Los Goldberg (Serie de TV)

Después de ver como una década tan rica en contenido como la de los 80 quedaba relegada a bromas como Kung Fury o Turbo Kid, llega a nuestras pantallas la excelente Strange Things y la entretenida sitcom Los Goldberg.

En plena vorágine sitcom familiar con series como The Middle, Mom, Black-ish o Modern Family, vienen los Goldberg que no es más que otra comedia familiar que basa su guión en los conflictos familiares y no en la ironía como hemos visto en Modern Family. Este aspecto puede lastrar la serie y sobre todo si no pasamos de su cargante episodio piloto que contiene demasiado grito y poco atractivo. Sin embargo, al avanzar los capítulos se va interactuando con la serie y con sus personajes, hasta el punto de recordar en uno mismo las vivencias y los momentos ridículos que vivimos en un pasado (siempre mejor).

Los Goldberg es un “pseudobiopic” del creador de la serie, Adam F. Goldberg, y nos muestra los estereotipos clásicos de la familia (de los 80 y puede que del resto): el hermano chulo, el padre vago y cansado, la madre sobreprotectora y la hermana independiente. Por cierto, hermana que no existe en la vida de su creador ya que en realidad era hermano. Normalmente, la serie se compone de una voz en off que introduce referencias de los 80 y al final de cada episodio, el creador de la serie intercala un vídeo doméstico y privado que enlaza con la historia del capítulo. Aspectos que me parecen un plus.

Si superas el capítulo piloto y te acostumbras a los gritos y a los excesivos “imbécil” que escuchamos en toda la serie, nos encontraremos con una serie original, con momentos familiares emotivos y con un reparto bastante potable, sobre todo, el niño protagonista, que cámara en mano VHS, se enamorará por primera vez, querrá ser como los Goonies y deseará construir la máquina de Tron.

No deja de ser curioso como en Filmaffinity tiene un escueto 5,2 y en IMDB un 8,1. Te gustará menos que Modern Family, está al nivel de The Middle y te gustará más que Mom por hacer un símil. Un saludo.

La serie me encanta, es de las mejores que he visto la verdad. Esta serie con una muy buena ambientación en los años 80, cuenta la vida de Adam Goldberg y su familia, con unos toques de humor increíbles. La serie cuenta con unos personajes muy carismáticos. La familia esta formada por Murray el padre gruñón, Beverly la madre cariñosa y superprotectora, Barry el hermano bobo, Erica la hermana guapa e inteligente, el abuelo ligón y por supuesto Adam el protagonista friki de la serie. Esta serie de comedia con muy buen humor, también tiene su parte dramática ya que también cuentan los problemas familiares.También tiene una moraleja de que la familia pase lo que pase tiene que estar unida. Tiene muchas referencias a Star Wars y unos temazos de aquellas (temazos que yo escucho gracias a mis padres). En fin una serie que tiene grandes dósis de humor, drama y romance. Os recomiendo la serie a todas esas personas que les encante los años 80 como a mí. Esta serie se lo debo a mi hermano que me dijo que me encantaría, ya que él sabe que adoro los años 80. Puntuación: ★★★★1/2 (sobre 5).

Vuelven los 80…otra vez… pese a que “The Carrie Diaries” sea la única comedia de esta década que haya querido escarbar en un territorio tan reivindicado por una serie de culto como “Freaks and Geeks” o la reciente “The Americans”. Realmente el piloto y segundo capítulo de “The Goldbergs” quedan definidos en sus créditos finales donde Adam F. Goldberg nos recuerda la inspiración real con las grabaciones que originaron la comedia. ¿La realidad superó la ficción? ¿Es todo un ejercicio de nostalgia propia por encima del divertimento general? Lo cierto e inevitable es que esta serie tiene dos brutales lastres que prácticamente arruinan cualquier intento de supervivencia: “Aquellos maravillosos años” y “Modern Family”. La suma de ambas estructuras parece ser la respuesta del libreto del piloto y de lo que veremos en su primera temporada. Cuentan aquellos que han crecido en los suburbios de Filadelfia durante los 80 que la serie se ha currado de sobremanera la ambientación y el ambiente con mal gusto pese a algunos anacronismos... aunque, ¿no tenían un copioso material original de vídeo para recrear perfectamente lo vivido por el propio Goldberg?

¿Su truco? Nostalgia con referencias a la cultura popular a porrillo [abrimos con “Kárate Kid” en el piloto y con un montaje de comedias familiares en el segundo y tenemos una banda sonora ochentera con ‘Centerfold’ de The J. Geils Band y ‘Can't Fight This Feeling’ de REO Speedwagon con referencias al universo de los Gobots], gritos, gritos, gritos, gritos, gritos, gritos, gritos, gritos, gritos, gritos, gritos, gritos, gritos, gritos… y más gritos y algo de comedia con un notable sketch final en el piloto y un desigual reparto de gags y chistes. Me gusta la idea de que hayan creado un lenguaje propio al padre basadas en expresiones que tiene ser subtitulado para entender el concepto. Los episodios tiene algunos buenos golpes de humor y momentos, tal vez empañados por una manifiesta manipulación emocional e instantes sensibleros para acercar al público a esos personajes tan gritones.

Y es que “The Goldbergs” tiene la difícil (e imposible) tarea de quitarse el tufo a revisión bastarda con judíos de las inolvidables vivencias de los Arnold y competir dentro de la parrilla con los esquemas (en neurotic-mode) de “Modern Family”. Esperemos que la serie sea simplemente una presentación y que se atrevan a formular un crossover vía máquina del tiempo de los Goldberg, los Arnold, los Dunphy y los Pritchett… o al menos aumente el grado de locura inversamente proporcional a los gritos, porque si uno quita la nostalgia y la ambientación a la serie le queda una comedia del montón... con doscientos millones de gritos, claro. ¿Otro ejercicio de maquillaje emocional para tapar sus numerosos defectos? Eso sí, queda patente que en esa casa necesitaban ayuda psiquiátrica por lo que recomiendo “The Goldbergs” a todos los estudiantes/interesados de psicología y fans del comportamiento humano más abrasivo.

Como abusan de los 80. Junto con los 60 seguramente la década que más inspiración ha dado a las nuevas generaciones.

El caso es que tenemos una sitcom del montón que salva ser mediocre por esos destellos de nostalgia.
Para no hacerte perder el tiempo resumo rápido lo que vas a encontrar.

Sitcom familiar con clichés mil veces vistos. Gracietas de sacarte una sonrisa y poco más pero que sube algo el listón cuando introduce elementos ochenteros. Se deja ver, puedes ver capítulos salteados y no afecta para nada.
No es "Malcolm", no es "Modern family" pero ver un capítulo para recordar o conocer esa gran época no resulta una pérdida de tiempo.

El caso es que parece fácil, muy fácil hacer una sitcom hoy en día. Más, si intentas abrir el abanico y conseguir una audiencia en la que puedan disfrutar hijos, padres y abuelos. Coges una familia poco habitual, un contexto poco explorado o que parezca mínimamente novedoso y seguro que los chistes caen por su propio peso. Pues nada de eso sucede con ‘Los Goldberg’.

Es curioso. Ahora que Neox ha decidido programarla justo después de mi enésima revisión de ‘Friends’, cualquier producto que pase después de la mejor sitcom de la historia va a sufrir las consecuencias de que me parezca malo. Pero es que ‘Los Godlberg’, aunque lo intenta y puede tener algún que otro capítulo que me saque una sonrisa, me mata completamente con la inclusión de videos caseros al final.

Exceptuando el personaje de la madre (una Wendi McLendon-Covey muy superior al show en el que está), el resto de personajes pasan sin pena ni gloria, desfilando por nuestra pantalla con los modelitos de antaño. Luego, encima, tiene la desfachatez de tener dos personajes de lo más abominables (Barry y el padre).

Aunque intenta jugar con el halo de nostalgia que envuelve la década de los 80, no funciona por más reseñas frikis que quieran sus responsables meter, ni por un decorado barato ni por unos chistes que se alargan y alargan sin hacer la más mínima gracia. Es decir, que descubro que, en cuanto hay una pequeña pausa para que lleguen los anuncios, cambio de canal sin pensarlo.

No es tan fácil hacer, ya no una buena sitcom, sino una normalucha.

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