El hombre deseado

Ralf König es un historietista alemán cuyos trabajos giran en torno al mundo gay y sus topicazos, desde una óptica divertida en todo lo que puede ser divertido el humor alemán, que en realidad no es mucho. Si a alguno le interesa profundizar en su obra después de ver "El hombre deseado", mi recomendación es que comience por el que para mí es la más cachonda de sus obras, su versión gay de "Lisístrata" sobre el original de Aristófanes: una gamberrada deliciosa que gustará incluso a los profanos del autor griego.

Esta película es una adaptación de dos de los cómics más conocidos de König y refleja a la perfección su mundo y la clase de personajes que se mueven por él, pero la frialdad de la realización y la sosería natural de los actores alemanes (¿os imaginais a Martina Gedeck en una comedia de locazas?) se cargan casi del todo el desenfado natural que se derrochaba en los cómics.

Correctita pero qué lástima que algo que podría haber sido descacharrante se quede nada más en simpático.

Comedia muy agradable de ver por lo bien realizada y por la interpretación de los actores, sin olvidar que el protagonista es muy guapo. Pero todo ello no es más que el envoltorio de una película homófona, donde se retuercen los clichés del mundo gay para provocar la gracia y la risa, es decir, la burla. Lo hemos visto mucha veces: heterosexual se va a vivir con un homosexual y de ahí parten toda una serie de equívocos sin que se ponga seriamente en duda la heterosexualidad del protagonista. Tampoco da mucho que dudar la homosexualidad de todos los comparsas esterotipados. En este tipo de películas parece que todo el mundo es superficial, que lo que les ocurre no forma parte de su existencia vital, que no hay un problema. Vale, lo acepto como comedia, pero necesito otro tratamiento más inteligente que me haga ver a los personajes, en particular los homosexuales, como gente inteligente, personas con sentimientos, con algo más en sus cerebros que el pene de otro hombre. Vista una, vistas todas, y poco aportan a la lucha por los derechos humanos, por los derechos de los homosexuales, más bien los aíslan en sus guetos donde se desenvuelven muy bien.

Comedia liviana de éxito notable en su día que explora con naturalidad el mundo siempre complejo de la sexualidad, la fidelidad y las relaciones entre hombres y mujeres. En el centro de todo Axel (el deseado), un rompecorazones capaz de desplegar sus encantos involuntarios para ellos igual que para ellas. Infiel por naturaleza y luego de ser sorprendido por su novia Doro en pleno despliegue de su embrujo (entiéndase la ironía de quien ha sido pescado en un 'aquí te pillo, aquí te mato'), acaba encontrando cobijo, físico y psicológico, seguramente en el lugar que nunca habría sospechado.
Hay un momento en que alguien dice del susodicho encantador de serpientes 'yo creo que es bi', en alusión a su orientación sexual y como si uno pudiera disponer de un radar especial en favor de su propio interés, puntualización ésta importante y a la postre exacta. De no haber sido así, habría sido una rendición demasiado fácil y poco creíble en manos de los supuestos encantos del seductor hacia su mismo género.
En tiempos de aceptación de condiciones y sexualidades múltiples, tiene la fortuna y el acierto de estar comedida y políticamente correcta ante la controversia mediática, allá hasta donde el humor sin tosquedades banales le permite. La única licencia que se toma hacia un postulado sin ambivalencias sexuales, es el grupo masculino creado para hablar sin cortapisas de lo masculino y sus cosas. Una chorrada sin malicia ninguna que acaba siendo un ejercicio de pedagogía simpática sobre la torpeza de algunos en sus relaciones para con el sexo femenino, antes que una manifestación en contra del machismo.

Adaptación de los comics "El Hombre Nuevo" y "Pretty Baby" de Ralf Köning, en la que se echa a faltar el principio tan movido del comic. La película consigue la esencia del comic y lo refleja fielmente.