El amanecer de los zombies (TV)

Está muy lejos de ser la soberana mierda que dicen algunos, aunque es cierto que es una cutrada muy, muy gorda.
Es una peli de zombis normalita, sin ningún tipo de miramiento, lo que pasa es que tiene demasiadas cagadas como para que pueda tomarse en serio.

Tiene alguna cosilla a su favor como las escenas violentas, que hay más de una bastante decente... pero nada más.
Una peli para ver de colegueo y olvidar rápidamente.

Esta peli además ha introducido un nuevo elemento en los zombis: todos conocemos a los zombis lentos y torpes romerianos. Poco después vinieron los zombis veloces.
Pero en esta tenemos otro nuevo tipo: Los zombis epilépticos. Como suena, ya ni son veloces ni torpes, ahora van andando con unos espasmos súperexagerados que hacen que te rías cada vez que aparece un zombi en la pantalla.
¿He dicho zombi? Perdón, quería decir ¨Super-Sapiens¨ (Bffffff...)

Y ahora... ¡¡¡¡Las cagadas!!!! (SPOILERS GRATUITOS A PARTIR DE AHORA)

A pesar de sus innumerables cagadas, se deja ver y puede resultar algo entretenida, pero eso no quita para que sea mala.

Flojilla

Una película que tenga tantas gilipolleses en tan poco espacio de tiempo jamás podrá ser tomada en serio. Las hay que son conscientes de sus carencias y admitiéndolo desde dentro se terminan por reír de ellos mismos. El problema de "El amanecer de los zombies" es que se auto humilla a cada dos o tres minutos, y aun así se empeña en parecer seria y respetable. Porque encima, pretende colarnos situaciones dramáticas pese a que su intro es al más puro estilo "Desmadre a la americana", sus diálogo en plan "F.B.I. : Frikis Buscan Incordiar", y sus actuaciones dignas de "El gran marciano".

Fallos de guión se cuentan por decenas. Pero no os creáis que son gazapos de estos que te tienes que fijar bien para verlos. De eso nada. Son de los que cantan aunque no la sigas atentamente.
Luego tenemos a los zombis, seres avispados y peligrosos si se trata de enfrentarse a un secundario. A la mínima lanzan el bocado. Pero cuando se trata de los protagonistas... vamos, el actor principal se podría follar tranquilamente a cuaquiera de ellos que ni por esas recibiría un mordisco. Como escena máxima exponente, una en la que está el guaperas con su futuro polvo metidos en una melé de cientos de ellos y no pasan de recibir amables abrazos.

Hay una escena en la que un par de tenientes, cada uno de un sexo, comienzan a hablar. Lo bochornoso del asunto es que ellos están muy serios metidos en el papel, y a la vez suena una música en plan tensión. Comienza él hablando:

- Si me infectara preferiría comerte a ti.
- No... antes me aseguraría de volarte la cabeza.
- ¿Con ese culito? Me lo comería ahora mismo...


Señores, ¿qué hacemos con el tío que escribió esto?.

Es difícil superar en mediocridad el filme del inefable Uwe Boll, pero al menos Michael Hurst no lo oculta. "House of the dead 2" es un videojuego filmado desde su primer minuto y sus títulos de crédito, aunque le falta un mapa de posición en la esquina de la pantalla y que fuese compatible con una consola.
Porque el argumento podría encajar perfectamente con las secuencias cinemáticas que aparecen entre pantalla y pantalla de un videojuego.

Lo gracioso es que "House of the dead 2" está más cerca de un survival horror del tipo Resident Evil que de la saga de Sega.
La guapísima Emmanuelle Vaugier podría bien ser una posible reencarnación de Jill Valentine para ser claros.

Lo mejor son los momentos memorables. Cuando el filme se intenta poner dramático y solo provoca una histérica risa. Los traumas de los protagonistas son carne de parodia. Esperemos que Trey Parker y Matt Stone tomen nota para su próxima película.
También esos ataques inquietantes de los zombis: un manotazo simple o doble.
Y la mejor secuencia, un escape entre empujones de un centenar de zombis dando manotazos, que podría ser una perfecta recreación de un concierto de Ricky Martin.

Y para colmo de males un final que hace justicia a su nota. Todo un bodrio señores.

Sí, se da el caso de una secuela que dentro de lo malo, sea mejor que la parte anterior. Y también se da el hecho de que pese a ser menos mala, también entretenga menos y sea menos divertida. ¿La razón? Intentar hacer una película seria con el material disponible.

House of the Dead 2 (comercialmente llamada en España "El Amanecer de los Zombies") nos presenta un argumento posterior al de la primera película. Todo comienza en una fiesta al estilo American Pie: tías, tetas, los típicos macarras, chavales disparando cerveza con pistolas de agua en concursos de "camisetas mojadas"... total, que por alguna razón una muchacha se va indignada de la fiesta y acaba en un laboratorio de un científico loco que está investigando la forma de devolver la vida a los muertos. Pese a que el experimento parece fallar, al final funciona y ve su vida acabar intermitentemente.

La situación de la ciudad es ahora alarmante: Encontramos montones de zombies vagando sin sentido, por lo que se han creado unas fuerzas especiales de Aniquilación de Zombies, lideradas por un teniente negro y formadas por todo el chiclé de personajes posible: la nueva recluta que está buena, el loco, el gordito con miedo... Como miembros estelares, encontramos a una tía que es freelance -y está buena- y su compañero policía, que está perdidamente enamorado de ella.

Bueno, vamos a ver, lejos de su argumento, que se desarrolla casi enteramente en una universidad abandonada e infestada de zombies, nos encontramos con una puesta en escena bastante mala. Aún así está salvada con bastante humor, como una representación de un zombie leyendo un libro y diálogos existenciales para narrar la toma "A: No te acerques, es un zombie!" "B: Los zombies no leen, gilipollas", y asi sigue el debate.

La película tiene la desfachatez de copiar descaradamente, o inspirarse sospechosamente, lo que se prefiera, en otras cintas del género como Resident Evil 1, Resident Evil 2 e incluso... ¡La Chaqueta Metálica!. Sí, hay frasecita de "¿Le has puesto nombre a tu arma? ¡En este infierno es tu mejor amiga! La mía se llama...". Sobre las escenas plagiadas, inundan la cinta: los zombies contra las vallas al estilo RE1 en el subterraneo, los personajes colgados de las tuberías como en la mentada escena, la primera aniquilación zombie exactamente igual que en RE2 con Jill en la Comisaría...

No me esperaba nada de esta película, más que una insana diversión que la primera aún consigue darme. Pero bueno, desgraciadamente es una mierda de más categoría, es decir, hay "interés" en ella, pero no cuela. Se puede perdonar por que se rodó en 19 días y el equipo contrató a los encargados de maquillaje de las series Buffy y Ángel para los zombies, y se nota. Pero en global, es una película de zombies ridícula, que no da miedo ni mucho menos. Por cierto, comentar que el guión está escrito sobre la base de uno de Uwe Boll... y que queda abierto a una tercera parte que en la película se muestra... ¡como el final de RE1!

Que es una cinta hecha en forma improvisada e ilógica hasta el hartazgo, no cabe duda.
Que es un filme que copia descaradamente los formulismos del subgénero zombi, tampoco ha duda.
Que las aportaciones originales que agrega son ridículas hasta provocar risa, sin dudas de ello.
Que el argumento tiene poca cordura y mucho frenesí, menos dudas aún.
Que no busca nada más que rendir un humilde homenaje a cintas sobre muertos vivientes que fueron confeccionadas en forma mucho mejor, no hay dudas.
Que se desmadra en determinados pasajes con alternativas exhibicionistas, con humor negro y variantes truculentas, tampoco deben tener dudas.
Que se torna torpe y descuidada en algunos detalles de la narración, indudable.
Que el protagonista Ed Quinn es un clon del futbolista de Boca Juniors Martin Palermo, ni por asomo hay dudas.
Que no es una opción para esnobistas intelectuales, ni se le ocurra dudarlo.
Que es peor que Resident Evil, quién lo puede dudar.
Que algunas “actrices” que aparecen en topless o insinuando su anatomía dejan sin respiración, no debería caber dudas.
Que la puesta en escena resulta comiquísima de lo amateur que es, menos que menos que no hay dudas.
Que hay gamberradas como para hacer dulce, definitivamente no hay dudas.

Pero tampoco quedan dudas de que es entretenida en su cutrez, que no resulta pretenciosa en sus objetivos a alcanzar, que sigue siempre el perfil bajo de una cinta chapucera pero honesta al punto de auto-humillarse a propósito desarrollando torpezas sin tapujos, que es atractiva estéticamente, que resulta simpática en la incorrección y en el grado de violencia que alcanza en determinados momentos, que es una interesante opción para ver con amigos de sobremesa y con unas copas de más, y que es el doble de mejor que la horrible primera parte dirigida por Uwe Boll.