arte hecha música, y que complementa a las imágenes con una fuerza similar a cuando trabaja para su colega Spielberg (no casualmente productor de esta cinta).

Pero todo ello acabaría por ser un mero y hermoso videoclip de dos horas si no fuera porque hay un guión que -pese a ser un compendio de lugares comunes y de arquetipos de probada eficacia entre el gran público- atrapa al espectador, y sobre todo un elenco de actrices que convierten este fílm en una master class de interpretación. Todas ellas (aunque tambien ellos) estan impresionantes y con su sóla presencia convierten este fílm en un festín para los sentidos. Poco importa que sean en realidad unas mujeres chinas, haciendo de japonesas, y hablando en inglés, lo que importa es que ellas y sólo ellas consiguen crear unos personajes humanos con entidad propia, y hacen creíble lo increíble, gracias al desbordante carisma que desprenden. La película es una sinfonía de imágenes, de música y de interpretaciones, y como tal, me parece impecable. una verdadera Obra de Arte.

Por último, decir que hay críticas de personas que parecen amargadas. Parece que algunos van al cine a sacar defectos y no a disfrutar del resultado de un trabajo de meses e incluso años. Parece que cuando no se cumplen ciertas expectativas, ya no importa que haya aspectos de las peliculas que merezcan un aplauso. no, mejor destrozarlas y humillarlas, para castigarlas por no haber estado a la altura, o quizás simplemente es que uno debe informarse y saber qué es lo que se va a ver.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
BenderSoyYo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
13 de febrero de 2006
52 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy licenciado en cultura japonesa, parece que hay muchos por aquí..., no he vivido en Japón durante la segunda guerra mundial y sobrevivido a ella, que alguno lo da a entender..., y tampoco he leído la novela, según esto soy un tanto ignorante para valorar esta película... pero lo haré.

Diré algo, me es indiferente que una actriz sea china o japonesa, malaya o koreana, y que hable en ruso o andaluz, si me convence, con su actuación, de que es una geisha japonesa de principios del siglo XX. No comprendo a la gente que critica la "imagen" mostrada de la geisha en la película, pero luego defiende a capa y espada que lo único que se "salva" de esta producción es la actuación de las actrices, a ver, en qué quedamos? no actuan como geishas pero lo hacen bien? o, lo hacen mal? no se supone que deben ser japonesas para hacerlo bien?... en fin...las contradicciones que hay que leer...

Respecto de los defensores de la novela que se sienten decepcionados (a mí me ha pasado muchas veces) diré, que si algo caracteriza a los libros es la posibilidad que brinda a la imaginación e interpretación de cada uno partiendo de la misma base narrativa, y hay millones de visualizaciones de lo que se está leyendo, Rob Marshall sólo puede realizar una, y ésta es visualmente espectacular, ayudada por una banda sonora mejor y una escenografía más que aceptable.

Es ésta una pelicula, no un libro o clase de historia japonesa, es una historia en sí misma, una historia de amor y celos, de supervivencia y superación personal, de amistad y traición, de odio y comprensión... que si bien por lo lento del metraje es de fácil asimilación emocional y no llega a causar una explosión sentimental en el espectador, sí transmite mensajes de agrado, tristeza, reflexión..., aunque, como pega, sufre de algunos momentos cansinos que dejan a una película de sobresaliente en un meritorio notable.

...y a mí sí me ha quedado claro el significado de geisha..."una obra de arte en movimiento".
baloo77
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de enero de 2006
47 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha gustado, para que lo vamos a negar. He leído varias veces en las críticas "fotografía pretenciosa". ¿Me puede explicar alguién qué cojxxxes significa éso? Uno de los talones en los que se apoya este film es, precisamente, en su bellísima fotografía amarillenta, triste, desgarradora... y si se me permite... oriental. Otro es la magnífica música del mejor compositor hollywoodiense, John Williams. Y el tercero, porque Historia de una gueisha tiene muchas patas, son sus actrices. Sus bellísimas actrices.

No he leído la novela, aunque lo haré, así que ignoro el nivel que pueda tener esta adaptación. Historia de una geisha posee momentos bellísimos. No importa de dónde sean las actrices, la historia narrada es fiel a la realidad nipona. Pocas veces he visto mujeres tan bellas interpretando tan endemoniadamente bien sus papeles. Sus ojitos... me recuerdan a alguién... que me gusta mucho. Quizá por ello me encanta este film que a mi modo de ver retrata bastante bien esa parte de la cultura japonesa, qué por desgracia la Segunda Guerra Mundial dejó en el olvido, como ocurriera con los samuráis del siglo anterior.

"No somos prostitutas ni esposas. Geisha significa artista."
Txarly
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de julio de 2009
27 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en un best seller de un autor de habla inglesa, ambientado en el tan cautivante como sórdido entorno de una de las profesiones más características del Japón tradicional, el argumento narra, a partir de una historia individual, el riguroso proceso de aprendizaje que implica convertirse en una famosa geisha. Los pasos que llevan a esta transformación, nos introducen en el patio trasero de una femenina profesión de cuerpos y corazones torturados. Una geisha puede seducir a un hombre con la sensualidad de su mirada o sus seductores movimientos, pero alcanzar ese nivel le implica largos años de esfuerzo y disciplina al límite del extenuamiento. El sufrimiento físico siempre está por debajo del maquillaje.

Hilvanada por la fantasmagórica voz en off en tiempo presente, de la protagonista -a la que nunca vemos envejecer-, la acción se inicia en los años previos a la Segunda Guerra Mundial, cuando una niña de sólo 9 años, proveniente de una aldea de pescadores, es vendida por su padre para formarse en una casa de geishas. El desprendimiento traumático de sus raíces y de su familia, con la que no volverá a establecer contacto, no es sino el primero de los obstáculos a superar en un camino plagado de traiciones y rivales que le aguardan hasta convertirse en la deslumbrante geisha Sayuri, interpretada por Zhang Ziyi, la heroína de "El Tigre y el dragón" y la aguerrida bailarina de "La casa de las dagas voladoras".
Luego de transformarse en una criatura refinada, hermosa y dotada de un gran talento, Sayuri logrará el interés de los hombres más poderosos, aunque paradójicamente no podrá acercarse a quien desea, porque no controlar los propios sentimientos equivale para una geisha a la autodestrucción. "Sólo somos medio esposas, las esposas de la oscuridad...", define al respecto la voz de la protagonista.
El director Rob Marshall, de gran notoriedad gracias al musical Chicago (2002), reafirma aquí su habilidad en tanto derroche de preciosismo formal pero se echa de menos una mayor introspección en los personajes.
(sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
rouse cairos
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
31 de enero de 2007
30 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Steven Spielberg barajó durante algún tiempo la posibilidad de adaptar el best-seller de Arthur Golden Memorias de una geisha, pero desgraciadamente, sus esfuerzos se volcaron únicamente en tareas de producción. El marrón ha recaído en Rob Marshall, director de una de las películas más sobrevaloradas de los últimos tiempos: Chicago.
La cinta viene precedida de una polémica absurda: las protagonistas son interpretadas por actrices chinas. Precisamente la tría formada por Zhang Ziyi, Michelle Yeoh y Gong Li es lo único que sale indemne de esta visión occidental del Japón. Las geishas eran una mezcla de señoritas de compañía y prostitutas de lujo, pero Rob Marshall sólo sabe convertirlas en obras de arte en movimiento, muñequitas de porcelana, simple souvenir para autóctonos y forasteros. Su mirada turística, de escaso dominio en lo referente a la cultura clásica japonesa, se suma a la última moda de Hollywood: la venta de exotismo oriental. Y quién mejor para esta tarea que Rob Marshall, especialista en espectáculos amables, pero huecos, en los que aprovecha la mínima oportunidad para introducir un número musical.
Memorias de una geisha es un enorme (145 minutos de visita) parque temático donde el análisis social e histórico brillan por su ausencia, el amoroso-sentimental responde a una mente de cinco años y el concepto japonés de contemplación es malinterpretado. A Marshall le gusta cultivar viejos géneros clásicos, pero en esta ocasión confunde la sutilidad del melodrama con superficialidad, y aunque la trama funciona porque es más vieja que el cine, su preciosismo técnico, exprimido hasta la saciedad, es tal, que acaba por revelarse como auténtico papel de regalo. Si se lo quitamos, lo que nos queda es una serie de estampas bien musicadas y construidas sólo para demostrar lo buenos que son todos los que participan en ella (música, vestuario, decorados, maquillaje, fotografía…). Además, la poca fidelidad al texto, su estilo opereta (los japoneses son básicamente unas personas vulgares) empalagan una profundización de nulo interés dramático. De ella sólo se salva su maravilloso inicio, mezcla dickensiana y cenicienta que debería empujar la curiosidad de Rob Marshall a recorrer, quién sabe si por primera vez, algunos de los mundos reflejados por Mizoguchi, Naruse, Ozu, Oshima… Eso sí que es papel de regalo, pero con caramelo incluido.
La Maga
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 10 20 28 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow