Indiana

Antes del visionado de Indiana, debemos saber ante lo que estamos porque, aunque esté catalogada como que pertenece al thriller, la realidad es bien diferente. Se trata de un film difícil de catalogar debido a que se entremezclan muchos géneros: suspense, drama y terror con ligeros toques de comedia. Además, es importante conocer que es una obra muy personal del director; nada de cine comercial.

Por lo tanto, si lo que buscas es cine de terror/thriller palomitero, esta no esta tu película. De todas formas esto no quiere decir nada negativo ni positivo sobre la misma. No soy un purista. Todos los géneros, así como la mezcla entre ellos, tienen cabida en el cine actual.

Una vez dejado claro ante qué tipo de largometraje estamos, es hora de analizar Indiana más detenidamente. Para empezar hay que agradecer que no se extienda demasiado en el tiempo. 75 minutos son suficientes para lo que se pretende contar y así el ritmo no decae en ningún momento.

Por otro lado, las interpretaciones están en su justa medida destacando sin llegar al histrionismo las casi opuestas personalidades de los dos personajes principales, que actúan como el ying y el yang. Nunca compitiendo si no complementándose entre ellas.

Otro de sus aciertos son los aspectos técnicos. Pese a que los planos son eficaces y que la banda sonora está bien lograda (La grange de ZZ Top no está dentro de mis canciones favoritas pero dentro de Indiana queda perfecta), lo que más sobresale entre estos componentes es la belleza de la fotografía.

Además, todos estos elementos caminan hacia misma la dirección: la melancolía. Este sentimiento está presente en todo el film actuando como base de todo lo demás y logrando que lo sintamos casi de igual manera que su protagonista.

Indiana es una elegante propuesta que satisfará a los amantes del cine de autor bien hecho y decepcionará a aquellos que buscan terror/thriller comercial. Se trata de una ópera prima con un guión sólido y correctas interpretaciones con la melancolía como trasfondo. Seguramente el primer éxito de muchos del director novel Toni Comas.

Escrito por Víctor González
https://cinemagavia.es/critica-indiana-pelicula-toni-comas/

En infinidad de ocasiones nos encontramos con que los roles de director y guionista recaen en la misma persona. Esto ya nos da una pista de que lo que vamos a ver es una obra muy personal. En Indiana esto queda muy patente, no ya por el hecho mencionado, sino porqué lo que vamos viendo en pantalla da la impresión de que esté rodado para una sola persona: Toni Comas.

Si los resultados son óptimos eso último queda como una anécdota. Los que se apunten al carro de disfrutar de ese film lo pasarán por alto. Habrá otros que encontrarán a faltar algo más de expansión, por llamarlo de alguna manera. Nosotros nos hemos dejado llevar por una historia que sin ser totalmente terrorífica, tiene los alicientes necesarios para que su halo de tristeza penetre en nuestro interior.

En muchos foros, incluidos este medio en el que estáis, las discusiones no cesan al calificar si una película entra dentro del género de terror o se queda en un sucedáneo. En el caso de Indiana la cosa se complica bastante puesto que, a pesar de contener elementos típicos de ese tipo de cine, no creo que la intención de su director fuera meterse de lleno en esa tipología. Su fin, en mi opinión, era hacer una obra que acaba siendo tenebrosa a su pesar.

En el estado de Indiana, en el Medio Oeste americano, el aislamiento define las vidas de sus habitantes. La creencia en entidades sobrenaturales sirve de pretexto para escapar de los problemas de la vida cotidiana. Michael y Josh, conocidos como Spirit Doctors, se encargaban de ayudar a personas perturbadas por episodios sobrenaturales. Michael, ahora con un buen trabajo, decide volver con su amigo en un episodio que le marcará para siempre.

Curiosa película que contiene elementos para poderla encasillar en diferentes géneros, el terror, aunque de manera mínima, también. Sea como sea, la sensación de tristeza no abandona la cinta en toda su duración. El tema precisamente no invita a ello, pero la manera en que está rodada, apoyada en un buen guión, nos lleva directamente a esa sensación, ayudada por una música muy envolvente y mortecina. Su escasa duración, hoy en día setenta y cinco minutos casi es un cortometraje, es uno de sus grandes aciertos ayudando a que su ritmo sea muy acertado.

Las interpretaciones son uno de sus puntos fuertes. Destacar a la pareja protagonista: Gabe Fazio como Michael y Bradford West como Josh. No podemos calificarlo como duelo interpretativo, sino que se complementan a la perfección. Por otro lado, tenemos al veterano secundario Stuart Rudin (El Silencio de los Corderos y Stake Land), en un papel que aporta la parte más oscura y tenebrosa. En la parte femenina contamos con la participación de Suzanne DiDonna en un papel un tanto ingrato.

Que no la busquen los amantes de lo sobrenatural, se encontraran con otra cosa, pero si prescindís de ella os perderéis una buena película, así de simple.

http://www.terrorweekend.com/2017/09/indiana-review.html

El director español afincado en Estados Unidos Toni Comas, poco a poco empieza a labrarse una más que interesante carrera profesional. También colaboró como coguionista en la también muy interesante 'Bag Boy Lover Boy', de Andrés Torres.

Cuenta la historia de dos doctores del espíritu que se ganan la vida en la América más profunda, ayudando a la gente contra todo tipo de posesiones, violaciones extraterrestres y casas encantadas.

La película parece en todo momento un documental, no sabes muy bien si es realidad o es todo ficción. Pero el joven director consigue que el espectador se involucre en lo que está viendo y lo empuja a creer en actos paranormales.

La cinta es en sí también una crítica al mundo del cine americano, que ha mostrado todo de películas de este tipo sin ningún tipo de respeto hacia estos hechos.

Cabe destacar la actuación de los actores protagonistas, donde la mayoría de las veces su labor está más cerca de la consulta psicológica, de saber sentarse y escuchar a quien cree que ha tenido un contacto con los seres queridos que han fallecido.

Otro aspecto a su favor en la magnífica fotografía donde se reflejan bastante bien los paisajes desoladores de la Indiana del título.

Lo mejor: Los dos actores protagonistas y la fotografía
Lo peor: Se hace pesada en varios tramos

En la Antigüedad la falta de respuestas hacia un sinfín de cuestiones que incluso hoy en día están por descubrir, aún muchas personas siguen convencidas de que están por explicar. Partiendo del respeto más absoluto hacia cualquier tipo de creencia, voy a intentar comentarles la película que nos ocupa.
Y ello me lleva a no saber exactamente situarme ante un título que está basado en un cortometraje del mismo director que se situaba en el Medio Oeste de Estados Unidos que es una tierra llena de supersticiones en la que muchos de sus habitantes viven creyendo en posesiones, presencias sobrenaturales, casas encantadas y extraterrestres intentan encontrar esas respuestas. No estoy aquí -como les dije antes- para cuestionar esas creencias ni para entrar en debates que poco nos aclararían, somos totalmente profanos en cualquiera de esas materias. Ese Medio Oeste es un territorio oscuro y desconocido de la América profunda en el que el tedio y el aislamiento pueden llevar a su gente a explotar en cualquier instante y de la forma más violenta e inesperada. Michael (Gabe Fazio) y Josh (Bradford West), conocidos como Spirit Doctors, se encargaban de ayudar a personas perturbadas por episodios sobrenaturales en Indiana. Michael había dejado el negocio de lo 'paranormal' y tiene un buen trabajo, pero decide ayudar a Josh con un último caso de forma excepcional.
A partir del documental que les comenté antes, nace esta guión, con una imagen más profunda en lo concerniente a los habitantes del Medio Oeste americano y todos los fenómenos paranormales que suponen les rodean.
La sugestión, tanto para lo positivo como para lo negativo tiene un gran poder. Esa vida en la que no pasa nada, en la que nunca pasa nada hace que la imaginación nos juegue malas pasadas e incluso puede encontrar explicación a esas dudas.
El director español afincado en Nueva York Toni Comas (Navegar Es Necesario, Building Stories) es el director de este filme que co-escribe junto a Charlie Williams (The Guitar Is Their Song) y que protagonizan Gabe Fazio (Cruce de caminos) y Bradford West (Shame the Devil). Con anterioridad este mismo director realizó un corto donde ahondaba en las creencias sobre las cosas que no tienen explicación, y donde la vida rural, tediosa y sin estímulos del Medio Oeste americano hacen dudar sobre aquello que no nos explicamos.
LO MEJOR: Ver que muchas de las tormentas que nos creamos, tienen una explicación razonable y creíble.
LO PEOR: La falta de tensión que genera en algunos momentos

Película que intercala diversos géneros cono el terror, el thriller o el drama, pasándolo por un filtro de autor con un ritmo pausado. Primer largometraje de su director, que había participado en cortos como Belo York (2017), y protagonizado por Gabe Fazio (Cruce de Caminos, 2012) y Bradford West (Shame the Devil, 2013).

El Medio Oeste de Estados Unidos es una tierra supersticiosa en la que muchos de sus habitantes viven creyendo en posesiones, presencias sobrenaturales y casas encantadas. Un territorio oscuro e ignoto de la América profunda en el que el tedio y el aislamiento pueden llevar a su gente a estados de desconexión difíciles de explicar, y en el que las pulsiones más escondidas pueden explotar en cualquier instante y de la forma más violenta e inesperada. Michael y Josh, conocidos como Spirit Doctors, se encargaban de ayudar a personas perturbadas por episodios sobrenaturales en Indiana. Michael había dejado el negocio de lo "paranormal" y tiene un buen trabajo, pero decide ayudar a Josh con un último caso de forma extraordinaria.

Estamos ante una película difícil de catalogar, al mezclar diversos géneros y pertenecer a todos ellos, pues cuenta una historia de terror, pero la cuenta junto a un drama y con una cocción lenta con los elementos terroríficos bastante dosificados y sin sustos. Los actores hacen que le cogas cariño a sus personajes en sus escasos 75 minutos, y de paso, consigue crear más de una escena inquietante sin ayuda de jumpscares ni recursos de este tipo. No obstante, lo particular de esta propuesta también juega en su contra, pues su neutralidad consigue dejar en el espectador cierta indiferencia aunque le guste la película.

Indiana es una película particular para bien y para mal, y sobre no ser para el grueso del público, es un film diferente que da su particular enfoque al terror y resulta en una propuesta muy digna.

Nota persona 6/10