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Stavisky

Drama Francia, 1933. Serge Stavisky es un hombre encantador, seductor, jugador de cartas y traficante internacional. Conocido como El Bello Sacha ha construido un imperio a base de mentiras, empresas ficticias, fraudes, cambios de identidad y poder de convicción, implicando en sus estafas a altas personalidades políticas y financieras del país. Y ahora está a punto de provocar la quiebra del Estado por haber falsificado bonos del Crédito ... [+]
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
19 de febrero de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
40/09(13/02/11) El singular Alain Resnais ofrece un film por el que fue criticado, por entender algunos que se había vendido al cine comercial. Es una fría reconstrucción de los últimos meses de vida del oscuro Alexandre Stavisky, un estafador húngaro que estuvo cerca de provocar la quiebra financiera de Francia en 1933 con la emisión de bonos falsos que inundó el país. Fue un carismático personaje, apodado el Bello Sacha, que vivía en la opulencia, a base de engaños y cambalaches con gente de las altas esferas políticas construyó un imperio con pilares de barro. Belmondo borda un papel hecho a su medida, un tipo con don de gentes, cautivador para los demás y enamorado perdidamente de una mujer, Arlette (Anny Duperey). La cinta es un fresco de una época que tocaba a su fin, con una puesta en escena que es su punto fuerte, donde se recrea una alta sociedad gala que se mueve entre fiestas, grandes hoteles, mansiones hermosas y vestuario elitista, esto es elevado por la gran fotografía de Sacha Vierny (habitual del realizador) con tonalidades pastel que casi parecen etéreas las imágenes trasladándonos una sociedad decadente que un timador pone contra las cuerdas, reseñable es la música del neoyorkino Stephen Sondheim (‘Dick Tracy’, ‘Sweeney Todd’ o ‘Aterriza como puedas’), la primera banda sonora firmada por él. El guión está hecho por el español Jorge Semprun (‘Z’, ‘La guerra ha terminado’ o ‘Una mujer en la ventana’), sabe trasladarnos la sibarita nube en la que se movía este farsante. Resnais parece un poco dubitativo sin saber nunca a que género jugar, lo que repercute notablemente en el resultado, el relato carece de fuerza, llegando a aparecer el tedio, el relato no te mueve a nada, las situaciones discurren sin más, la pretendida historia de amor es de lo más aséptica, no hay química, por momentos Belmondo parece estar haciendo un film distinto a los demás, va a otro ritmo, te cuentan un suceso histórico mezclándolo sin convicción alguna con la estancia en Francia de Trotsky, como si una cosa estuviera relacionada con la otra, pero no saben imbuirte de este clima que realmente se desató, con unas revueltas sangrientas. Recomendable a los que gusten de saber hechos históricos contados de modo gélido. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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13 de marzo de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resnais se dedica en esta película a un melancólico y un poco frío ejercicio de reconstrucción de los últimos meses de vida del famoso estafador francés de origen ucraniano-judío Serge Alexandre Stavisky (1886-1934), quien tenía fuertes relaciones con el poder económico y político de la Francia de principios de los años 30. Se muestra su forma de ser, vemos su lujoso tren de vida, vemos a su círculo de amistades, y se muestran un poco sus sucios negocios. Además, se hacen referencias a su pasado, y a un futuro en el que, ya muerto Stavisky, vemos imágenes de su entierro, y declaraciones de sus conocidos ante un comité de investigación. Así, desde el presente, el relato se va abriendo hacia el pasado, y hacia un futuro inmediato.

Es una película que se sitúa en un momento propicio, tanto por la moda "retro" que se instala en el cine de esos años, como por la moda del revisionismo de hechos históricos controvertidos. "Stavisky" se mueve, así, entre "El gran Gatsby" (The Great Gatsby, 1974), de Jack Clayton, y "Sacco y Vanzetti" (Sacco e Vanzetti, 1971), de Giuliano Montaldo. El caso de Stavisky se prestaba a un film de reconstrucción histórica con fuertes resonancias políticas, pues este estafador era, en cierto modo, la punta del iceberg de un sistema corrupto; Stavisky tenía compradas muchas voluntades, sabía muchas cosas de mucha gente, y su suicidio generó muchas dudas y sospechas. Las referencias a la España republicana de esos años, y a los intentos de algunos de dar un golpe de estado, se deben al guión de Jorge Semprún. La presencia de Trotsky en esta historia refuerza la vertiente política del film, aunque no sé si está muy justificada.

Resnais, que parece dudar entre la perspectiva didáctica y la libre interpretación, podía haber puesto más alma, o más sentimiento, en esta reconstrucción histórica: la reconstrucción de ambientes, vestuario, etc., está bien, pero el personaje de Anny Duperey queda bastante desdibujado, y no es muy creíble el amor que se supone que hay entre ella y Jean-Paul Belmondo. Éste, en su papel de simpático sinvergüenza, da a su personaje todo el carisma necesario, pese a la casi ausencia de acción física que hay en este film, un film en el que, tal vez, sobran diálogos y faltan explicaciones.
Pedro Triguero_Lizana
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19 de enero de 2022
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué francés de más de 100 años no conoce el caso Stavisky? Todo un escándalo en 1934. No tan escandaloso como el caso Dreyfus, que todo francés de más de 150 años conoce, pero más cercano.

El que no sea francés centenario tendrá dificultades en seguir la película, que además es muy fragmentada, aunque comparado con otras películas de Resnais (véase El año pasado en Marienbad) sería Pocoyó. Como biografía, salvo que el sujeto sea la época, la peli no sirve de mucho, si os interesa saber algo de Stavinsky hay que irse a la wikipedia. Sin embargo todo esto es suplido con una atmósfera lujosa y podrida, a punto de ser devorada por el fascismo.

Destacar también a Charles Boyer, aquí setentón, que hasta hace poco solo lo conocía de la cancerígena frase "no te enrolles Charles Boyer", pero tras ver recientemente "Love Affair" (1939), "Gaslight" (1944) y esta misma, resulta que era un actor como la copa de un pino.

Gustará a: Madoff, floristas, Villarejo
No gustará a: Mme. Bovary, hacienda, Blesa
eristuff
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31 de julio de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un film extraño en la filmografía de Alain Resnais, un director autor por regla general. Dicho esto, la historia y el personaje protagonista daban para más, encima basado en hechos y personajes reales, en los que se refleja la corrupción y la hipocresía de la alta sociedad de la época. Hay muchos diálogos y poca trama y la poca que hay es muy dispersa y no acaba de aclarar nada, más que la fascinante personalidad del protagonista, un tipo viviendo por encima de sus posibilidades, siempre al borde de la ruina, pero consentido por las autoridades gracias a sus generosos sobornos a policías y funcionarios varios, hasta que llega demasiado lejos y estalla el escándalo. Belmondo con su desparpajo habitual borda el papel de estafador simpático y el gran Charles Boyer, con una espléndida madurez también borda su papel de decadente aristócrata ultraconservador, pero honorable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
zuriman
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