Espíritu de lucha

12 Mighty Orphans no es una mala película. Es una película que trata sobre un grupo de jóvenes marginados y huérfanos que comienzan a jugar al fútbol americano durante la Gran Depresión.

Es agradable ver a Luke Wilson en un papel dramático, y lo clava absolutamente, como Rusty Russell, el entrenador de fútbol, que sufre de trastorno de estrés postraumático, después de la primera guerra mundial, y es el único que cree en los huérfanos, que tienen potencial... y está dispuesto a darles una segunda oportunidad.

Martin Sheen interpreta al narrador de la película y también interpreta a Doc Hall, y aunque aparece bien poco, siempre es bueno verle. Wayne Knight interpreta a Frank Wynn, un abusador corrupto y odioso que trabaja en el orfanato y que hace un excelente trabajo para que lo odies toda tu vida.

Si estás buscando una película reconfortante y que te haga sentir bien, puedes darle una oportunidad. Y si te preguntas el por qué de mi nota tan baja, es por sus minutos de aburrimiento (que los tiene) y que personalmente, una ambientación rural en pleno Texas de los años 30 me saca también de la película.

Un saludo.

Cuando te ponen una historia real delante, es un arma de doble filo. Por un lado no te comes tanto el coco porque es seguir unas pautas y por otro, temes no estar a la altura de los verdaderos hechos.

La historia trata de un entrenador que es solicitado explícitamente para entrenar a un grupo de muchachos huérfanos que conviven allí. Cada chico es una historia triste, si no, no estarían allí, abandonos, pobreza, padres violentos, etc

Y dicho entrenador los intenta no sólo motivar para que crean en ellos mismos, sino que se encargará que las condiciones en las que viven mejoren, en especial los maltratos de Frank Wynn.

La película es muy predecible, bastante diría yo y le falta ese toque de mala leche para que llegue al espectador, aunque tendremos alguno, pero le falta para mi gusto ese toque más oscuro y menos ñoño. Por otro lado entiendo la elección de Luke Wilson como el entrenador Rusty, pero todos sabemos que no ha matado jamás una mosca y a estos chicos hay que darles cariño y comprensión, empezando por ahí, pero también hablarles con franqueza y dureza y ahí cojea demasiado el personaje. En lugar de un entrenador parece un sacerdote y no cuela.

En cuanto a la puesta en escena está muy bien trabajada en todos sus detalles, vestuario, vehículos, viviendas, etc. Y las escenas deportivas no son de las mejores que hayamos visto, pero por lo menos están muy bien curradas y nítidas, se saben quienes son unos y otros.

Siempre es un placer ver a gente de la antigua escuela, casos de Robert Duvall o Martin Sheen, motivo más que suficiente para verla. Disfruten.