Riesgo extremo

Las escenas de riesgo son tremendas, espectaculares y perfectamente realizadas, en eso el título de la película es muy fiel, pues al menos este punto del film esta muy elaborado y cuidado.

En segundo lugar, los personajes son presentados de forma que resultan muy interesantes y con cierta personalidad (la morena, Jana Pallaske es preciosa) pero con unos roles muy definidos y encasillados (la guapa rubia muy formal que no encaja en el grupo, el tímido, y los dos (chico y chica) aparentemente chiflados e inaccesibles...

Sin duda si todo esto siguiese así hablaríamos de una gran película, pero por desgracia y como era previsible, un guión basado en un grupo que rueda anuncios con escenas de riego no es fácil de conducir para un largometraje, siendo eso sí, perfecto para un precioso documental o corto de bellas imágenes pero sin historia. Es entonces cuando la peli pierde el rumbo, encajando en la historia una trama muy manida como es la de un grupo terrorista que quiere matar a nuestros guapos chicos por estar donde no debían, sucediéndode los disparos y persecuciones, en las que un grupo aparentemente organizado de malhechores es incapaz de detener y ni tan siquiera matar a uno solo de los buenos.
Pues eso, que lo de extremo viene rodado, pero se les va por montaña abajo. Aun así se deja ver extraordinariamente bien.

Argumentos para verla: Los personajes son simpáticos y caen bien, incluso con alguno te ríes, tiene escenas de acción que están curradas, sale la señora de Sampras, la guapa Bridgette Wilson, prometedora actriz en los 90, pero que tras casarse con el millonario tenista y dar al braguetazo dejo el cine a un lado, y la morbosa alemana Jana Pallaske. Ideal para estar tirado en el sofá comiendo pipas.

Argumentos para echarse una siesta: Los personajes están encasillados, son estereotipos, con poco carisma, que intentan caer bien a costa de chistes facilones. La historia comienza con fuerza, pero poco a poco se ahoga en su propio sinsentido, y va de mal en peor. Se nota la ausencia de un guión consistente y la falta de ideas para continuarlo. Se hace un poco larga y pesada. Mucha nieve y poco trama.

Veredicto: Recomendable echarse una siesta, a no ser que alguien te obligue a verla.

Se puede definir fácilmente esta película. Es una mezcla de “Le llaman Bodhi” y “Máximo riesgo”, con mucha menos acción y con un tono juvenil con toques de humor.
Es entretenida, sin pasarse. Y aunque los de esta panda son demasiado chulos como para caerme bien, sus acrobacias son espectaculares y están bien filmadas dentro de lo que cabe, porque algunos momentos cantan a ordenador.
Pero el riesgo extremo se queda a medias. La trama de acción de verdad, la de los malos, tarda demasiado en llegar (prácticamente cuando ya lleva una hora y le falta media para terminar). ¿Por qué no la quisieron centrar en eso desde el principio? Habría sido algo más parecida a “Máximo riesgo” y habría quedado mucho mejor. En vez de eso, la mayor parte del tiempo lo que vemos son fiestas y a estos chicos pasándoselo muy bien hasta cuando corren peligro (como en la escena de los perros, por ejemplo). Así que, en cuanto a acción pura y dura, deja que desear.
Al menos la película es corta y no da tiempo a hacerse pesada, y como he dicho antes, las secuencias de snowboard y rafting están muy chulas. Es lo mejor que pueden ofrecer estos locos, encabezados por el de “Dark city” y el de “Destino final”. Para echar el rato y poco más.

El aprobado que le doy a esta película (de la que no recordaba ni el título) no pretende ser, en ningún caso, una recomendación a su visionado por ser humano alguno ajeno a mi sector poblacional. Séase: adolescentes de los primeros 2000s, improntados irremediablemente por la segunda mitad de los 90 y sus niños rubios con pelo a tazón, aquellos (y especialmente “aquellas”) para los que gentes como los hermanos Carter y Devon Sawa representaban la calidad suprema y el máximo ‘aspirar a ser’ de este mundo.

E incluso ese sector poblacional debería ir advertido sobre esta película y proceder con precaución, que ya tenemos una edad: ES MALA A RABIAR.

Pero salía Devon Sawa (Dios en 'yo-milenial'), y daban saltos de ‘realismo máximo’ por las montañas a toda velocidad, y todos los personajes eran caricaturas, y el hotel abandonado tenía todo tipo de comodidades, y los malos hablaban ruso, y nadie sabía por qué eran tan importantes los chavales para que les persiguieran con tanta saña… Nada tenía el más mínimo sentido, pero yo tenía 15 años.

Entiéndaseme bien, no era yo tan idiota como puede parecer, entonces ya tenía incluso criterio, pero estas fórmulas estaban hechas para satisfacer todas las estupideces básicas que poblaban nuestro cerebro.

Y funcionaban: aunque no recordase el título, a día de hoy la película ha quedado como uno de mis mayores placeres culpables. Y eso le vale un muy merecido 5.

Tras integrar todos los fragmentos de película que pude recopilar a lo largo de una siesta con la tele encendida, puedo ofrecer una crítica tan coherente como si la hubiera visto en el preestreno: tontuna en la nieve que se merece exactamente eso, ser vista a través del tamiz del duermevela. Básicamente es una mezcla entre Máximo Riesgo (infinitamente mejor y a la que mancillan hasta el título) y las películas de surferos/snowboarderos, con lo que los chicos estupendos que viven al límite soltando continuamente "guay" y "juhuu" se entremezclan con mamporros, tiros y malutos de chiste. Pues eso, que ya saben a lo que se exponen.