Camp Cold Brook

¡Ah, los campamentos de verano, qué buenos momentos han dado a los amantes del género! Ya desde los años ochenta con la saga clásica de Friday the 13th y The Burning, hasta nuestros días y el salto a la pantalla televisiva con la irregular American Horror Story: 1984 y la injustamente olvidada Dead Of Summer. En Camp Cold Brook encontramos un crossover con otro subgénero que parece estar ganando adeptos: los falsos programas de televisión que encuentran la horma de su zapato.

Jack y su equipo televisivo del programa Ghost Hunting se encuentran en una encrucijada: deben hacer un programa que arrase en audiencia o, de lo contrario, sus contratos serán rescindidos. El campamento Cold Brook puede ser la tabla de salvación: una mujer mató a treinta campistas como venganza por la muerte de su hijo. Puede que este programa sea el último que rueden en sus vidas…

Grave Encounters, Deadtectives, The Cleansing Hour, tenemos ya varios ejemplos de lo mismo que predica Camp Cold Brook, la tercera película de Andy Palmer, ¿Nos ofrece algo diferente respecto a las anteriores? Bueno, el escenario es muy interesante y la leyenda del campamento – que flirtea con el elemento de Mama Voorhees en Friday the 13th – que se revela como algo menos humano y más sobrenatural, un elemento que tanto Palmer como su guionista, Alex Carl, tardan demasiado en meter en la historia.

Hay que agradecer a Andy Palmer y Alex Carl que apuesten por buscar un ambiente para la historia en vez de tirar por el camino del jump scare o, ya que se trata de la grabación de un programa, basarse exclusivamente en el found footage, pero donde tropiezan es en armar la historia: los giros de guion saltan demasiado abruptamente, incluso alguno es caprichoso, y dejan de lado lo realmente interesante como la historia del pasado y la brujería; por cierto que el flashback de todo lo que desata la venganza está fatalmente rodado y es algo vergonzoso.

Otro acierto de director y guionista es que prefieren que conozcamos a los personajes antes de meterlos en problemas e incluso hay una secuencia muy lograda en la que cuentan anécdotas de los ayudantes que huyeron a lo largo de las grabaciones, pero una cosa es agradecer estos momentos y otros que lo logren: una de nuestras Scream Queen favoritas – Danielle Harris – carga con un personaje demasiado plano y a pesar de ello cumple, algo que no se puede decir de Michael Eric Reid cuyas reacciones parecen más propias de un fumeta – siempre le vemos con un porro en la boca – que de un tipo relacionado con elementos sobrenaturales. Tal vez este sea la mayor losa de Camp Cold Brook: las acciones de todos los personajes son intercambiables y no afectaría a la historia.

Resumiendo: Camp Cold Brook es una cinta de terror correcta, que depara algunas sorpresas agradecidas – aunque a veces sean caprichosas – pero que mezcla dos escenarios interesantes, el found footage y los campamentos de verano, sin lograr un producto que el espectador recuerde los días siguientes.

https://www.terrorweekend.com/2020/06/camp-cold-brook-review.html