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Black Mirror: Partida (TV)

Ciencia ficción. Terror Cooper (Wyatt Russell) es un trotamundos norteamericano en búsqueda de grandes emociones que llega a Gran Bretaña, donde mantendrá una relación con Sonja (Hannan John-Kamen). Una vez allí probará un videojuego tan avanzado como aterrador. (FILMAFFINITY)
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Críticas 34
Críticas ordenadas por utilidad
23 de octubre de 2016
92 de 113 usuarios han encontrado esta crítica útil
El género de terror llega a Black Mirror. Y un servidor, que suele mofarse (por supuesto sin sentir miedo alguno) de las típicas películas comerciales que intentan asustarnos cada viernes en la gran pantalla, ha de admitir que sintió desasosiego y temor visionando este capítulo.

Sin estar a la altura de los mejores de Black Mirror tanto de anteriores como de la presente temporada, se mantiene al nivel de la serie y no decepciona. Es quizá menos innovador, más previsible, y de menor calado social y humano que a lo que nos tiene acostumbrados esta gran serie. Y a mi personalmente, el protagonista, este rubiales con esa voz doblada tan estúpida que le han puesto (tratando de emular el acento americano frente al británico, como bromea con su ligue en los primeros minutos de capítulo) no me termina de caer bien.

El episodio se salva fundamentalmente por los giros del último tercio de metraje.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Daniel Carpintero
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23 de octubre de 2016
54 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿No has visto el capítulo? Corre a verlo primero, no me seas impaciente.
(Crítica en spoiler).
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Gaspi19
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22 de octubre de 2016
33 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estaba bastante ilusionado con este capítulo, pues Nosedive (el 1º de esta tercera temporada), me había hecho experimentar otra vez esas sensaciones que solo una serie como Black Mirror es capaz de generar. El hecho de poder estar disfrutando de un gran espectáculo cinematográfico, pero con una clara finalidad crítica. Una serie donde forma y fondo van de la mano hacia un todo. Y desgraciadamente no he podido experimentar nada de esto con Playtesting.

Partiendo de la base de que el tema en el que se centra no me interesaba demasiado, era bastante evidente cual iba a ser la dinámica del capítulo desde el momento en el que se destapa. (Aclaro en spoiler)* Es decir, la trama tarda unos 15 minutos en presentarse, y al minuto 15:05 ya sabes con bastante exactitud lo que vas a ver. Y para mí ese es uno de los pecados capitales que puede cometer una historia; si ya vas sobre aviso, si ya sabes que va a pasar, tienes que ser capaz de ofrecerme un trayecto hasta el punto final que me haga disfrutar el doble, pues ya has arruinado gran parte del encanto. Y lamentablemente eso no ocurre.

Todo este tema de las realidades múltiples así como escenas oníricas que se pueden ver en un montón de películas ya me empieza a cansar un poco, en este caso se trata de un videojuego, pero viene a ser más o menos lo mismo. Es la trampa perfecta para tratar de sorprender al espectador con un giro de guión. Un giro que puede resultar inesperado si es la primera vez que lo ves, pero llega un punto en el que ya vas con la alarma puesta, y aunque siempre se puede dar una vuelta de tuerca más, sigue siendo un recurso bastante manido. Tampoco me ha gustado nada esa incontinencia verbal que tiene nuestro protagonista. Hay algunas escenas en las que arruina cualquier atisbo de tensión que pueda generar todo lo que se encuentra en plano que no es él mismo, pero parece empeñado en no callarse ni debajo del agua y su actitud de "cuñao" en Navidad acaba sacando un poco de quicio. Siempre cree tener el comentario adecuado para cada momento.

No obstante sigo viendo en Black Mirror cosas que me gustan, una serie que trata de arriesgar, de llevar las patologías de nuestra sociedad hasta su límite, y aunque este capítulo pueda parecer descabellado en algunos aspectos, no hay duda de que la industria del videojuego está buscando avanzar en la dirección de la realidad virtual. Eso unido a ciertas noticias de sucesos que se leen de vez en cuando en periódicos americanos hace que me eche a temblar un poquito.
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Alvgv
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1 de noviembre de 2016
35 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
200/17(26/10/16) Bajón después del gran episodio primero, es este segundo episodio de la tercera temporada de la icónica serie creada por el británico Charlie Brooker “Black Mirror”, han cambiado de cadena, de la británica Channel 4 a la estadounidense Netflix, para el que no la conozca, es una serie de antología, capítulos independientes autoconclusivos, con diferentes tramas, diferentes géneros, diferentes actores y personajes, diferente ambientación, e incluso abordando diferente franjas temporales, pero todas con el nexo de unión de cómo la nueva era tecnológica puede ser pervertida haciéndonos menos humanos. En este capítulo dirige Dan Trachtenberg (“Calle Cloverfield 10), con guión del propio Brooker, en todas las temporadas hay algún episodio menor, espero que haya sido este el punto bajo (por aquello de que las siguientes sean mejores), por que este me ha resultado facilón, hecho con dejadez, con buen despliegue visual y de efectos digitales, con una excelente ambientación, pero adolece de la chicha que presume la saga, falta mordacidad y sobran simplezas, creando un protagonista jartible, con el que no se conecta, arrogante, resabiado, sin empatía alguna, con lo que lo que le pase me da igual, a esto se suma un argumento estirado hasta mucho más allá de lo mínimamente aceptable, dando tantas vueltas que terminas por mirar el reloj, sumado a un final donde los tirabuzones en forma de muñecas de matrioskas resultan una caricatura, lo de que vivimos la vida en muchos casos como un videojuego, intentando bailar con nuestros temores mentales hasta ya más visto que el culo de Jennifer López.

Cooper (Wyatt Russell) es un chico estadounidense que está dando la vuelta al mundo de viaje de mochilero, al parecer tiene algún problema con su madre a la que no quiere contestar al móvil. En Londres conoce a Sonja (Hannah John-Kamen) que tras quedarse sin poder sacar dinero con la tarjeta le recomienda hacer unas pruebas en una empresa de videojuegos, dirigida por Shou Saito (Ken Yamamura), allí es atendido por la asistente de Saito, Katie (Wunmi Mosaku ).

El tema de las realidades virtuales está ya muy explotado en cine y televisión, de hecho copian un recurso de una con similitudes, “Matrix” y su inyección en la nuca para vivir en realidades virtuales, también auto plagian otro elemento narrativo del especial de Navidad (spoiler), y lo que es peor no tiene demasiada originalidad en el tratamiento, discurre de modo lineal, y cuando llegan los sobresaltos no son incisivos, navegan por lo rutinario, por lo esperado y previsible, si lo que quiere Brooker es ser fresco en este episodio jugando al género de terror, queda en pellizco de monja ursulina, tanto rizar el rizo en las pretendidas queda en algo naif, lo peor que se puede decir de la serie en conjunto, y es que no tiene calado emocional y se perderá . El episodio intenta reflexionar sobre nuestros miedos asociados a nuestro gusto por los videojuegos llevados al límite, para ello en su tramo final climático se funde con el género terror gótico cuando el “irritante” protagonista entra en la casa de decoración victoriana, esto guarda paralelismos con el largometraje de Trachtenberg “Cloverfield 10), con sus protagonistas encerrados en un sótano. Aquí se crea una atmósfera atractiva, pero al estar el espectador sobreaviso de que nada de lo que vemos es real (aunque pueda quedar la duda de si es real o imaginación), pues ni te roza la epidermis, la batalla psicológica que afronta Cooper te queda distante, por lo anti-empático que resulta el irritante rol. Lo de querer analizar que nuestra mente posee rincones oscuros donde residen nuestras aprensiones es tratado de modo liviano, sin punzarte. Tampoco ayuda su desconcertante inicio, un mochilero que quiere dar la vuelta al mundo, nada sabremos de él (ni siquiera que profesión tiene), porque lo hace, huye de alguien (de la policía, de una ex novia, del marido de su amante), es un aficionado al turismo, es una promesa, es un escritor de guías de turismo, es un tipo solitario al que solo llama su madre, y es que no tiene orgánicamente sentido su “circusmundi”, lo mismo podría haber pasado viviendo en Londres, nada hubiera cambiado, esto es un elemento que despista y alarga demasiado antes de llegar a su meollo.
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TOM REGAN
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24 de octubre de 2016
25 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Repetimos como en "Caída en picado" concepto original, interesante. Al menos eso si que nos recuerda a Black Mirror, tras un inicio de episodio que no lo hace y que hasta sobra, porque tampoco sirven para darle profundidad al personaje como pretende. Como gamer y friki me ha tenido enganchado, he disfrutado con algunas referencias (más las de Resident Evil que las demasiado repetitivas peliculeras que te dicen por si acaso no habías caído por ti mismo) y es justo decir que me ha tenido más enganchado, más sin saber por donde me llevaría, que el anterior. Pero al final, se le vuelve a notar demasiado el giro americano a la serie, algo más light, menos cuidado y que está muy volcado en el tema de giros finales. En realidad no deja de ser un thriller de concepto original pero simplón, pero se me ha pasado volando.

Nota: 5'6
Turbolover1984
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