Las cosas de la vida

Que la Griffith te ponga bruto, Newman sea un perdedor y Willis no mate gente, habrían sido razones suficientes, si alguien me las hubiese dado, para sentarme a ver la cinta.

Que Jessica Tandy haga su papel de siempre es inevitable, e intrancesdente, en todo caso.

Que la peli sea de los años 80, a pesar de ser del 1994, es motivo añadido para verla sin esperar gran cosa.

Que en la trama se robe un cortacésped, en vez de salvarse a la humanidad (es decir: a los norteamericanos) por un estúpido prepotente, es motivo más que suficiente para no romper de un zapatillazo la pantalla de la tele.

Si además los actores se involucran en sus papeles, la historieta engancha y el final convence, ¿por qué no le voy a poner un siete?

Un guión maravilloso, un director solvente y unos actores impresionantes. Newman no parece tener límites de interpretación, todos están perfectos, hasta Bruce Willis está convincente. Película íntima y llena de ternura que nos hace ver que la vida tiene múltiples recovecos si ponemos sentimientos en cada uno de nuestros actos cotidianos. Los diálogos no tienen desperdicio, cada escena está concebida en su justa medida, sonrisas y momentos melancólicos, enfados y reconciliaciones, todo contado sin fisuras en este film ameno que deja un buen sabor de boca

Robert Benton te invita a darte una vuelta por uno de esos pueblecitos de Nueva York cuajado de nieve acompañando a un colosal Paul Newman (otra vez estás que te sales Paul) en un dia a dia de lo más tradicional, compartiendo problemas laborales, recuerdos, conflictos familiares y reencuentros en Ni un pelo de tonto. Te apuntas? yo ni me lo pienso...

Y es que la película contiene buenas maneras, complicidad, ternura y diversión a partes iguales, con una trama tan convencional como encantadora que te atrapa sin remedio si eres amante de las buenas historias. Te reirás a carcajadas con Sully y pensarás en silencio a ratos como él, le acompañarás a robar una máquina quitanieves y jugarás al poker cada noche con él. (y aunque pierdas ya será una experiencia). Y lo más extraño de todo, es que a pesar de haber cometido errores en su vida pasada y ser terco y lanzado muchas veces, además de políticamente incorrecto, logra Paul Newman crear un personaje absolutamente entrañable todo el tiempo. Alguien con quien desearías pasar una tarde haciendo cualquier cosa.

El reparto cuaja tan bien como la nieve del pueblo: Bruce Willis está genial, Melanie Griffith estupenda y mencionaré a Philip Seymour que aunque sale un par de veces, tiene una escena desternillante frente a Paul Newman.
Un tipo como Sully, con muchos años a las espaldas ya y una rodilla renqueante, se encuentra con su hijo y su nieto al que no conocía, se mete continuamente con su jefe que además no le paga (aunque luego se le encuentre dormido y le tape con una manta, colosal escena) ayuda a las personas del pueblo ganándose su cariño con una sonrisa de lado y una mirada única que te hace darte cuenta de que realmente, no tiene "ni un pelo de tonto". Le acompañaremos mientras convive con las personas del pueblo, un abogado poco habitual, su casera, su hijo y un nieto que le hará recapacitar sobre lo que acaba de descubrir: además de padre, es abuelo.

Una de las películas mas encantadoras que he tenido ocasión de ver. Y además carece de ego. Que más se puede pedir? Si Sully viviera en mi barrio, la cerveza y el póker con él serían cita obligada, al menos tres veces por semana. Corred a verla!

Cuando el cine trata sobre gente que podría vivir en el barrio de uno mismo se agradece todo tanto por su naturalidad que es fácil acordarse de otro cine tan diferente basado en efectos especiales carísimos, patadas voladoras y raciones exageradas de píxeles. Con "Ni un pelo de tonto" es fácil rendirse, estos tipos podrían vivir aquí en mi ciudad, cada uno con su manera de ser y con sus tonterías, con su vida, sus lamentos y sus rarezas. Se agradece incluso que aparezca Bruce Willis haciendo de persona normal, ni intenta salvar el planeta ni mata a nadie, una Melanie Griffith curiosa también por esa normalidad, lo mismo se pone a llorar como enseña las tetas.

Y por encima de todos, indiscutiblemente, el gran Paul Newman, acaparando cada minuto de película, como tiene que ser. Todos parecen implicados en sus papeles pero es que Newman hace tan natural su interpretación que no es raro pensar que podría ser vecino mío. Quizás este papel le llega ya madurito, son muchos años los que quedan atrás, el caso es que lo borda y balancea cómodamente entre una simpatía brusca y alguna excentricidad magistral. Que el juego que tiene con los secundarios que le rodea sea tan normal se lo debemos a Robert Benton, el mismo que escoge unos diálogos para no perderse.

Hay amistad, amor, humor, alguna pincelada de drama y mucha sencillez. Nadie salvará el planeta desde ese pueblo eternamente nevado, pero es buen cine.

Esta película es un regalo del 7º arte, una película original, la historia de gente corriente en un pueblo desconocido, como el tuyo o el mío. Un historia envuelta en un poco de humor, de alegría, de tristeza, de seriedad, de nihilismo,...una historia que transcurre en un mes de un invierno cualquiera que bien puediera ser una historia real del día a día.

Una pelicula muy grande con actuaciones fantásticas de todos sus actores, una peli que no te cansas de ver una y otra vez. Por eso, tan sencilla y bonita que merece la calificación de obra maestra.